ERAMOS TAN PUROS (Publicado esta semana en VOCES)
Para calibrar en su justa dimensión el descontrol en la administración de los dineros públicos hay que agregar hechos que rodearon la gestión de los gobiernos progresistas todos. Solo por nombrar algunos: corrupción en casinos y procesamiento de Bengoa; cierre de PLUNA con su parodia de remate, procesamiento de Campiani (inversor traído por Danilo Astori para salvar la empresa) así como de Calloia y Lorenzo; manejo a nivel de boliche de los dineros de ANCAP y sus colaterales, que culminó con una pérdida millonaria en dólares que tuvimos que cubrir todos los uruguayos; empresas fundidas (FRIPUR) que dejan clavos al Estado para que luego el mismo Estado le compre energía a otra empresa de los “fundidos”. Es admisible -sería necio no admitirlo- los errores en la gestión; nadie está libre de cometerlos. Lo que no es admisible -al menos no forma parte de la cultura de izquierda- es la falta absoluta de autocrítica, la negación patética de los hechos y hasta el encub