POPULISMO O NO
(publicado en Semanario VOCES el 4/12)
Cuando se utiliza el término “populista” para referirse a determinado gobernante o partido político, generalmente se lo emplea para descalificar. Se lo emplea en modo despectivo, y como sinónimo de demagogia, mentiras baratas y manipulación perversa de masas descerebradas. El mensaje lleva implícito que ser populista es ser mentiroso, demagogo, embaucador de pueblos, payaso, chanta y otras linduras.
Cuando se utiliza el término “populista” para referirse a determinado gobernante o partido político, generalmente se lo emplea para descalificar. Se lo emplea en modo despectivo, y como sinónimo de demagogia, mentiras baratas y manipulación perversa de masas descerebradas. El mensaje lleva implícito que ser populista es ser mentiroso, demagogo, embaucador de pueblos, payaso, chanta y otras linduras.
Desde el norte, el término
‘populista’ se utiliza de forma recurrente con el fin de descalificar a
gobiernos y políticos latinoamericanos.
Casi sin excepción, los movimientos de izquierda que lograron el gobierno en Latinoamérica, aupados por las masas populares, son tachados de populistas, sobre todo cuando nacionalizan los recursos naturales en manos de oligopolios extranjeros o hacen lo mismo con empresas nacionales privatizadas. Es ‘populista’ nacionalizar empresas porque –dicen- esas medidas ahuyentan las inversiones extranjeras (lo que resultó falso). Es ‘populista’ recuperar el papel del Estado en la economía, porque el Estado es ineficaz comparado con la empresa privada (otra falsedad). Son ‘populistas’, en fin, las medidas que favorecen a los desheredados, porque éstas fomentan la vagancia, endeudan al Estado e hipotecan los recursos del país, recursos que, por supuesto, deben ir a la siempre eficiente iniciativa privada.
Casi sin excepción, los movimientos de izquierda que lograron el gobierno en Latinoamérica, aupados por las masas populares, son tachados de populistas, sobre todo cuando nacionalizan los recursos naturales en manos de oligopolios extranjeros o hacen lo mismo con empresas nacionales privatizadas. Es ‘populista’ nacionalizar empresas porque –dicen- esas medidas ahuyentan las inversiones extranjeras (lo que resultó falso). Es ‘populista’ recuperar el papel del Estado en la economía, porque el Estado es ineficaz comparado con la empresa privada (otra falsedad). Son ‘populistas’, en fin, las medidas que favorecen a los desheredados, porque éstas fomentan la vagancia, endeudan al Estado e hipotecan los recursos del país, recursos que, por supuesto, deben ir a la siempre eficiente iniciativa privada.
Pero el uso y abuso del término
lleva a obviar análisis serios del tema, como el hecho de que partidos
políticos que dicen rechazar toda forma de populismo ganan elecciones recurriendo
a él. Si aceptáramos que ser populista es seducir a la población con promesas
que nunca se cumplirán, no hay partido político libre de ese pecado.
Y aún la descalificación por la descalificación tiene otra
consecuencia más de fondo: evitar la discusión frontal, sin subterfugios, de
las propuestas de gobierno de cada partido político, pero sobre todo evita la
discusión acerca del rumbo. En estos procesos en construcción en América
Latina, es decisiva su dirección; la derecha ha puesto todos los recursos a su
disposición para disputar y definir esa dirección, y habrá que ver si quienes
aspiran a la justicia, la igualdad y la emancipación la disputarán
efectivamente.
¿Qué tienen en común el progresismo uruguayo con otras
versiones latinoamericanas? Hay en vastos sectores preocupación por lo que es
un terreno común a casi todos ellos, el patrón de acumulación
primario-exportador extractivista y financiarizado bajo dominio trasnacional,
el cual es impulsado, garantizado y financiado por los Estados latinoamericanos.
Salvo contadas excepciones o matices –muy valiosos por cierto- este modelo se
ejecuta en todos los países de la región, explotando al máximo la legitimidad
mayúscula de los gobiernos de izquierda o progresistas para ejecutarlo.
Donde gobierna la izquierda o el progresismo, el capital
trasnacional ha encontrado condiciones óptimas de estabilización en la crisis
capitalista, porque tienen el agregado de lograrlo con legitimación política.
Lo nuevo, en todas partes, es que el rumbo se empieza a discutir
con más fuerza desde la propia izquierda, y más allá de lo estrictamente
electoral.
Comentarios
EL "PROGRESISMO URUGUAYO,AHORA CON ASTORI A LAA CABEXAA LLAMA A LA EXTRANJERIZACION
NO ESPANTEMOS A LLOS ESTRANJEROS
EEL NUEVO PRESIDENTE YA ANUNCIO EN UN DISCURSO CUALES SERAN LA MEDIDAS A TOMAR LO TRISTE ES QUE SE ABRAZO A BUCH Y SU ADORECION A LOS SIMBOLOS NAZIS,PERMITIRA LAS ZONAS FRANCAS
CLAP CLAP CLAP
LLAMO EN FORMA ABIERTA A LOS EXTRANJEROS A INVERTIR EN URUGUAY QUE MAS SE PUEDE ESPERAR CON UN MINISTRO COMO ASTORI
YA ESTA FORMANDO SU GABINETE MINISTERIAL
ASTORI A LA CABEZAA LLAMA A LA EXTRANJERIZACION NO ESPANTEMOS A LOS ESTRANJEROS
EL NUEVO PRESIDENTE YA ANUNCIO EN UN DISCURSO CUALES SERAN LA MEDIDAS A TOMAR LO TRISTE ES QUE SE ABRAZO A BUCH Y SU ADORACION A LOS SIMBOLOS NAZIS,PERMITIRA LAS ZONAS FRANCAS CLAP CLAP CLAP
LLAMO EN FORMA ABIERTA A LOS EXTRANJEROS A INVERTIR EN URUGUAY QUE MAS SE PUEDE ESPERAR CON UN MINISTRO COMO ASTORI
YA ESTA FORMANDO SU GABINETE MINISTERIAL