CUANDO MÁS ES MENOS



Somos partidarios de las candidaturas únicas. No es una postura nueva, siempre hemos dicho que cuando se trata de elecciones internas dentro del Frente Amplio, preferimos llegar a acuerdos e ir con candidatos de consenso. Entendemos que la competencia, cuando es a la interna, no es buena, y que no existen disputas de guante blanco. No nos parece bueno repetir los
errores que cometimos en el Congreso “Zelmar Michelini” (diciembre de 2008), cuando habilitamos a cuatro compañeros para que pudieran competir en las elecciones internas. Aunque dos de ellos finalmente no participaron, el hecho es que el Frente Amplio se embarcó en una competencia interna que la gran mayoría del pueblo frenteamplista no deseaba y rechazó. “Una competencia interna abre las puertas a distanciamientos, diferencias, enojos, heridas, pérdida de energías y entusiasmo militante, que perfectamente podríamos ahorrarnos”, decía Rafael Michelini en agosto de 2008, y nosotros lo compartimos en ese momento y lo reafirmamos ahora.
LAS INTERNAS DE MAYO
Según informa La Diaria del lunes pasado, “El Frente Liber Seregni (FLS) dará batalla en las internas del Frente Amplio (FA) del 27 de mayo. Propondrá una actualización ideológica de la fuerza política y un mayor acercamiento entre ésta y el gobierno. El vicepresidente Danilo Astori estaría de acuerdo en lograr un candidato único para la presidencia del FA, pero admitió que "la competencia es más atractiva" para el electorado”.“El FLS, según su líder, no se opone a la búsqueda de un candidato único por acuerdo ...pero dejó entrever que le atrae más la competencia interna. "...si se da esa posibilidad estamos dispuestos a sumarnos a ella", dijo, aunque luego admitió que "quizás la competencia sea lo más atractivo para contribuir a la mayor participación posible".
No compartimos ese análisis. Es posible que sea necesaria una actualización ideológica, y sin dudas que un mayor acercamiento entre el FA y el gobierno; pero esa actualización no se va a realizar a través de las elecciones de mayo, y el acercamiento entre el FA y el gobierno será una discusión que habrá que dar, pero tampoco tiene que ver con la elección del presidente del FA. El compañero Astori dice (en ese mismo artículo de La Diaria) que “el gobierno y el FA han tenido una distancia "importante", algo que se verifica objetiva y cuantitativamente en algunas decisiones importantes”. Indudablemente que ha sido así. Recordemos, sin ir más lejos, cuando se trató la anulación de la ley de impunidad. Allí la fuerza política estuvo analizando durante meses la mejor forma de terminar con esa ley infame, y lo hizo en contacto con el gobierno, tanto, que uno de los proyectos base era el elaborado por la propia cancillería. La fuerza política elaboró y llegó a acuerdos resolviendo por unanimidad en varias instancias, pero cuando llegó el proyecto al Parlamento, el gobierno se alejó de la fuerza política nada menos que a través del presidente y del vicepresidente, que concurrieron allí a presionar a los legisladores frenteamplistas para que no votaran el proyecto, haciendo fracasar el mismo. Ahora bien, eso requerirá de análisis profundos, de discusiones y de acuerdos, pero no se va a resolver en mayo.
MÁS CANDIDATOS ¿MÁS VOTOS?
Astori dice que la competencia es más atractiva para contribuir a la mayor participación posible. Y no es el único que opina en ese sentido. Otro artículo de La Diaria señala que “el Comité Central del PS emitió una declaración en la que anuncia que es "necesario y deseable" que en las elecciones del 27 de mayo la ciudadanía frenteamplista pueda decidir la presidencia del FA entre más de un candidato o candidata, y resolvió promover un candidato del sector", y además informa que “El MPP seguirá "trabajando en la concreción de candidaturas múltiples que favorezcan la mayor amplitud y diversidad de las propuestas”.
Respetamos las opiniones de los compañeros, pero no hay ningún dato empírico que demuestre que cuanto más candidatos se presenten, la participación sea mayor, ni tampoco ha sido demasiado notorio que a más candidatos haya más amplitud o diversidad de propuestas. La experiencia demuestra exactamente lo contrario: a mayor cantidad de candidatos, menor participación del electorado frenteamplista.
Se equivocan quienes creen que la política se debe manejar con criterios de mercado, y que por tanto hay que ofrecer competencia para que se genere más demanda.“Puesto que en las internas el voto no es obligatorio, para que eso ocurra tiene que haber competencia real al interior de cada partido, de manera que la gente se sienta motivada a participar”, decía el politólogo Luis Eduardo González en abril de 2008. Y se equivocó de cabo a rabo. Recordemos que en 1999 hubo competencia en las internas del FA (competían Tabaré Vázquez y Danilo Astori), y el porcentaje de participación fue del 44%; en 2004 , cuando no hubo competencia interna, el porcentaje aumentó al 53%. Volvió a haber competencia en 2009 (esta vez con tres candidatos) y fue la interna con menos votantes desde que se realizan (el porcentaje estuvo en el entorno del 41%).
Hubiéramos preferido que los equivocados fuéramos nosotros, porque el error de ir a una competencia interna nos hundió todavía un poquito más, y como resultado no pudimos ganar en primera vuelta en octubre, tal como era nuestro objetivo.
Pero supongamos por un instante que la competencia y la multiplicidad de candidatos provocaran más participación, ¿eso sería bueno? ¿es eso lo que una fuerza de izquierda tiene que promover, la participación en política mediante el incentivo de la competencia de unos contra otros? ¿cuáles serían los avances en conciencia de la ciudadanía -que supuestamente toda fuerza de izquierda desea- si la participación estuviera supeditada a la competencia? ¿cuánto mejor sería que la participación se diera porque los frenteamplistas se sienten comprometidos con su fuerza política, porque se sienten reflejados en la fraternidad y en la búsqueda de acuerdos? La experiencia indica que el supuesto (más competencia = más participación) es falso; pero si fuera verdadero, en realidad sería indicativo de un gran retroceso.
En el 71, destacábamos que la existencia misma del Frente Amplio era posible“...por tener al pueblo como protagonista,...”. Para nosotros eso sigue siendo válido. Apostamos a la
formación de ciudadanía consciente y comprometida, y no a la generación de simples votantes. Porque en el fondo la discusión no es sobre formas, es ideológica: que tipo de sociedad queremos construir y que tipo de ciudadanía estamos generando con nuestra acción. ¿Queremos una ciudadanía comprometida y participando? ¿O solo queremos generar un ámbito en donde cada tanto tiempo los frenteamplistas concurran a las urnas para elegir candidatos?
El propio José Mujica lo planteó no hace mucho de esta forma: “¿Qué queremos, partido de opinión o fuerza que contenga militantes? El partido es el futuro; como yo lo concibo, es el pacto intergeneracional, es los que van a venir y van a recoger la bandera. Lo otro es la agencia de publicidad, es la consultora, son los asesores”. “¿Se precisan militantes o no? Eso es lo que hay
que definir. Yo sostengo que un partido históricamente no existe si no genera militancia, si no genera pasión, si no genera compromiso en cascada” (*).
APRENDER DE LOS ERRORES
Luego de aquellas internas de 2009, se escucharon explicaciones de todo tipo para la baja votación, y muy poca autocrítica. Desde el frío hasta el miedo a la gripe porcina, cuestiones que al parecer solo habrían afectado a los frenteamplistas. En su momento, dijimos que la baja votación se debió fundamentalmente a que los frenteamplistas no estaban motivados por una contienda que les era ajena. Ya habían manifestado en diciembre a quien querían de candidato, y por eso las mesas repartiendo listas brillaron por su ausencia en muchos lugares, y por eso no se conseguían delegados para cubrir los circuitos, y por eso se suspendieron actos, y tantas otras cosas. Porque hay algo que no debe olvidarse: cuando hay un candidato de consenso, los Comités de Base juegan un rol central en la campaña, mientras que si hay multiplicidad de candidaturas, los Comités quedan al margen. Y mientras en muchos lugares tuvimos dificultades para lograr que compañeros de diferentes sectores se pusieran a repartir listas todos juntos en una sola mesa, la burguesía festejaba el triunfo a la noche cantando: “los blancos unidos jamás serán vencidos”.
Nuestra interpretación fue que el grueso de los frenteamplistas estaba desconforme y defraudado por las candidaturas múltiples, puesto que eso era contrario a toda una tradición unitaria dentro del FA. Este hecho atravesó a todos los sectores sin distinción. La gran mayoría de los que no estaban conformes con la multiplicidad de candidaturas, o no estaban conformes con la decisión de su sector político, optaron por manifestar esa disconformidad de la manera más natural que tenían de hacerlo, con la abstención. Lisa y llanamente, ese frenteamplista, sectorizado o no, dijo: esto a mi no me interesa, no cuenten conmigo para esto. De ahí la baja votación del Frente Amplio y la caída de la mayoría de sus sectores respecto de la interna anterior.
Creemos que el consenso es posible, aquel que Seregni impulsaba, y que al decir de Soledad Platero “...suponía una voluntad de fraternidad y armonía que nacía de la convicción de estar buscando lo mejor para todos, aunque en ese camino debieran hacerse concesiones y renuncias” y seguiremos bregando por lograrlo. Porque en definitiva el mejor candidato sigue siendo el Frente Amplio.

(*) Semanario Brecha, 19/12/2008

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