¿MASTER....O CHANTA?


En una presentación que se realizó el martes pasado, el economista Ernesto Talvi, analizó la economía uruguaya, utilizando como punto de partido el supuesto de que existen diversas trabas que impiden dinamizarla. A partir de ahí, Talvi proyectó ideas para que en unos 25 años el país alcance los niveles de desarrollo del primer mundo. Las “novedosas” propuestas que fueron presentadas como herramientas para que la próxima administración de gobierno encauce el crecimiento económico- tienen como sostén la superación de una serie de barreras que, al entender del instituto Ceres (que dirige Talvi), traban el desarrollo del país.
LAS PROPUESTAS
Y preste atención estimado lector, porque las propuestas que se presentaron con el pomposo título de “Oportunidad 2010: propuestas para un país con futuro” son realmente innovadoras, y no es para nada improbable que en virtud de tan brillantes ideas el economista Ernesto Talvi se haga merecedor al Nobel de Economía.
El destacado economista propone para empezar, “asegurar la estabilidad económica” (propuesta que seguramente usted jamás habrá escuchado), “profundizar la inserción internacional del país” (esta si ya la escuchó, la propuso el mismo Talvi cuando quería que Uruguay firmara un TLC con los Estados Unidos, recuerda?), “reducir los impuestos a la actividad productiva y el empleo” (esta si que es nueva, no me diga que no, porque cuando Talvi era asesor del gobierno de Lacalle lo que hizo fue aumentar los impuestos no disminuirlos, así que nueva es). Y luego remata sus propuestas con dos ideas realmente revolucionarias: “flexibilizar las relaciones laborales” y “mejorar significativamente la calidad del sistema educativo”. Dígame si no es brillante.
Claro que este buen señor parte de un supuesto algo equivocado. Este señor Talvi, que entre otras cosas es Ejecutivo de CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social), que desde el 2001 es también asesor permanente del economista Jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y anteriormente fue Investigador Senior del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington DC (1995-1997), y antes fue el principal asesor del equipo económico del gobierno del partido nacional y Economista Jefe y Director del Departamento de Política Económica del Banco Central del Uruguay (1990-1995), este buen señor, digo, parte del supuesto de que existen diversas trabas que impiden dinamizar la economía uruguaya. Y este buen señor se ve que no ha leído los informe internacionales que destacan el gran desempeño del Uruguay en medio de la crisis. Tan atareado está con todos los puestos internacionales importantes que desempeña, que no ha podido leer por ejemplo el informe del Foro Económico Mundial del 15 de setiembre pasado, que dice que Uruguay avanzó diez posiciones en el ranking de competitividad que elabora el Foro Económico Mundial y se ubicó en el puesto 65 debido a las mejoras en infraestructura, estabilidad macroeconómica, educación terciaria y formación tecnológica. El informe publicado, resalta que Uruguay fue el país que registró los mayores avances en la región. "Tuvo progresos significativos en varias áreas incluyendo infraestructura, estabilidad macroeconómica, educación terciaria y capacitación y preparación tecnológica", sostiene el informe del FEM. Por eso es que Talvi propone asegurar la estabilidad económica y mejorar la educación, porque no leyó ese informe, ni otros de organismos internacionales que dicen lo mismo, no tiene tiempo.
TAROT ECONOMICO
Y claro, es que este buen señor es además Catedrático de Macroeconomía Dinámica de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT, y profesor invitado de la Universidad Torcuato di Tella de Buenos Aires. Fue también investigador visitante en el Departamento de Investigaciones del Fondo Monetario Internacional. Ha publicado varios artículos académicos en libros y revistas especializadas y sus áreas de especialización son: macroeconomía de países emergentes con especial referencia a América Latina; programas de estabilización; política fiscal, el impacto macroeconómico de los flujos de capital, las crisis financieras. Y claro, mientras da clases y escribe libros, y todas esas cosas, no puede estar en todo, y entonces se distrae y se manda algunas macanas. Como por ejemplo cuando dijo en mayo pasado (hace bien poquito) que “Uruguay tendrá una recesión en el 2009. Si la economía global se recupera de forma más lenta, es probable que en Uruguay la recesión se extienda hasta el 2010”, recesión que no hubo, por cierto. Los técnicos de la OIT (que tal vez tengan menos títulos que este señor) habían sido más precisos al respecto ya en 2008: “Si bien el panorama laboral que Uruguay va a enfrentar en el año 2009 estará marcado por la desaceleración económica y su impacto en el empleo, aún se está lejos de una recesión”.
Este buen señor, que además es miembro fundador del Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (CLAAF) y fue miembro del Comité Ejecutivo de LACEA (Latin American and the Caribbean Economic Association), que es Doctor en economía y finanzas de la Universidad de Chicago (1995) y es Economista de la UDelaR, tiene derecho a equivocarse como cualquier hijo de vecino. Por eso es natural que no le haya acertado en absolutamente nada a sus pronósticos del 2005. En una entrevista en El Espectador ese año, Emiliano Cotelo le preguntaba a Talvi cuales serían las consecuencias del accionar equivocado del gobierno (según Talvi), y esto era lo que respondía este buen señor: “El problema de estar operando de esta manera es que en ciertos carriles y decisiones se están produciendo, en mi opinión, retrocesos significativos que van a tener consecuencias inevitablemente dañinas para la inversión y para el empleo en el futuro”. Y claro, no se puede tener tantos puestos internacionales y estar atento a todas las jugadas. Por eso le erra fiero. No hubo retrocesos significativos sino avances espectaculares; no hubo consecuencias dañinas ni para la inversión ni para el empleo, sino todo lo contrario. La Cepal señala que la inversión extranjera directa en Uruguay tuvo una evolución importante. De tan sólo 148 millones de dólares al año, entre 1994 y 1998, dio un gran salto a partir de 2004 a 2008, cuando pasa a promediar U$S 1.188 millones. En los últimos dos años, se observa que la magnitud continúa incrementándose. Es así que en 2007 trepa a los 1.223 y en 2008 explota para llegar a los 2.044 millones de dólares. Esto supone un incremento en 821 millones, lo que representa un 67% más. Y ni que hablar del empleo: entre el 2004 y el 2008 -producto de la “mala manera” con que se condujo nuestro gobierno (según Talvi)- se crearon nada menos que 200.000 nuevos empleos. Esas fueron las “consecuencias dañinas” pronosticadas por Talvi. En 2007 decía algo parecido: “Con esta reforma –se refería a la reforma tributaria- se disuaden futuras inversiones y se fomenta la emigración calificada". Fue exactamente al revés, hubo más inversiones y por primera vez en muchísimos años se revertió la tendencia emigratoria y ahora los uruguayos vuelven al país.
Todo lo que dice este buen señor no es más que pura ideología burguesa disfrazada con una verborragia seudo científica. Pero para usar un término más popular, son pura chantada.

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