LA PATRIA O LAS TERMAS (mi artículo de esta semana en VOCES)
Las fechas patrias se declaran feriado -en todos los países ha de tener el mismo espíritu- con el objetivo de que sea un día de reflexión acerca de los hechos históricos que se conmemoran. Habitualmente, en mis años mozos, en esas fechas se realizaba un acto en la escuela, en dónde se recordaban precisamente los hechos y se disertaba acerca de su importancia y su vigencia.
Está claro que jamás fueron concebidos como días de esparcimiento, que para eso existen los fines de semana y las vacaciones.
Es obvio y conocido que el corrimiento de estas fechas hacia los lunes o los viernes no tiene otro objetivo que fomentar el turismo, sobre todo y fundamentalmente el interno. Y aunque el objetivo no está mal, el instrumento no parece ser el más adecuado. Se parece demasiado a la mercantilización de la historia por llamarlo de alguna manera. Es poner objetivos económicos por encima de valores históricos y culturales. La ocupación hotelera por encima de la historia de la nación.
Lo cierto es que cada vez es más patente la ignorancia de la gente acerca de qué se conmemora en cada fecha ni cuál es la importancia o el significado histórico de las mismas. Eso no es producto del corrimiento de los feriados, no estoy diciendo eso, pero obviamente no ayuda a que eso cambie. Con ello el pueblo pierde el enfoque, el norte y se desvincula consciente o inconscientemente del verdadero significado y connotación que se le debe dar a la celebración de nuestras fechas históricas fundamentales.
Por otra parte, no parece nada lógico mantener inamovibles en un Estado laico, fechas como el 2 de noviembre, el 24 de diciembre y el 6 de enero, por ejemplo, de indudable procedencia religiosa, y correr alegremente las relacionadas a nuestro origen como nación.
El patriotismo es el pensamiento de un individuo vinculado con su patria. Es un sentimiento de apego de una persona a su tierra natal o la tierra en la que ha crecido, y está ligado con valores, con la cultura, con la historia y el afecto. No se lo puede confundir con el chovinismo, aquel exceso que lleva al racismo y a la xenofobia.
Cuando alguien defiende la producción nacional frente a la introducción en su país de productos extranjeros, está actuando con patriotismo, por ejemplo -lo sepa o no- o cuando rechaza la injerencia de otras naciones u organismos extranjeros en los asuntos internos de la suya.
Entonces, ni ¡la patria o la tumba! ni ¡las termas o Valizas! Las llamadas “fechas patrias” deberían ser un día de reflexión y análisis, y conmemorarlos fuera de fecha no ayuda para nada a ese objetivo.
José Luis Perera
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