Un grupo de ciudadanos de izquierda elaboraron una carta a la opinión pública, y juntan firmas proponiendo un cambio de rumbo en el próximo período de gobierno, llamando además a ver el capitalismo como algo a superar e invitan a firmar a quienes coincidan con lo medular del planteo.
La Carta
Los redactores de este texto somos ciudadanos de izquierda, que en vísperas del balotaje del 30 de noviembre tenemos una serie de inquietudes respecto al futuro de nuestro país. Muchos de nosotros, a pesar de lo que diremos, votaremos la fórmula del Frente Amplio. Otros, por las mismas razones, nos inclinaremos por el voto en blanco o anulado. Ninguno de los promotores de esta iniciativa apoyará al Partido Nacional.
En vísperas de un tercer triunfo electoral del Frente Amplio nos preguntamos si vamos en la mejor dirección posible, si lo alcanzado en estos diez años guarda suficiente relación con las causas sociales y políticas por las que tanta gente luchó. Si iniciáramos el análisis a partir de la crisis de 2002, no cabe duda que la desocupación ha caído sensiblemente, que el poder adquisitivo ha aumentado y cierta desigualdad de ingresos se ha atenuado, sobre todo considerando el reparto entre los sectores de ingresos medios y más bajos. Se han reconocido derechos y dado apoyo a sectores de la población que estaban privados de amparo social. Sin embargo, la distribución de la riqueza continúa siendo injusta.
El 1% más rico de la población acapara la misma cantidad de bienes sociales que el 50% más pobre, cuyos sueldos apenas si arañan los 15.000 pesos. Se ha apostado a un modelo de desarrollo basado en la transformación inteligente de los recursos naturales en una coyuntura de bonanza de los precios internacionales. Sin embargo, la experiencia histórica nos alerta sobre el peligro de sustentar el desarrollo jugándonos a la lotería de las “commodities”, a la venta de materias primas más o menos elaboradas. Un modelo de desarrollo prudente, sin descartar el agro inteligente y el turismo, exige apostar a una mayor diversificación y sofisticación productiva que genere nuevas bases de competitividad internacional, incorporando otras áreas de producción, como la tecnología, el software, la biotecnología y una industria no sólo orientada al procesamiento de la producción primaria, camino que han seguido exitosamente otras pequeñas economías. Con una raquítica inversión en investigación y desarrollo es impensable dar ese salto.
La abierta promoción de la inversión extranjera, por medio del otorgamiento de zonas francas y de exoneraciones tributarias que no condicen con los impuestos que soporta el resto de la población, no ha generado, como se argumentaba, la inversión doméstica asociada, ni ha impactado en el eslabonamiento productivo. En cambio, le abre las puertas del país a poderosas corporaciones transnacionales que codician los recursos naturales del planeta e imponen las reglas del sistema económico global. Con certeza, nada menos que la mitad de nuestro campo está actualmente explotado por capital extranjero y se estima que un tercio de los títulos de tierras están en sus manos. Los beneficios generados por la soja y el eucaliptus han derivado en una suba ininterrumpida del precio de la tierra.
Los sucesivos censos agrarios arrojan la preocupante cifra de 1200 pequeños productores rurales que cada año abandonan el campo, debilitando el entretejido productivo y social. Este modelo, por añadidura, genera preocupación por sus consecuencias sobre el medio ambiente. Al tiempo que se retrae la pequeña producción rural, se deteriora la calidad de nuestros suelos y de nuestras aguas como consecuencia de los procedimientos técnicos y los productos químicos utilizados por la agroindustria. Por la vía de la bancarización forzosa y la imposición de los medios de pago electrónicos, se allanará el camino al endeudamiento y se beneficiará al capital financiero que intervendrá en todas las transacciones monetarias, promoviendo una cultura consumista y colocando innecesariamente a los asalariados y jubilados en sus manos.
En materia educativa, los testimonios de los docentes son unánimes: de los estudiantes que logran terminar la secundaria, muchos de ellos redactan defectuosamente, apenas si alcanzan la comprensión lectora y tienen dificultades para el pensamiento lógico. La realidad es aun más alarmante por la brecha que se ensancha entre la educación pública y la privada. Nuestra educación pública nació con el propósito deliberado de crear ciudadanos y con estos pobres niveles educativos nos aguarda un futuro inquietante. Necesitamos hacer de la enseñanza pública una causa nacional.
Ello implica garantizar su funcionamiento, asegurar el acceso de todos los niños y jóvenes, dar estabilidad a los docentes, elevar el nivel de conocimiento impartido, cambiar su metodología para hacerla más amable y rediscutir su rumbo para que cumpla sus objetivos sociales: transmitir y construir conocimientos, generar inclusión social, capacidad de trabajo, pensamiento crítico y calidad democrática.
Finalmente, todo eso requiere un Estado fuerte ante las presiones del poder económico trasnacional, abierto y sincero en la información que proporciona a sus ciudadanos, depurado de cuotas políticas, corrupción, “amiguismo” y burocracia; un Estado en el que los gobernantes respeten las normas establecidas para garantía de los gobernados. Todos los que un día nos descubrimos “de izquierda” desechamos los dudosos beneficios de transitar un camino trillado, animándonos a hacer girar la aguja del tiempo histórico en una nueva dirección.
Rompimos con la visión conservadora que aseguraba que vivíamos en el mejor de los mundos posibles, e imaginamos, ejerciendo la crítica ante el modelo capitalista, otros mundos para la humanidad. No era, fue ni será posible ser de izquierda sin plantearse el capitalismo como problema. Mucho más que una posición intelectual, ser de izquierda significa reivindicar una ética: actuar conforme a lo que se piensa y se dice.
Ese es el camino que deseamos seguir. Y ese es también el mensaje que, como ciudadanos, queremos expresar en esta instancia, sea cual sea nuestro voto. Sabemos que no estamos solos, que en nuestra sociedad no sólo anida la fe hacia los dirigentes, sino también la prudencia infinita de ejercer el razonamiento crítico, como nos enseñaran Quijano y otros grandes maestros. Esta declaración está abierta al apoyo de quienes sientan la necesidad de un cambio de rumbo y por eso ya no es sólo nuestra, sino de todos aquellos que la sientan como propia y deseen firmarla y reproducirla por todos los medios imaginables.
Comentarios
YA VI TU NOMBRE AHI
COMO HAGO???????
ABRAZOS
ARLETTE
El pasado fin de semana comenzó a circular en las redes virtuales una carta abierta, titulada “Un cambio de rumbo”. La carta, que puede leerse en esta edición de https://www.facebook.com/hayotrorumbo
Es promovida por un grupo de personas de izquierda, entre las que hay conocidos militantes, artistas, intelectuales, educadores, periodista y trabajadores de muy diversas áreas, y está además abierta a la firma de todos aquellos que compartan su contenido.
¿POR QUÉ “UN CAMBIO DE RUMBO”?
Me propongo compartir con ustedes, lectores de “Voces”, no lo que dice la carta (para saber eso, basta leerla) sino algo más personal: los motivos que me llevaron a impulsarla y a firmarla.(no vi la firma de Sarhou)
Los períodos electorales suelen polarizar las cosas. “Izquierda o derecha”, “ellos o nosotros”, “buenos o malos”, son los términos del conflicto. Mientras eso ocurre, en cada partido, y en toda la sociedad, el debate desaparece y cosas muy importantes quedan sin discutirse.
Pasadas las elecciones, tampoco es momento de discutir. Hay que gobernar, nombrar ministros, aprobar el presupuesto, tomar decisiones, gestionar y atender conflictos. Pasan así tres o cuatro años y vuelve el clima preelectoral. Uno creería que llega entonces el tiempo de cuestionarse algunas cosas. Pero no, está equivocado. Porque, si se insinúa que algo se ha hecho mal o se podría hacer mejor, “se le están dando armas al enemigo”. Entonces llega nuevamente el período electoral Y la lógica del “ellos o nosotros” vuelve a imponer silencio.
2004, 20009 y ahora 2014. Todo indica que serán quince años de gobierno del mismo partido. ¿Cuándo será el momento de discutir el rumbo económico, el manejo del Estado y las políticas que se aplican desde él?
“Un cambio de rumbo” es la expresión de un grupo de personas de izquierda que no quiere ver de nuevo en el gobiernoa blancos ni a colorados, pero que tampoco quiere guardar silencio para siempre.
Se dirá, ¿pero no ven que casi la mayoría del país ha respaldado la gestión del gobierno?
Puede ser. Pero la clave de la democracia es que las opiniones, mayoritarias o minoritarias, puedan hacerse públicas. ¿Cómo evolucionaría la sociedad si sólo pudieran oírse las opiniones más votadas? Creo que lo esencial de la carta puede sintetizarse en tres grandes temas.
“ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO”
El primero es el modelo económico. No porque el documento proponga cambios revolucionarios o utopías. De hecho, no lo hace. Señala que el modelo actual es injusto en la distribución del ingreso, que el 1% de la población posee la misma riqueza que el 50% más pobre, cuyos sueldos no superan los $15.000; que es demasiado dependiente de la inversión extranjera, a la que le concede con facilidad zonas francas, puertos, leyes especiales, créditos y garantías, mientras que el resto de la población paga impuestos y carece de esas facilidades.
Otro problema es el avance del capital financiero, favorecido por la generalización del las tarjetas de crédito, la financiación de autos y casas, la extensión de los créditos de consumo y el desarrollo de la cultura del consumismo. La ley de “inclusión financiera”, cuyos efectos se sentirán en los próximos años, profundizará ese proceso, dándoles a los bancos intervención forzosa en todas las operaciones económicas, incluidos el pago de sueldos y jubilaciones.
La carta no propone utopías. Propone estudiar con detenimiento los propósitos de los “megainversores”, controlarlos más y ser más equitativo en los privilegios que se les conceden.
¿QUÉ ESTADO Y PARA QUÉ?
El segundo gran tema es, en el fondo, el del manejo del Estado y de la institucionalidad.
La tesis del documento (según lo interpreto) es que el mal funcionamiento del Estado, así como la incomprensión de la importancia del sistema institucional y legislativo, está en la raíz de muchos problemas que padecemos. El secreto, el ocultamiento de información sobre los asuntos públicos, la falta de explicación sobre las decisiones de gobierno, la dificultad para controlar a ciertos poderes económicos, la impunidad de muchos criminales uniformados y de los otros, las “cuotas políticas”, la corrupción, el “amiguismo”, la burocracia, los atropellos actuales contra menores y mayores privados de libertad, las “soluciones” que se saltean procedimientos legales, la voluntad política de los gobernantes impuesta por sobre las leyes que garantizan los derechos de los gobernados, son problemas que sólo pueden prevenirse comprendiendo que el gobierno democrático requiere transparencia, buena información pública, un parlamento que discuta y controle, respeto por la opinión de los ciudadanos y sometimiento de los gobernantes a las reglas establecidas para garantía de los gobernados.
Un Estado firme, transparente y confiable, es indispensable para que un gobierno popular sea posible. Las fuerzas económicas y políticas, tanto externas como internas, son demasiado poderosas. Si el Estado no actúa con claridad para ganar la confianza de los gobernados, no podrá enfrentarlas ni controlarlas.
EDUCACIÓN, EDUCACIÓN, EDUCACIÓN
El tercer gran tema es la educación. Pero no considerada como uno más de los servicios del Estado, sino como la piedra fundamental de un régimen democrático popular. La cosa es sencilla. Población ignorante es población sumisa. Sumisa ante las decisiones de cualquier gobierno y también ante los mandatos y modas que vienen de afuera, impuestos por la publicidad y por las grandes cadenas de comunicación.
La carta propone convertir a la enseñanza pública en la principal causa nacional. Reitero: a la enseñanza pública, que forma a las tres cuartas partes de nuestros niños y jóvenes, en especial a los más desfavorecidos, la única que puede garantizar un acceso y un tratamiento equitativo para todos. Y la única que puede ser democráticamente controlada por la sociedad.
La decadencia de la enseñanza no empezó con los últimos dos gobiernos. Pero durante ellos se perdió una oportunidad inmejorable. Mayorías parlamentarias, buena relación con el movimiento sindical y claro apoyo popular, fueron desperdiciados, ya sea por falta de ideas o por falta de claridad, en la cúpula de gobierno, sobre la importancia del asunto.
Propuestas privatizadoras, como la de transferir recursos y alumnos a los privados a través de “vouchers”, están reñidas con la necesidad de volcar todos los recursos al mejoramiento de la enseñanza pública. Como lo están los intentos de mejorar las estadísticas rebajando los niveles de exigencia o promoviendo a los alumnos aunque no alcancen la suficiencia.
Lo de “causa nacional” no es un “slogan” publicitario. Significa centrar todos los esfuerzos y las voluntades en volver a hacer de la enseñanza pública, además de ámbitos de formación para el trabajo y la cultura, una escuela de ciudadanía. Porque no hay democracia sin ciudadanos, y no hay ciudadanos sin educación.
SIN DUEÑOS
La propuesta que acabo de reseñar es expresión de un espacio ideológico que desde hace años no tiene un correlato claro en lo político. Opuesta a los partidos tradicionales, sólo parcialmente expresada por el Frente Amplio o por otras organizaciones de izquierda y deseosa deinterpretar sin esquemas la nueva realidad local y global, la izquierda crítica parece no tener sitio.
La carta “Un cambio de rumbo” es prueba de que vive y lucha. Sin dueños, sin dogmas, sin jefes.
Firmarla, discutirla, odifundirla por cualquier medio, es una forma de adherir a esa actitud de izquierda, más interesada enrenovar las preguntas que en cerrarlas con dogmas.NO VI LA FIRMA QUE SARTHOU Y NO HA LEIDO LOS ULTIMOS ARTICULOS DE TU BLOGS NO TENGO facebook.
ABRAZOS ARLETTE
PINCHE EN EL BLOGG Y ESTAMPE MI FIRMA
NO TENGO facebook
NO APARECE MI NOMBRE .
ABRAZOS ARLETTE GARRIDO
SALUDOS ARLETTE