HABRÁ QUE VER (artículo para el semanario VOCES)


La posición de Luis Lacalle Pou es (así lo explicó) “tratar de venderle todo a todos los mercados”, conquistar más destinos para los productos agropecuarios. Desde ese punto de vista, parecería que es una flagrante contradicción el no invitar a los presidentes de Cuba, Venezuela y Nicaragua a la próxima asunción. Salvo que considere que Uruguay no tiene intereses permanentes con esos países, o que no sean mercados apetecibles para venderles. Sin embargo, el tema del arroz (con Venezuela) lo desmiente.
Por cierto que no deberíamos sorprendernos de que los partidos y candidatos digan una cosa en campaña y hagan otra muy diferente cuando llegan al gobierno. Por poner algunos ejemplos conocidos: Batlle decía que no se podía poner más impuestos porque entonces se recaudaba menos, y lo primero que hizo al llegar al gobierno fue crear varios nuevos impuestos dentro de un ajuste fiscal; Vázquez se oponía al Tratado de Protección de Inversiones con los EEU, y fue su primer gran medida en el primer gobierno, la firma de ese TPI. También estaba el FA en contra de los TLC y fue lo que buscó su gobierno a poco de instalado, así como al envío de tropas a Haití (que continuó hasta hace poco), a las pasteras (se siguieron instalando durante los gobiernos del FA), etc.
También Talvi -próximo canciller- dijo en 2019 que en Bolivia había ocurrido un golpe de estado, y sin embargo anunció ahora que la dictadora será invitada al acto de asunción de LLP.
En el debate entre “ideología o pragmatismo” en la conducción de los asuntos internacionales, parecía en lo previo que LLP se inclinaba por el pragmatismo, pero ahora habría virado hacia lo ideológico. Sin embargo, los tipos puros (gobiernos puramente ideológicos o puramente pragmáticos) son contados; los gobiernos con fuertes ideologías suelen tener un margen para el pragmatismo y viceversa. Bastan algunos ejemplos para verlo claramente: Venezuela comerciando con EEUU (principal socio comercial), la dictadura argentina vendiéndole cereales a la URSS, Chile oponiéndose a la invasión yanqui a Irak mientras negociaba con ellos un TLC; Colombia, que es el país que menos coincidencias tiene con los EEUU en la ONU, es el principal receptor de su ayuda militar en América Latina.
Dicen algunos expertos que los gobiernos que buscan una reputación internacional adoptarán políticas exteriores más pragmáticas (tradicionalmente la política exterior uruguaya) como la mantenida por el FA, que mantuvo buenas relaciones con los Venezuela, Cuba o Bolivia pero también con los EEUU, en tanto que aquellos interesados en alterar el status quo, tendrán políticas más ideológicas (caso de Chávez, Maduro o Evo Morales).
Habrá que ver hacia donde apunta el nuevo gobierno luego de estas contradicciones iniciales, aunque todo parece apuntar a un mayor acercamiento a los EEUU.

José Luis Perera

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