MANTENEMOS NUESTRA COHERENCIA
No está de más repetir una y otra vez cómo llegamos los comunistas a decidir nuestro apoyo a la candidatura de Mujica a la presidencia por el Frente Amplio. Y no está de más porque un día si y al otro también, diferentes medios de prensa de nuestro país y del exterior dan la noticia de que el Partido Comunista apoya un día a un candidato, y otro día a otro, como si a quien votar en junio fuera una especie de duda existencial del Partido. Y sin embargo, nuestro Partido ha demostrado una total coherencia desde el principio mismo de la discusión de las candidaturas, y nuestro discurso (hecho carne en la práctica) ha sido siempre uno y el mismo. Cuando tempranamente se comenzaron a largar nombres por la prensa como futuros candidatos, y esta se hacía un festín con la danza que tenía para ofrecer a su público, fuimos los comunistas quienes salimos a parar la mano, porque no era esa la forma que nos habíamos dado históricamente los frenteamplistas para discutir un tema tan delicado. También dijimos muchas veces, e insistimos en ello, que lo importante era el programa, y que luego de tener los acuerdos sobre el programa recién era el tiempo de discutir candidaturas. Pero por sobre todo destacábamos la importancia de llegar a los consensos o a las grandes mayorías para que el candidato fuera electo en el Congreso, y que las elecciones internas eran el peor escenario para el Frente Amplio. Un titular del diario “La República” lo expresaba en setiembre de 2008 de forma más clara aún: “PCU apuesta al consenso en Congreso del Frente Amplio - El Partido Comunista del Uruguay (PCU) insiste en que las candidaturas presidenciales deben surgir del Congreso del Frente Amplio (FA). Para el sector, lo prioritario no son los nombres, sino definir por consenso el programa y los candidatos izquierdistas”. Y de esa manera actuamos. Los comunistas en los diferentes comités de base trabajaron intensamente en las asambleas hacia el Congreso, y sobre el final, discutieron también candidaturas. Por otro lado, la dirección de nuestro Partido mantenía conversaciones con los demás sectores del Frente Amplio en torno a cuestiones programáticas y, por supuesto, también sobre candidaturas, pero sobre una base muy clara: el PCU no descartaba ningún candidato a priori, el FA tenía muchas figuras importantes para integrar la fórmula. En ese sentido, también descartábamos las “fórmulas cantadas” que se nos quería imponer a través de la prensa. De esa forma, los comunistas llegamos a nuestro propio Congreso, y allí dimos la discusión sobre las cuestiones programáticas que íbamos a proponer al FA para incluir en el programa común, y también discutimos sobre candidaturas. Y allí, en nuestro Congreso, los comunistas decidimos soberanamente dejar en manos del Comité Central la decisión final sobre ese tema, puesto que las conversaciones con los demás sectores del FA seguían en curso y aún no había elementos suficientes para tomar una decisión en ese momento (hablamos de 11 de octubre de 2008). Finalmente, el 7 de diciembre, nuestro Partido emite un comunicado público que dice en su punto 3: “Que la mejor solución para el FA es nombrar los candidatos por consenso. Hoy, y por distintas razones, ningún candidato lo puede asegurar. Más allá de diferencias que hemos mantenido con algunos de ellos, es voluntad del PCU sumar a una fórmula de consenso, para lo que trabajaremos hasta el final. En tal sentido exhortamos a todos los candidatos y sectores, a los gestos de grandeza a que nos tiene acostumbrados el FA, haciendo primar la sabiduría colectiva del congreso y asumiendo orgullosamente el lugar que éste les adjudique para representar al FA en las elecciones nacionales”. Y en su punto 4: “De no lograrse el consenso, impulsaremos un candidato que cuente con amplio respaldo en el Congreso. Dicho candidato, en las condiciones actuales, es el compañero José Mujica.” De manera que ese es nuestro candidato, el que votamos en el Congreso, el que haremos todos los esfuerzos para que sea el candidato del Frente Amplio en octubre, para ganar en primera vuelta, y el que naturalmente votaremos en junio.
NO ES CUALQUIERA
La posición de nuestro Partido podrá ser discutible, pero no es caprichosa. En lo fundamental, está basada en la defensa y conservación de la herramienta Frente Amplio y tiene que ver con la construcción del bloque alternativo de los cambios. Una vez analizada la formación social uruguaya y visualizado el abanico de posibles fuerzas sociales objetivamente interesadas en las transformaciones democráticas del país, era necesario construir su unidad en todos los planos. Es decir, darle forma a la fuerza social de los cambios, las grandes mayorías organizadas que construyen el programa y lo llevan a la práctica y que, por eso mismo, lo hacen suyo y lo defienden. Y la construcción de la fuerza social de la revolución es el resultado de una larga tarea colectiva que, en lo que tiene que ver con nuestro Partido, éste se propuso llevar adelante ya desde su declaración programática del año 1958. Esa previsión teórica se fue concretando en el Congreso del Pueblo en 1965, en la fundación de la CNT en 1966, transformada luego en PIT-CNT, y por la unidad de la izquierda, donde contribuimos a la formación del FIDEL en 1962 y más tarde el Frente Amplio, en 1971. Y por eso trabajamos por consolidar y perfeccionar las herramientas creadas históricamente por nuestro pueblo.
Entendemos además que nuestro Partido cumple un papel preponderante para darle unidad (de acción, programática, política, ideológica) a la alianza o bloque de partidos y fuerzas sociales organizadas. Y para cumplir ese rol en el conjunto de las fuerzas del cambio, el Partido mismo debe tener unidad ideológica, política, programática, organizativa y de acción. Y ello solo es posible si se respetan los principios del centralismo democrático. Es decir, si nos caracterizan la fidelidad, la disciplina, la coherencia ético-política, la democracia y la unidad interna. Unidad no es unanimidad, por cierto. Pero la unidad implica la disciplina entendida en su origen democrático, no como una imposición exterior. “Disciplina luego, y no antes, de intercambiar opiniones, de confrontar ideas, de discutir. Entendida, entonces, como no anulante de la personalidad en sentido orgánico, ni de la libertad, sino que solamente limitante del arbitrio y la impulsividad irresponsable, sin hablar de la presuntuosa vanidad de figurar” ( Concepción del Partido – aprobado por el III Congreso Extraordinario). Y la unidad de acción significa que el conjunto del Partido, ante un problema político o de funcionamiento, luego de adoptada, tiene una posición única que debe ser defendida y aplicada por el colectivo y por cada uno de sus integrantes sin discusión. El Partido no puede definir o encarar ninguna actividad correctamente, sin la unidad de acción. De lo contrario, el Partido aparecería disperso y disgregado en su accionar político o en los frentes de masas, lo que sembraría confusión y perdería la confianza de las masas.
De manera que les debería quedar claro a quienes quieren hacer aparecer al Partido Comunista como dubitativo. Nuestro Partido hará campaña por la candidatura del compañero José Mujica, el único que en el Congreso del Frente Amplio obtuvo más de los dos tercios necesarios para serlo, de acuerdo a los estatutos de la fuerza política.
NO ES CUALQUIERA
La posición de nuestro Partido podrá ser discutible, pero no es caprichosa. En lo fundamental, está basada en la defensa y conservación de la herramienta Frente Amplio y tiene que ver con la construcción del bloque alternativo de los cambios. Una vez analizada la formación social uruguaya y visualizado el abanico de posibles fuerzas sociales objetivamente interesadas en las transformaciones democráticas del país, era necesario construir su unidad en todos los planos. Es decir, darle forma a la fuerza social de los cambios, las grandes mayorías organizadas que construyen el programa y lo llevan a la práctica y que, por eso mismo, lo hacen suyo y lo defienden. Y la construcción de la fuerza social de la revolución es el resultado de una larga tarea colectiva que, en lo que tiene que ver con nuestro Partido, éste se propuso llevar adelante ya desde su declaración programática del año 1958. Esa previsión teórica se fue concretando en el Congreso del Pueblo en 1965, en la fundación de la CNT en 1966, transformada luego en PIT-CNT, y por la unidad de la izquierda, donde contribuimos a la formación del FIDEL en 1962 y más tarde el Frente Amplio, en 1971. Y por eso trabajamos por consolidar y perfeccionar las herramientas creadas históricamente por nuestro pueblo.
Entendemos además que nuestro Partido cumple un papel preponderante para darle unidad (de acción, programática, política, ideológica) a la alianza o bloque de partidos y fuerzas sociales organizadas. Y para cumplir ese rol en el conjunto de las fuerzas del cambio, el Partido mismo debe tener unidad ideológica, política, programática, organizativa y de acción. Y ello solo es posible si se respetan los principios del centralismo democrático. Es decir, si nos caracterizan la fidelidad, la disciplina, la coherencia ético-política, la democracia y la unidad interna. Unidad no es unanimidad, por cierto. Pero la unidad implica la disciplina entendida en su origen democrático, no como una imposición exterior. “Disciplina luego, y no antes, de intercambiar opiniones, de confrontar ideas, de discutir. Entendida, entonces, como no anulante de la personalidad en sentido orgánico, ni de la libertad, sino que solamente limitante del arbitrio y la impulsividad irresponsable, sin hablar de la presuntuosa vanidad de figurar” ( Concepción del Partido – aprobado por el III Congreso Extraordinario). Y la unidad de acción significa que el conjunto del Partido, ante un problema político o de funcionamiento, luego de adoptada, tiene una posición única que debe ser defendida y aplicada por el colectivo y por cada uno de sus integrantes sin discusión. El Partido no puede definir o encarar ninguna actividad correctamente, sin la unidad de acción. De lo contrario, el Partido aparecería disperso y disgregado en su accionar político o en los frentes de masas, lo que sembraría confusión y perdería la confianza de las masas.
De manera que les debería quedar claro a quienes quieren hacer aparecer al Partido Comunista como dubitativo. Nuestro Partido hará campaña por la candidatura del compañero José Mujica, el único que en el Congreso del Frente Amplio obtuvo más de los dos tercios necesarios para serlo, de acuerdo a los estatutos de la fuerza política.
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