HERIDAS DE CONSIDERACIÓN
(publicado esta semana en VOCES) Finalmente Sendic le abarató los costos políticos del berenjenal en el cual él mismo había metido al FA. El Plenario se encontraba en un gran problema. El desprestigio creciente del vicepresidente, más el informe del Tribunal de Conducta Política (TCP) ponía al Plenario Nacional ante la alternativa nada sencilla de sancionar (o no) a uno de sus más encumbrados dirigentes, en incluso ante la casi obligación de pedirle la renuncia. En caso de no sancionarlo, estaría desautorizando la opinión del TCP, lo que probablemente habría significado la renuncia de sus integrantes, así como la del presidente del FA Javier Miranda. Habría quedado además el FA desprestigiado como fuerza política, al no ser capaz de establecer los límites de la ética y el decoro en sus representantes en cargos públicos. Máxime teniendo en cuenta que como fuerza política no había actuado, sino que el propio Sendic fue quien pidió someterse al Tribunal. En caso