LA ENFERMEDAD INFANTIL DEL POGRESISMO
El progresismo en el gobierno adopta de
un tiempo a esta parte la estrategia del avestruz, combinada con la
del gran bonete. Ante cualquier crítica a su gestión, la premisa
básica es negar absolutamente todo, afirmar que todo está bien y
que solo son maniobras de la oposición para obtener réditos
políticos (como si por los siglos de los siglos esa no fuera la
estrategia de toda oposición, incluido el FA cuando lo era). Eso en
primer lugar. En segundo lugar, afirmar que antes era peor, esto es,
“nosotros podremos ser malos, pero los que estaban antes que
nosotros eran peores”. Y cuando las cosas se ponen feas y ninguna
de las premisas anteriores sirven, entonces se comienza a repartir la
culpa a diestra y siniestra, o también a diluir la misma en un “todos
somos responsables" (usted y yo también, vecina, vecino).
Para Agazzi, por ejemplo la de ANCAP
fue una “gestión exitosa”. Esto es, una empresa que invierte
1.200 millones de dólares, pierde 800 millones y hay que
capitalizarla porque se funde, y eso es todo un éxito. Claro, si yo
invirtiera hoy en mi carpintería un millón de dólares, seguramente
la transformaría en una carpintería modelo. También seguramente no
podría pagar la inversión y terminaría preso, porque no vendría
jamás el Estado a recapitalizarme. A lo sumo vendría la policía y
me metería en cana por delincuente. Eso no pasa con los políticos
que ponemos a dirigir nuestras empresas.
En otro medio afirmó que “Ancap
hizo propuestas y después las llevó adelante. La responsabilidad en
la transformación de Ancap es responsabilidad de todo el gobierno.
Para nosotros la responsabilidad del gobierno es en el éxito de la
transformación de Ancap en la empresa que es hoy”, sentenció
Agazzi. Absolutamente entusiasmado
con el éxito de la gestión de ANCAP.
Una empresa que vende combustibles y
portland fundamentalmente, y que pierde millones de dólares justo en
el momento en que el petróleo baja a precios históricos en el
planeta, y en el momento en que la industria de la construcción está
en niveles históricos formidables.
Pero no solo no reconocen errores que
son visibles para cualquiera con dos dedos de frente, sino que además
juegan al gran bonete y se pasan la pelota unos a otros. Cuando el
periodista le pregunta por qué para él es exitosa la gestión y
para el ministro de economía no, Agazzi le contesta: “pregúntele al ministro de economía”.
El periodista le pregunta por la
ausencia de Raúl Sendic en la sesión del senado que tratará los
informes, y Agazzi miente. Dice lo siguiente: “Sendic es el
vicepresidente de la República y el presidente del Senado, y no
puede opinar”.
El periodista le responde: “Lo puede
hacer”
A lo que Agazzi contesta: “Lo puede
hacer pero eso nunca se hizo”.
Es decir, Agazzi sabe que Sendic aunque
sea el presidente del Senado puede estar en la sesión y puede
opinar, pero prefiere mentir y decir que no, que no puede.
Ya en octubre pasado el secretariado
del FA emitió una declaración (en ausencia de los delegados del
FLS) en la que expresaba: "Respaldar
a todos los compañeros que han cumplido funciones de responsabilidad
en ANCAP y que aún siguen desempeñando; por haber cumplido a
cabalidad con el mandato de nuestra fuerza política expresado en los
sucesivos programas de gobierno".
Esto es, para el FA lo importante es que los directores y demás
responsables de ANCAP habían cumplido a cabalidad con el mandato de
su fuerza política expresado en los programas de gobierno. Les
importaba un comino si ese mandato había hecho perder cientos de
millones de dólares a los uruguayos. Una declaración absolutamente
deplorable, en la que el FA se mira su ombligo y se olvida del país
y su gente.
Previamente, claro, Sendic había
apuntado hacia el ministro de economía Astori, diciendo que "El
dinero que falta en Ancap lo tiene el gobierno central"
(el juego del gran bonete).
Un argumento que se ha repetido
reiteradas veces por parte del oficialismo es que el problema es que
ANCAP vende en pesos pero se tiene que endeudar en dólares.
Bien, aceptemos que ese es un problema.
Un problema que cualquier hijo de vecino sabe y conoce. Cualquiera
que se va a comprar una moto sabe que si la cuota es en dólares y el
cobra su salario en pesos es todo un problema. Y entonces calcula si
va a poder pagar la cuota o no cuando el dólar suba. Pero parece que
los genios de ANCAP no lo tuvieron en cuenta y solo se desayunaron
ahora, cuando la empresa de los uruguayos perdió más de 800
millones de dólares. Y estamos hablando de una empresa del Estado,
por lo cual debería saber casi con exactitud a que precio iba a estar
el dólar en cada momento. Un argumento por demás infantil y
pedorro.
Otra cuestión que se repite es: aquí
nadie metió la mano en la lata. Como si ese fuera un argumento
determinante y concluyente. La frase tendría sentido si se dijera de
esta manera: señores, somos unos inútiles, no sabemos administrar
una empresa de este porte, pero no afanamos ni un peso. Entonces uno
comprendería, les daría tres patadas en el traste y pondría al
frente a alguien que sepa hacerlo. Pero no. El argumento de no meter
la mano en la lata es acompañado del otro, el que dice que no pasó
nada y que todo fue un éxito. Entonces dan ganas de aplicar el rifle
sanitario.
El
senador Ernesto Agazzi dijo
que la actuación de la comisión investigadora sobre ANCAP que
el Frente Amplio representó un procedimiento "limpio y
complejo" que dejó claro que no hubo ni irregularidades ni ilegalidades durante la gestión del ente.
Si no hubo ni ilegalidades ni
irregularidades, cómo fue que la empresa perdió millones de
dólares?
Es algo absolutamente regular que
cuando la construcción está en su apogeo histórico la empresa que
fabrica portland pierda millones de dólares? Es de lo más normal
que la empresa que vende combustible, cuyo insumo básico es el
petróleo, y este baja de precio a niveles nunca vistos, pierda
millones de dólares? Es eso normal? Está dentro de la regularidad
de las empresas del Estado? Cómo es que una empresa en esas
condiciones y siendo monopólica pierda fortunas, mientras otras en
competencia ganan fortunas?
El Frente Amplio repite la historia
reciente de PLUNA, en donde también afirmaron que no había
irregularidades ni ilegalidades, pero terminaron un ministro y un
jerarca del BROU procesados y los uruguayos perdiendo cientos de
millones de dólares (cosa que aún no terminó y puede haber más
pérdidas). Un comportamiento por demás infantil que solo le traerá más problemas que los que creen evitar.
Comentarios
ASTORI.TABARE Y SENDC Y TODOEL F.A ESTAN METIDOS EN UN MAR DE MIERDA (PERDON POR LA EXPRESION)
FELICITACIONES
ARLETTE
PENSABA NO LEER MAS SOBRE EL F.A
LEE ESTA WEB
http://www.parlamento.gub.uy/indexdb/Distribuidos/ListarDistribuido.asp?URL=/distribuidos/contenido/senado/S20132124.htm&TIPO=CON
LO QUE DICEN LOS HEMODINAMISTAS EN EL PARLAMENTO
EL FONDO NACIONAL DE RECUERSOS ATA A UN PACIENTE ENFERMO DEL CORAZON
CON LA SALUD NOSE JUEGA
ASTORI ,SENDIC Y TODO EL F.A MIENTEN ENFORMA DESCARADA
SACUDAN NOMAS EL ARBOL HASTA LAS RAICES
Por Hoenir Sarthou
Habría querido que este momento no llegara nunca, porque lo que voy a decir me resulta muy doloroso.
No voy a votar al Frente Amplio en la elección de octubre. Por primera vez, en más de cuarenta años, siento que no puedo ni debo hacerlo.
Es una decisión individual e íntima (todas las decisiones lo son, en el fondo) pero no solitaria. Muchas personas de izquierda han decidido adoptar la misma actitud o la tienen en su horizonte y la están considerando.
En mi caso, los motivos no son sorprendentes. Han sido anunciados con preocupación, desde hace años, en esta misma columna.
Sintéticamente, no comparto las políticas que implican someter al país y a su población al modelo económico “global” de los capitales transnacionales, en el que, a pesar de los discursos, la mitad de los trabajadores gana menos de $15.000. Discrepo con el proceso de concentración y extranjerización de la propiedad de la tierra, que se ha permitido en estos años. No estoy de acuerdo con los privilegios abusivos (exoneraciones tributarias, puertos, zonas francas, leyes hechas a la medida) concedidos a la gran inversión extranjera y negada en cambio a la inversión y al trabajo nacional. No creo que un gobierno de izquierda deba condicionar al país, al grado en que lo han hecho los dos últimos gobiernos, a inversiones estratégicamente discutibles y ambientalmente peligrosas, como las de UPM, Montes del Plata o Aratirí. Me indigna la ley de bancarización obligatoria (hipócritamente denominada “de inclusión financiera”), que favorece el endeudamiento de la población de menos recursos y significa la intromisión inevitable del capital financiero (los bancos) en todas las transacciones económicas, incluido el pago de los sueldos.
En materia de políticas sociales, se ha incurrido en algo que es –y será todavía más, en pocos años- una verdadera tragedia social: permitir la decadencia de la enseñanza pública. Cuando uno se entera de que más del 60% de la población juvenil no completa la enseñanza secundaria, hay poco más para decir. Significa que más de la mitad de la población no estará en condiciones de acceder a puestos de trabajos medianamente bien remunerados. ¿En qué clase de sociedad viviremos, entonces? ¿Alguien cree que se podrá seguir sobrellevando la marginalidad cultural creciente con subsidios del MIDES, internaciones en el INAU y más policía? Un gobierno que no jerarquiza a la enseñanza pública es, objetivamente, un gobierno reaccionario. Se diga lo que se diga.
A esas dos grandes discrepancias sustanciales (con el modelo económico y con las políticas sociales) se suma el abuso del secreto y la mentira, o el grosero maquillaje de la realidad.
Desde hace algunos años me está pasando que no creo en las versiones de la realidad que se difunden desde el gobierno. Siento que hay motivaciones y decisiones que no se expresan con franqueza.
Quizá es eso lo que no me permite votar al Frente en octubre. Uno no puede ni debe consentir algo en lo que no cree. Que me disculpen algunos amigos que no comparten mi escepticismo y están entusiasmados con volver a votar al Frente Amplio. Soy sincero y, como diría Vaz Ferreira, no estoy dispuesto a pasar por encima de un estado de mi conciencia.
Llegado este punto (lo he hablado con otras personas que también comparten el dilema), dado que en octubre no se decidirá el gobierno sino la integración del Parlamento, para quien jamás votaría a una opción más conservadora que el Frente Amplio, se abren dos opciones: a) votar en blanco; o b) votar a alguno de los partidos testimoniales de izquierda.
Las dos opciones me parecen moralmente respetables. Votar en blanco, porque es la sincera expresión de una falta de identificación con las propuestas políticas existentes y, de alguna forma, preanuncia la necesidad de cambios en el escenario y en los discursos políticos. Votar a una de las opciones de izquierda extra frentista, porque, sin favorecer el ingreso de más legisladores blancos o colorados, es una forma de posibilitar el ingreso al Parlamento de una voz crítica de izquierda que hoy no existe.
Ninguna de las opciones es fácil ni perfecta. Pero nada en estos tiempos es fácil ni perfecto. De hecho, para muchas personas que no votarán al Frente en octubre (entre las que me incluyo), eso no significa renegar de la tradición frenteamplista. En muchos sentidos, es una expresión de fidelidad a la tradición de izquierda que históricamente encarnó el Frente Amplio, aunque implique cuestionar a las autoridades y a la gestión de gobierno del Frente.
La actual dirección del Frente Amplio reclama el voto basado en tres argumentos: que el país ha crecido materialmente durante sus gobiernos, que los asalariados y los pobres están mejor que antes, y que un gobierno blanco sería peor que lo que hay.
La semana próxima intentaré analizar esos argumentos, confrontándolos con los problemas que la actual gestión del Frente genera. Y –aunque no lo aseguro- hilar más fino sobre las opciones que se nos presentan a los discrepantes de izquierda.
Hoenir Sarthou, - Voces
http://contratapapopular.blogspot.com.uy/2014/10/el-voto-discrepante.html
SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA y HEMODINAMISTAS DEL URUGUAY
Sociedad Uruguaya de Cardiología, representada aquí por su Presidenta, la doctora Mónica Giambruno, y los doctores Ricardo Lluberas y Pablo Vázquez.
SEÑOR PRESIDENTE.- Habiendo número, está abierta la sesión.
http://www.parlamento.gub.uy/indexdb/Distribuidos/ListarDistribuido.asp?
URL=/distribuidos/contenido/senado/S20132124.htm&TIPO=CON
(Es la hora 17 y 11 minutos.)
-La Comisión de Salud Pública de la Cámara de Senadores tiene el gusto de recibir a la Sociedad Uruguaya de Cardiología, representada aquí por su Presidenta, la doctora Mónica Giambruno, y los doctores Ricardo Lluberas y Pablo Vázquez.
Aunque alguna idea tenemos sobre el tema, escucharemos con mucho gusto el planteo que tienen para hacernos quienes hoy nos visitan. Supongo que en quince minutos podrán hacer su exposición y luego haremos una pequeña ronda de preguntas o comentarios.
El asunto por el que fuimos convocados surge a raíz de una solicitud que cursamos el año pasado para referirnos al famoso tema de los stents
Como los señores Senadores sabrán, el Fondo Nacional de Recursos financia los actos de medicina intervencionistas en cardiología, paga a cada IMAE los honorarios y los gastos y a cada empresa los stents coronarios que se colocaban a los pacientes.
Hay múltiples razones científicas pero, sobre todo, consideramos que no brindaba las mejores condiciones para los pacientes y cercenaba un poco la libertad de acción del médico para tomar la decisión y utilizar el mejor dispositivo.En las primeras entrevistas con el Fondo Nacional de Recursos se nos dijo que el llamado era una forma de lograr que nos bajaran el precio del stent, pero que además se iba a contemplar más de una empresa lo que, en definitiva, no se hizo.
Fue elegida una empresa , no fue la que dio el menor precio pero sí la que dio dos posibilidades de stent con medicación, aunque en la práctica diaria es uno solo el que se utiliza porque la Sociedad Uruguaya de Cardiología y la Cátedra de Cardiología señalaron que la otra medicación o droga que traía uno de esos stent ERA OBSOLETA y no estaban dispuestos a usarlo y el Fondo Nacional de Recursos accedió a que no lo hiciéramos. De manera que tenemos un único tipo de stent metálico, Omega, y un único stent con medicación, que es el Promus Element, porque el otro, como dije, no se puede usar.
El Fondo Nacional de Recursos escuchó nuestros reclamos pero no nos hizo caso
Entonces, salimos a la prensa y pedimos las entrevistas con los señores Diputados y Senadores.
Fuimos a la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Representantes, ámbito que convocó al entonces Ministro de Salud Pública para analizar la situación.
En esa reunión el señor Ministro dio su palabra de que, si le demostrábamos que la evidencia nos apoyaba a nosotros; esto es, decía lo que nosotros sosteníamos, que no era bueno, se iba a modificar la situación. A partir de ese momento, la Sociedad Uruguaya de Cardiología y la Cátedra de Cardiología comenzaron a buscar la evidencia que solicitó el señor Ministro.
Cabe hacer notar que en Medicina tenemos la evidencia tipo A, B y C. La A y B son estudios comparativos multicéntricos y randomizados sobre los que no existe evidencia alguna, puesto que no hay país en el mundo que utilice un único tipo de stent; no existe ningún país de la tierra en el que esto se haga. Por lo tanto, no podíamos tener ni la evidencia A ni la B.
Sí obtuvimos la evidencia tipo C, que consiste en recabar la opinión de expertos internacionales, que fue a lo que nos dedicamos. En este sentido, recabamos la opinión de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista Solaci-; del profesor de la Universidad Complutense de Madrid, doctor Macaya; del doctor Echeverri, del doctor Berrocal, ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Argentina; del doctor David Holmes, Presidente del American College of Cardiology y actual Director de la Clínica Mayo; de Simpfendorfer, de la Cleveland Clinic, etcétera.
Ante esto, tuvimos múltiples instancias de diálogo con el Fondo Nacional de Recursos -enviamos notas y fuimos personalmente- y dejamos clara constancia que la Sociedad Uruguaya de Cardiología, y también la Cátedra de Cardiología, se oponían a la implementación de un SISTEMA MONOPOLICO DE STENS
Hay múltiples razones científicas pero, sobre todo, consideramos que no brindaba las mejores condiciones para los pacientes y cercenaba un poco la libertad de acción del médico para tomar la decisión y utilizar el mejor dispositivo.
Fuimos a la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Representantes, ámbito que convocó al entonces Ministro de Salud Pública para analizar la situación.
En esa reunión el señor Ministro dio su palabra de que, si le demostrábamos que la evidencia nos apoyaba a nosotros; esto es, decía lo que nosotros sosteníamos, que no era bueno, se iba a modificar la situación. A partir de ese momento, la Sociedad Uruguaya de Cardiología y la Cátedra de Cardiología comenzaron a buscar la evidencia que solicitó el señor Ministro.Cabe hacer notar que en Medicina tenemos la evidencia tipo A, B y C. La A y B son estudios comparativos multicéntricos y randomizados sobre los que no existe evidencia alguna, puesto que no hay país en el mundo que utilice un único tipo de stent; no existe ningún país de la tierra en el que esto se haga. Por lo tanto, no podíamos tener ni la evidencia A ni la B. Sí obtuvimos la evidencia tipo C, que consiste en recabar la opinión de expertos internacionales, que fue a lo que nos dedicamos. En este sentido, recabamos la opinión de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista Solaci-; del profesor de la Universidad Complutense de Madrid, doctor Macaya; del doctor Echeverri, del doctor Berrocal, ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Argentina; del doctor David Holmes, Presidente del American College of Cardiology y actual Director de la Clínica Mayo; de Simpfendorfer, de la Cleveland Clinic, etcétera.
Juntamos varias opiniones y elaboramos una carta al entonces Ministro de Salud Pública, DOCTOR VENEGAS , expresándole: “Usted nos pidió esto, acá se lo presentamos”. Además, en ella pedimos tres cosas. En primer lugar, que POSPUSIERA la fecha de inicio prevista para el 1º de febrero de 2013; en segundo término, que nos escuchara y que recibiera la evidencia tipo C y, por último, que queríamos conversar sobre una fórmula para solucionar este problema, habida cuenta de que desde el Fondo Nacional de Recursos nos decían que una vez que se hizo el llamado de precios, si se iba para atrás ERA MUCHA PLATA QUE PERDIAA EL ESTADO .ETC
Por lo tanto, queríamos ayudar a solucionar este problema con fórmulas como la que el doctor David Holmes propuso y se lleva a cabo en algunos hospitales del mundo: en forma mayoritaria se le da el stent a una empresa y en forma minoritaria a otra, de manera de bajar los precios. La idea era conversar sobre lo que nosotros llamamos fórmula 60% - 40%, pero existen otras tales como 50% - 50% y 70% - 30%.Lamentablemente, la entrevista nos la concedieron en febrero, cuando esta medida estaba en marcha. A partir del 1º de febrero de 2013, en este país, todo aquella persona que precise de un stent, tiene solamente estas dos posibilidades. De todos modos, el señor Ministro entendió lo que le dijimos y nos pidió que bajáramos un poco el nivel de exposición que teníamos de forma de sensibilizar a las autoridades y a la opinión pública, es decir que no saliéramos a la prensa -cosa que hicimos hasta hoy- y que íbamos a realizar reuniones con el Fondo Nacional de Recursos.
Empezamos realizando reuniones semanales, ahora las hacemos mensualmente, y la situación sigue igual. La Sociedad Uruguaya de Cardiología se comprometió a relevar las dificultades que hemos tenido hasta ahora, ya que vemos esta situación con mucha preocupación.
En este sentido, tuvimos una reunión con las autoridades del Fondo Nacional de Recursos y con dos médicos argentinos asesores del Fondo a quienes conocimos en esa reunión. Allí les mostramos los nueve casos en los que habíamos tenido dificultades. Por supuesto que las dificultades que se nos presentan son mayores, pero esas ejemplificaban los problemas que teníamos en la práctica diaria. Luego de eso no llegamos a ninguna conclusión. tenemos otra reunión en el Fondo Nacional de Recursos para seguir hablando del asunto.