HERIDAS DE CONSIDERACIÓN
Finalmente
Sendic le abarató los costos políticos del berenjenal en el cual él
mismo había metido al FA.
El
Plenario se encontraba en un gran problema. El desprestigio creciente
del vicepresidente, más el informe del Tribunal de Conducta Política
(TCP) ponía al Plenario Nacional ante la alternativa nada sencilla
de sancionar (o no) a uno de sus más encumbrados dirigentes, en
incluso ante la casi obligación de pedirle la renuncia.
En
caso de no sancionarlo, estaría desautorizando la opinión del TCP,
lo que probablemente habría significado la renuncia de sus
integrantes, así como la del presidente del FA Javier Miranda.
Habría quedado además el FA desprestigiado como fuerza política,
al no ser capaz de establecer los límites de la ética y el decoro
en sus representantes en cargos públicos. Máxime teniendo en cuenta
que como fuerza política no había actuado, sino que el propio
Sendic fue quien pidió someterse al Tribunal.
En
caso de que hubiera sancionado a Sendic, y este hubiese cumplido con
su promesa de permanecer en el cargo pese a todo, se habría visto
cuestionada no solo la autoridad del TCP, sino también la del
Plenario Nacional (máximo organismo entre Congreso y Congreso), y el
gobierno se habría visto enfrentado a la situación de tener un
vicepresidente que no era aceptado ni por la oposición ni por su
propia fuerza política, con el consecuente desprestigio y
desgobierno de aquí al final del período.
La
renuncia de Sendic evitó estas situaciones dramáticas y complejas
para el FA, y el asunto se saldó con una declaración (no hubo
sanciones de ningún tipo) en la que apenas se toma nota de la
promesa de renuncia del vicepresidente, se respalda lo actuado por la
institucionalidad frenteamplista, habla de la unidad, y se llama a
los frenteamplistas que estén en cumplimiento de funciones de
gobierno a ser "celosos guardianes y atentos vigilantes "
de sus funciones y a "velar fielmente por la unidad, integridad
y los valores" de transparencia, honestidad y ética en la
gestión.
Una
salida inesperada por lo sencilla, sin duda. Un accidente que se
preveía con varios muertos y heridos terminó sin mayores
consecuencias, con apenas algunos lesionados de consideración (más
allá del cadáver político del propio Sendic, que ya lo era antes
del Plenario).
Habrá
que ver de aquí en más cuál será el papel de quien suplante a
Sendic en la vicepresidencia (todo indica que será Lucía
Topolansky), de como será su relación con la oposición y con el
presidente y si será capaz de mandarse menos macanas que su
antecesor (ya arrancó con un gol en contra ya que fue la única
persona en este mundo que vio el título de Sendic).
El
daño más grave es hacia la interna, que ha sentido el impacto, y
habrá que ver hasta donde las acusaciones cruzadas de traición y
otros adjetivos que se escucharon por estos días y las heridas que
dejaron puedan cicatrizar. No será fácil, por más que los
frenteamplistas insistan en la manida unidad. Hay gente a favor y en
contra del TCP, a favor y en contra de Miranda, a favor y en contra
de Sendic. Faltan varios capítulos en ese aspecto.
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