LA PROPUESTA DE LA DERECHA
Finalmente se conoció el Programa de Gobierno del sector Unidad Nacional, del ex presidente Lacalle. Como era de suponer, tiene de todo, como en botica. Algunas cosas eran de esperar, otras no tanto. Algunas son realmente sorprendentes (tanto, que no las entendí), y otras realmente revolucionarias. Veamos.
EL ESTADO
Para Lacalle, habrá que “Redimensionar el Estado a nuestra realidad temporal y espacial, con un “Foco” en sus funciones de Regulador y Controlador, con fuerte énfasis en las políticas sociales -a ser desarrolladas en estrecha colaboración con el sector privado en todo lo pertinente-, y directa participación en aquellas actividades económicas que no pueden dejarse libradas al simple juego del mercado.” Como se ve, nada nuevo. El típico pensamiento neoliberal en el cual se reserva para el Estado aquello que no haya más remedio que hacer y que no se pueda dejar en manos del mercado. Lo novedoso es que esto se plantea cuando el mundo va hacia el lado exactamente contrario. En cuanto a los gastos del Estado, la propuesta es la “Elaboración de un presupuesto “base cero”. Y está bien, el gasto cero es coherente con lo que se dice más adelante, y que tiene que ver con los impuestos. Y es que el programa lacallista se propone derogar el IASS a los pasivos en lo inmediato y desmontar gradualmente “la tributación sobre el ingreso de las personas físicas (IRPF) y sobre el empleo”. Y además, “se eliminarán, progresivamente, los impuestos implícitos en los precios de los servicios públicos”. Pero además se propone también “bajar impuestos paulatinamente, en particular los que desincentivan al trabajo, el IVA y la carga tributaria sobre los insumos energéticos”. Y como no se propone sustituirlos por otros impuestos, evidentemente no habrá dinero para gastar, y de ahí el Presupuesto Gasto Cero, ¿se entiende?
LO ECONOMICO Y FINANCIERO
Acá tampoco hay nada nuevo. “Se caracterizará por la libertad de precios, de tasas de interés, de cambios y de movimiento de capitales y en la definición clara de los derechos de propiedad para inversores. La libertad de precios se consolidará creando las condiciones para la eliminación de monopolios, oligopolios y otras formas de competencia imperfecta –a nivel empresarial privado y público”. Es decir, paraíso fiscal, plaza financiera, el libre juego del mercado, y si el Estado molesta, privatizar. En ese contexto, los objetivos macroeconómicos se impulsarán a través del empleo de las políticas fiscal, monetaria y cambiaria y se dejará que las negociaciones entre trabajadores y empresarios determinen la realidad laboral. Se propone también –faltaba más- reformular la carta orgánica del Banco Central para brindarle verdadera autonomía, para ajustar su carácter de regulador y supervisor y para devolverle su función de protección del ahorro bancario.
EL GOBIERNO
Con todo, se nota que han aprendido del gobierno del Frente Amplio, y se proponen algunas cosas que ya existen porque fueron introducidas por nuestro gobierno. Es así que Lacalle propone por ejemplo “Transparencia en la gestión estatal mediante rendiciones de cuentas periódicas a la opinión pública sobre los resultados alcanzados por todos los organismos” (Lacalle no establece si lo hará en público, como Tabaré, pero creemos que no, dada la reacción alérgica que le provocó el acto del otro día). También propone publicar datos básicos de Ministerios, Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, para informar a la población acerca de la administración de los recursos de la ciudadanía y un “Funcionamiento periódico (aunque no público y a la luz del día) del Consejo de Ministros”. Además, se propone “Políticas de ingreso planificado de personal”, sin aclarar si ese ingreso planificado será por concurso (como lo ha hecho este gobierno) o si se volverá a planificar el ingreso desde los clubes políticos partidarios o desde los domicilios de los caudillos.
SALARIOS
Si bien el documento no habla de la eliminación de los Consejos de Salarios, se refiere reiteradamente a modificaciones sin explicitar lo que se quiere, aunque todos podemos suponerlo. Y si no, veamos: “El incremento de la productividad requerirá de relaciones laborales armoniosas, para lo cual la negociación colectiva debe ser abordada desde una óptica actualizada”. “Renovar los contenidos que debe abordar la negociación colectiva. Esta ya no debe quedar circunscripta a las condiciones de trabajo, en general, ni a las cuestiones salariales, en particular”. “La ley deberá fijar el marco general de la negociación dejando un amplio margen a la autonomía colectiva”.
SEGURIDAD PÚBLICA
En cuanto a la seguridad pública, arranca diciendo que hay que “Rescatar el principio de autoridad como obligación ineludible”, y más adelante dice que recurrirá a la “Aplicación estricta de todas las leyes y decretos para el combate del delito (tolerancia cero).”, Y uno no tiene más remedio que pensar en Giannola y en los asesinatos del Filtro. La propuesta más novedosa en el tema seguridad es la “Implementación de la tecnología del Compstat (Computerized Statistics) (Crime Strategy Process) que no me merece ningún comentario mas que ¿What?
POLÍTICA INTERNACIONAL
Lo verdaderamente revolucionario del Programa de Lacalle está en la política internacional, su propuesta va mucho más allá que la del Frente Amplio, y dejaría por fuera nada menos que a los Estados Unidos y a Israel (por ejemplo) de nuestras relaciones comerciales. Aunque no lo dice explícitamente, la redacción es más que clara: “Buscar una apertura comercial a todos los países del mundo jerarquizándolos únicamente en base a nuestro interés nacional y a su respeto por el Derecho Internacional.” Más claro echarle agua: comerciar con todos menos con los Estados Unidos e Israel. Salvo que la jerarquización en la que esté pensando Lacalle sea justamente al revés, y ponga al tope en su jerarquización a aquellos que violan constantemente y más impunemente al Derecho Internacional.
Claro que también dejará afuera, o por lo menos en el freezer a nuestros socios del Mercosur y de la región, ya que se propone “…una inserción internacional multipolar que disminuya la dependencia del país respecto a la región”.
Luego se manda una verdadera genialidad, al proponer: “Utilizar las autopistas de “negocios sin peaje” como lo son los acuerdos comerciales que tienen otros países con terceros. (En este sentido utilizar el acuerdo comercial con México como plataforma para exportar al NAFTA, así como posicionarse en el resto del mundo), propuesta que viene como anillo al dedo, justo ahora que los titulares del mundo hablan de “Guerra Comercial entre México y Estados Unidos”. México anunció recientemente que elevará los aranceles a 90 productos estadounidenses en represalia por la cancelación la semana pasada de un programa piloto de transporte de carga que permitía a camiones mexicanos transportar bienes por autopistas de Estados Unidos. Claro está que todas estas genialidades del programa lacayista (perdón…lacallista) se complementa con las de “No promover otras iniciativas regionales como la UNASUR que favorecen la fragmentación”, y reconsiderar la firma de un TLC con los EEUU.
EL ESTADO
Para Lacalle, habrá que “Redimensionar el Estado a nuestra realidad temporal y espacial, con un “Foco” en sus funciones de Regulador y Controlador, con fuerte énfasis en las políticas sociales -a ser desarrolladas en estrecha colaboración con el sector privado en todo lo pertinente-, y directa participación en aquellas actividades económicas que no pueden dejarse libradas al simple juego del mercado.” Como se ve, nada nuevo. El típico pensamiento neoliberal en el cual se reserva para el Estado aquello que no haya más remedio que hacer y que no se pueda dejar en manos del mercado. Lo novedoso es que esto se plantea cuando el mundo va hacia el lado exactamente contrario. En cuanto a los gastos del Estado, la propuesta es la “Elaboración de un presupuesto “base cero”. Y está bien, el gasto cero es coherente con lo que se dice más adelante, y que tiene que ver con los impuestos. Y es que el programa lacallista se propone derogar el IASS a los pasivos en lo inmediato y desmontar gradualmente “la tributación sobre el ingreso de las personas físicas (IRPF) y sobre el empleo”. Y además, “se eliminarán, progresivamente, los impuestos implícitos en los precios de los servicios públicos”. Pero además se propone también “bajar impuestos paulatinamente, en particular los que desincentivan al trabajo, el IVA y la carga tributaria sobre los insumos energéticos”. Y como no se propone sustituirlos por otros impuestos, evidentemente no habrá dinero para gastar, y de ahí el Presupuesto Gasto Cero, ¿se entiende?
LO ECONOMICO Y FINANCIERO
Acá tampoco hay nada nuevo. “Se caracterizará por la libertad de precios, de tasas de interés, de cambios y de movimiento de capitales y en la definición clara de los derechos de propiedad para inversores. La libertad de precios se consolidará creando las condiciones para la eliminación de monopolios, oligopolios y otras formas de competencia imperfecta –a nivel empresarial privado y público”. Es decir, paraíso fiscal, plaza financiera, el libre juego del mercado, y si el Estado molesta, privatizar. En ese contexto, los objetivos macroeconómicos se impulsarán a través del empleo de las políticas fiscal, monetaria y cambiaria y se dejará que las negociaciones entre trabajadores y empresarios determinen la realidad laboral. Se propone también –faltaba más- reformular la carta orgánica del Banco Central para brindarle verdadera autonomía, para ajustar su carácter de regulador y supervisor y para devolverle su función de protección del ahorro bancario.
EL GOBIERNO
Con todo, se nota que han aprendido del gobierno del Frente Amplio, y se proponen algunas cosas que ya existen porque fueron introducidas por nuestro gobierno. Es así que Lacalle propone por ejemplo “Transparencia en la gestión estatal mediante rendiciones de cuentas periódicas a la opinión pública sobre los resultados alcanzados por todos los organismos” (Lacalle no establece si lo hará en público, como Tabaré, pero creemos que no, dada la reacción alérgica que le provocó el acto del otro día). También propone publicar datos básicos de Ministerios, Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, para informar a la población acerca de la administración de los recursos de la ciudadanía y un “Funcionamiento periódico (aunque no público y a la luz del día) del Consejo de Ministros”. Además, se propone “Políticas de ingreso planificado de personal”, sin aclarar si ese ingreso planificado será por concurso (como lo ha hecho este gobierno) o si se volverá a planificar el ingreso desde los clubes políticos partidarios o desde los domicilios de los caudillos.
SALARIOS
Si bien el documento no habla de la eliminación de los Consejos de Salarios, se refiere reiteradamente a modificaciones sin explicitar lo que se quiere, aunque todos podemos suponerlo. Y si no, veamos: “El incremento de la productividad requerirá de relaciones laborales armoniosas, para lo cual la negociación colectiva debe ser abordada desde una óptica actualizada”. “Renovar los contenidos que debe abordar la negociación colectiva. Esta ya no debe quedar circunscripta a las condiciones de trabajo, en general, ni a las cuestiones salariales, en particular”. “La ley deberá fijar el marco general de la negociación dejando un amplio margen a la autonomía colectiva”.
SEGURIDAD PÚBLICA
En cuanto a la seguridad pública, arranca diciendo que hay que “Rescatar el principio de autoridad como obligación ineludible”, y más adelante dice que recurrirá a la “Aplicación estricta de todas las leyes y decretos para el combate del delito (tolerancia cero).”, Y uno no tiene más remedio que pensar en Giannola y en los asesinatos del Filtro. La propuesta más novedosa en el tema seguridad es la “Implementación de la tecnología del Compstat (Computerized Statistics) (Crime Strategy Process) que no me merece ningún comentario mas que ¿What?
POLÍTICA INTERNACIONAL
Lo verdaderamente revolucionario del Programa de Lacalle está en la política internacional, su propuesta va mucho más allá que la del Frente Amplio, y dejaría por fuera nada menos que a los Estados Unidos y a Israel (por ejemplo) de nuestras relaciones comerciales. Aunque no lo dice explícitamente, la redacción es más que clara: “Buscar una apertura comercial a todos los países del mundo jerarquizándolos únicamente en base a nuestro interés nacional y a su respeto por el Derecho Internacional.” Más claro echarle agua: comerciar con todos menos con los Estados Unidos e Israel. Salvo que la jerarquización en la que esté pensando Lacalle sea justamente al revés, y ponga al tope en su jerarquización a aquellos que violan constantemente y más impunemente al Derecho Internacional.
Claro que también dejará afuera, o por lo menos en el freezer a nuestros socios del Mercosur y de la región, ya que se propone “…una inserción internacional multipolar que disminuya la dependencia del país respecto a la región”.
Luego se manda una verdadera genialidad, al proponer: “Utilizar las autopistas de “negocios sin peaje” como lo son los acuerdos comerciales que tienen otros países con terceros. (En este sentido utilizar el acuerdo comercial con México como plataforma para exportar al NAFTA, así como posicionarse en el resto del mundo), propuesta que viene como anillo al dedo, justo ahora que los titulares del mundo hablan de “Guerra Comercial entre México y Estados Unidos”. México anunció recientemente que elevará los aranceles a 90 productos estadounidenses en represalia por la cancelación la semana pasada de un programa piloto de transporte de carga que permitía a camiones mexicanos transportar bienes por autopistas de Estados Unidos. Claro está que todas estas genialidades del programa lacayista (perdón…lacallista) se complementa con las de “No promover otras iniciativas regionales como la UNASUR que favorecen la fragmentación”, y reconsiderar la firma de un TLC con los EEUU.
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