POR QUÉ VOTO POR SÍ EN EL PLEBISCITO


El Plebiscito por la Seguridad Social tiene aspectos sustanciales: están los aspectos económicos y organizativos en torno a la seguridad social;  y está un aspecto que para mí es básico y central: el aspecto moral.

DE PRINCIPIOS

El plebiscito es ante todo una cuestión moral. Hay cientos de miles de uruguayos que no llegan a cobrar por concepto de jubilación o pensión, ni siquiera el equivalente a un salario mínimo. Salario mínimo que, desde luego, es una miseria también. Entonces, lo primero que tengo que decir, es que para mí, votar el SI es una actitud antes que nada moral. Hay una terrible injusticia que se está cometiendo contra cientos de miles de trabajadores uruguayos, y el plebiscito intenta disminuir en algo esa injusticia. Me subleva ver a gente que gana cifras inimaginables para un jubilado, poner el grito en el cielo porque los más infelices reciban algo así como $3.500 más por mes. Esa razón ya es para mí suficiente para votar el SI.

Por otro lado, se trata en el fondo de un problema de clases sociales; del enfrentamiento histórico entre el capital y el trabajo. El capital (y los gobiernos que administran sus intereses), siempre pone el grito en el cielo cuando sus intereses se ven tocados. Y no importa si es mucho o poco lo que eventualmente pierdan (generalmente esa pérdida es provisoria, hasta que encuentran el modo de seguir engordando a costillas de los trabajadores), de cualquier manera gritan histéricamente, se requiebran, lloran, explotan y sobre todo, amenazan con el caos y el fin del mundo. Así sucedió hasta cuando tuvieron que terminar con la esclavitud; ¿cómo era posible que quienes trabajaban gratis para ellos, pretendieran ser libres? ¿a dónde iría a parar la humanidad? También lloraron histéricamente cuando tuvieron que dar un día libre a la semana a los trabajadores, y cuando estos consiguieron reducir la jornada a 8 horas cinco días a la semana. Siempre lloran histéricos y compungidos porque sus ganancias se ven reducidas en algo. Y en el enfrentamiento entre el capital y el trabajo, estoy sin lugar a duda del lado de los trabajadores. Esta es una segunda razón básica por la que estoy decidido a poner la papeleta por el SI en el plebiscito de la Seguridad Social.

ECONÓMICOS

Los aspectos económicos han sido debatidos hasta el cansancio, y seguirán debatiéndose.

Lo que llama la atención es el énfasis que se hace desde todos lados, exigiendo que se diga de dónde saldrían los recursos para sostener la reforma. 

Recordemos que esta es una iniciativa popular. Y se le pregunta al pueblo de dónde van a salir los recursos. Pero al pueblo jamás se le pregunta de dónde van a salir los recursos cuando de lo que se trata es de regalarle dinero a las empresas privadas. ¿Se le preguntó a los trabajadores de dónde querían que salieran los 3 mil millones de dólares que costó el trencito de UPM, por ejemplo? ¿Se le preguntó a los trabajadores de dónde saldrían los más de mil millones de dólares que utilizó el gobierno del FA para pagarle al FMI por adelantado? O vayamos más cerca en el tiempo aún. La ley de reforma de la seguridad social que se votó en este gobierno, también implica costos, y esos costos los pagarán los trabajadores, ¿alguien le preguntó a los trabajadores si querían ser los paganinis de la reforma? Por supuesto que no, ni siquiera se los consultó sobre los aspectos de la reforma.

Y hay que recordar que en el año 89 se efectuó una reforma de la Constitución mediante plebiscito, modificando también aspectos del sistema de seguridad social. También en ese entonces ponían el grito en el cielo preguntando de dónde iban a salir los recursos, porque lo que se planteaba era que las jubilaciones se ajustaran por el índice medio de salarios, y no según el humor del gobierno de turno. Se anunciaban aumento de impuestos , déficit fiscales, pérdidas de grado inversores, y todos los cucos habidos y por haber. El plebiscito se aprobó y no pasó absolutamente nada. Hoy los jubilados ajustan sus jubilaciones por el índice medio de salario, es decir, por lo que obtienen los trabajadores de aumentos por sus luchas.

Después, se manejan cifras totalmente distintas, cuestión en la que no quiero entrar porque como se basan en cuestiones que nadie puede dirimir ahora (como la interpretación de determinado artículo), es algo que no llevaría a ningún lado. De todas maneras, los promotores del Plebiscitos afirman que, no solo no habrá que poner un peso durante los primeros 13 años, sino que sobrarán algo así como 500 millones de dólares, y proponen destinarlos a la reducción de la pobreza infantil. Y a la hora de creer, creo más en los trabajadores que en los gobiernos.

LAS AFAP

Lo de las AFAP es insólito. Para empezar, son otra de las tantas cosas que se crearon sin consultar a los interesados (trabajadores y futuros jubilados), siendo que los involucran directamente. Los que decían estar en contra, estuvieron 15 años en el gobierno y no las tocaron, como tampoco tocaron las cajas militares. Son la única empresa, creo yo, cuyos accionistas no compran las acciones porque van a ganar dinero y lo hacen voluntariamente; sus accionistas (nosotros, los trabajadores) somos obligados a llevar allí nuestro dinero, y encima nos cobran por recibirlo. Siendo nuestro dinero, no podemos hacer uso de él cuando se nos da la gana, sino solo en casos especiales y bajo determinadas condiciones (¿la sacrosanta propiedad privada se la pasan por el forro cuando se trata del dinero propiedad de los trabajadores). De los ciento noventa y cinco países que hay en el mundo, solo 30 tenían un sistema similar al nuesto de AFAPs; 18 de ellos dieron marcha atrás y las eliminaron, por caras e ineficientes. ¿Será que pertenecemos a los 12 países más inteligentes del mundo? Las AFAP no son otra cosas que empresas privadas que reciben el dinero de los trabajadores (el BPS generosamente se encarga de la recaudación, ni eso tienen que hacer), lo invierten y ganan muchísimo dinero con ello, y a nosotros nos cobran por hacerlos ricos. Ni que hablar que estoy en contra de ese tipo de empresas, y es una de las razones por las que pondré la papeleta del SÍ.


ENTONCES

Pondré el último domingo de octubre en el sobre de votación la papeleta del SI (en mi caso, solo la papeleta y nada más) por razones morales. Porque lo que cobran cientos de miles de jubilados (entre los que me incluyo) es una miseria, y la propuesta popular apenas intenta mitigar en algo esa injusticia. Pondré la papeleta del SI porque es un enfrentamiento entre el capital y el trabajo, entre patrones y trabajadores, y en ese enfrentamiento siempre estoy del lado de los trabajadores. Y pondré la papeleta del SI porque siempre hay recursos para financiar al capital, para salvar bancos fundidos, para exonerar a grandes empresas nacionales o extranjeras, para hacerles trencitos a empresas que no pagan impuestos, siempre aparece la tarasca, y nunca nadie pregunta a los trabajadores si quieren hacer esos gastos, ni si quieren hacerse cargo ellos de los mismos.


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