EL OTRO NIRVANA
He leído con asombro en el portal Rebelión -asombro que no puedo
disimular- un artículo de Iñaki
Errazkin, titulado LA FALACIA DEL NIRVANA. Y digo con asombro ya
que en una página que publica artículos que podemos calificar de izquierda, el
artículo que menciono es de un conservadurismo extremo.
Al parecer, y de acuerdo al
planteo de este señor, habría una izquierda que se plantea un “nirvana”, que
sería el resultante de la liberación de los deseos. Una izquierda que plantea
alternativas idealizadas a los problemas, en lugar de soluciones posibles. Una
izquierda que se plantea “lo mejor” cuando es sabido (porque lo dijo Voltaire)
que eso es enemigo de “lo bueno”.
De esa manera, la naciente
PODEMOS no es una organización revolucionaria, ni tampoco es “lo mejor”, pero
es “una solución táctica pragmática, inteligente, ilusionante y alejada de
las falacias”. Es “lo bueno”.
El planteo de Iñaki
Errazkin es por demás conservador, y se emparenta obviamente con los
progresismos tan en boga en nuestro continente.
Lo cierto es que estos
progresismos lo que plantean es más capitalismo; y más capitalismo es más explotación, miseria para las mayorías, destrucción del planeta, guerras económicas, financieras y de las otras, de las que se matan pobres contra pobres. Y claro que
hay muchos interesados en que ni soñemos con el Nirvana y nos conformemos con
algún cambio cosmético.
Los cambios posibles que llevan
adelante los progresismos, no son alternativas idealizadas, son “lo bueno”.
No importa si eso significa el deterioro de la educación, la agricultura
contaminante, el agua podrida, una salud de mala calidad para las mayorías y
una de primera para los ricos; no importa que las mega inversiones generen mega
desastres y mega expoliación de los recursos, ni importa la impunidad y la
descomposición social, en la que a pocos le importa todas esas cosas mientras
tengan la barriga llena y la ilusión de fumarse un porro o comprarse un auto
chino; no importa si eso también significa corrupción y poca transparencia y
todo lo demás, porque eso es “lo posible”...No sueñen, nos dice Iñaki,
dejen de lado las utopías.
Como dice María
Luisa Battegazzore, “El mensaje de que el capitalismo es la estación
terminal del proceso histórico –noción que Perry Anderson considera el núcleo
doctrinal del neoliberalismo- persiste y ha prosperado en el proyecto dominante
en el “progresismo”, para el cual no existe otro horizonte, ni siquiera
pensable, salvo en el terreno de la utopía, donde son colocados los proyectos
emancipatorios y revolucionarios, transformados en residuos de la memoria o en
mitos del pasado”.
Y por eso los
líderes progresistas son festejados a lo largo del planeta, porque son pseudo izquierdistas (con lo cual consiguen el apoyo de grandes masas desesperadas) pero sus prácticas se diferencian en muy poco de lo que
han sido y son los gobiernos conservadores. En este sentido, basta ver la calma
y la complacencia con que es aceptado en los más variados círculos el discurso
conciliador del ex presidente Mujica, que a esta altura es un referente de la
burguesía y presentado como ejemplo ante las grandes masas del mundo entero.
Battegazzore ha
dicho por ejemplo –y con certera precisión- que “Por primera vez en la
historia de la izquierda uruguaya se hace la defensa, sin ambages, no sólo de
un proyecto de desarrollo capitalista, sino de un plan basado en la inversión
extranjera y la desestimación del concepto y la realidad del imperialismo”.
De manera que el
planteo de Iñaki es algo así como “el otro nirvana”, el de los explotadores: un
pueblo sumiso que apenas aspire a lo posible dentro del marco de un sistema que
los explota, y que luego se conformará si consigue tan solo la mitad de ese mínimo posible.
Comentarios
E LLEGAMOS JOSE LUIS?????????
Battegazzore ha dicho por ejemplo –y con certera precisión- que “Por primera vez en la historia de la izquierda uruguaya se hace la defensa, sin ambages, no sólo de un proyecto de desarrollo capitalista, sino de un plan basado en la inversión extranjera y la desestimación del concepto y la realidad del imperialismo”.
De manera que el planteo de Iñaki es algo así como “el otro nirvana”, el de los explotadores: un pueblo sumiso que apenas aspire a lo posible dentro del marco de un sistema que los explota, y que luego se conformará si consigue tan solo la mitad de ese mínimo posible