ABATIDO

Cuba es una pequeña isla que intenta construir su socialismo, y lo hace en medio de un infame bloqueo de su vecino imperialista.
No obstante, los problemas de Cuba se debaten abiertamente entre los cubanos, y la crítica y la autocrítica es promovida desde el gobierno y el PCC.
En noviembre de 2005, decía Fidel: “(...) muchos han dicho: La Revolución no puede; no, esto es imposible; no, esto no hay quien lo arregle. Pues sí, esto lo va a arreglar el pueblo, esto lo va a arreglar la Revolución, y de qué manera. ¿Es solo una cuestión ética? Sí, es primero que todo una cuestión ética”.
Al conmemorar el Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio del 2007, Raúl Castro decía: “Somos conscientes igualmente de que en medio de las extremas dificultades objetivas que enfrentamos, el salario aún es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo. Ello favoreció manifestaciones de indisciplina social y tolerancia que una vez entronizadas resulta difícil erradicar, incluso cuando desaparecen las causas objetivas que las engendran. Puedo afirmar responsablemente que el Partido y el Gobierno vienen estudiando con profundidad estos y otros complejos y difíciles problemas, que requieren de un enfoque integral y a la vez diferenciado en cada lugar concreto”. Esto es, el propio presidente es quien públicamente reflexiona sobre los problemas y retrasos.
En esa intervención, además de reflexionar aguda y críticamente sobre la situación económica por la que atravesaba el país, Raúl llamó al pueblo cubano a expresar sus valoraciones sobre el futuro del desarrollo socioeconómico cubano. En diversos espacios de debate popular se generaron 1.301.203 planteamientos (lo voy a expresar en letras, por las dudas: un millón trescientos un mil doscientos tres planteamientos).
Dos años después, a la discusión nacional se le agregó el análisis de los discursos del Segundo secretario del PCC pronunciados el 26 de julio en Holguín, y el 1 de agosto de 2010 ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde se recogieron otras 2,288.832 (dos millones doscientas ochenta y ocho mil ochocientas treinta y dos) propuestas de acciones, apoyo, sugerencias y críticas sobre la vida social y económica de la nación.
El 9 de noviembre del 2010, fue presentado el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, y el 1 de diciembre de 2010 se inició la discusión del documento por parte de los militantes y el resto de la población cubana. A menos de 20 días de iniciado el proceso, el Segundo secretario del PCC reafirmó el propósito de los debates en discurso ante la Asamblea Nacional del Poder Popular:
“(...) el tren del VI Congreso del Partido está en marcha, ya que el verdadero congreso será la discusión abierta -como ya se está efectuando- y franca con los militantes y todo el pueblo de sus enunciados, lo que en un genuino ejercicio democrático, permitirá enriquecerlos, al tiempo que, sin excluir opiniones divergentes, logremos la conformación de un consenso nacional acerca de la necesidad y la urgencia de introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e irreversible el Socialismo en Cuba”.
A partir de entonces se celebraron numerosos seminarios que sirvieron al propósito de esclarecer y profundizar en el contenido de los Lineamientos y de ese modo preparar adecuadamente a los cuadros y funcionarios, que a su vez encabezarían el proceso de discusión con la militancia, las organizaciones de masas y la población en general.
Durante tres meses, se desarrolló el debate, en el cual participaron 8 millones 913 mil 838 personas en más de 163 mil reuniones efectuadas en el seno de las diferentes organizaciones, registrándose una cifra superior a tres millones de intervenciones.
“Este proceso puso de manifiesto la capacidad del Partido para conducir un diálogo serio y transparente con la población sobre cualquier asunto, por sensible que éste fuera, máxime cuando se trata de ir forjando un consenso nacional acerca de los rasgos que deberán caracterizar al Modelo Económico y Social del país”, decía Raúl en el informe.
El documento original contenía 291 lineamientos, de los cuales 16 fueron integrados en otros, 94 mantuvieron su redacción, en 181 se modificó su contenido y se incorporaron 36 nuevos, resultando un total de 311 en el actual proyecto. Estos números, en simple aritmética, constatan la calidad de la consulta, donde en mayor o menor medida, algo más de dos tercios de los lineamientos, exactamente el 68%, fueron reformulados.
Acá al sur, en la República Oriental del Uruguay, gobernada por una coalición “progresista”, sin enemigos a la vista en millones de kilómetros a la redonda, nada puede ser discutido. Cualquier atisbo de crítica, sea lo que sea, aunque sea una simple pregunta, es considerado un ataque al gobierno. Todo aquel que se atreva a dudar de que lo que hace el gobierno está bien, será irremediablemente acusado de estar haciéndole el juego a la derecha, darle pasto a las fieras o frases similares.
Acá al sur, en la República Oriental del Uruguay, hay al menos un tipo que se siente abatido, aunque no bajará los brazos.

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