LA ECONOMÍA EN EL NUEVO GOBIERNO DEL FRENTE AMPLIO
(Primera parte: El marco internacional)
El segundo gobierno del Frente Amplio procurará transformar el Uruguay en el marco de una concepción integral del desarrollo, esto es, un desarrollo económico pero también social. Esto implica que el necesario crecimiento deberá ir acompañado de un aumento del empleo, en número, en calidad y en remuneraciones; pero también de un aumento de la independencia y la soberanía política, económica, productiva y cultural respecto de los países centrales y de las grandes empresas y grupos trasnacionales. Lo que sin duda implicará (como indica el programa del Frente Amplio) “la acción conjunta de todas las políticas: la económica, la productiva, la de innovación, la educativa, la social y la cultural”, ya que habrá que articular todas esas política en una estrategia única cuyo fin principal será lograr un país más justo y equitativo.
El panorama mundial de la crisis
El sistema capitalista se encuentra sumido en una profunda crisis, que lo afecta tanto económicamente (está agotado) como políticamente (sin respuestas estratégicas) y socialmente (en profunda decadencia). Crisis que por otra parte ya comenzó a afectar a los trabajadores, que empiezan a sentir los efectos a través de la desocupación y de las rebajas salariales, y que viene siendo manejada (por decirlo de alguna manera) desde los bancos centrales y los grandes centros de decisión de EEUU y Europa. El método aplicado por estos centros de decisión, ha sido el de inyectar enormes cantidades de dineros estatales para rescatar de la quiebra al sistema capitalista privado, aún corriendo el riesgo de crear nuevas "burbujas" como resultado de la emisión de endeudamiento público y la especulación financiera en los mercados internacionales (las bolsas de Asia se derrumbaron el viernes pasado debido a la onda expansiva provocada por la crisis de deuda en Dubai). El propio director del Banco Mundial, Robert Zoellick, advirtió en un artículo el diario Financial Times que existe riesgo de que se esté produciendo una nueva burbuja en los mercados bursátiles. Según el especialista en asuntos económicos de la BBC Andrew Walter, Zoellick cree que el aumento del precio de las acciones en las principales bolsas mundiales, de las propiedades inmobiliarias en varios países asiáticos o el elevado precio del oro podrían ser síntomas de esa burbuja. Lo que es claro, es que el resultado de estos "rescates" fue la reactivación y las ganancias de los grandes bancos y de las grandes empresas que cotizan en los centros financieros mundiales, pero fueron totalmente inútiles a la hora de recuperar el consumo y el empleo, los elementos básicos de la economía real capitalista. El sistema capitalista recuperó la rentabilidad de las finanzas, pero no pudo restablecer el funcionamiento pleno de la "economía real" que ha pasado de la crisis financiera a la crisis económica y a la crisis social, con su primera manifestación que es el desempleo, y el aumento de la pobreza y el hambre.
En América Latina
La crisis mundial afecta a América Latina como a todo el mundo, y por proximidad geográfica es la región del mundo que tiene mayor dependencia del mercado de los EEUU en cuanto a porcentaje. También es la región del mundo en la cual el porcentaje de inversión estadounidense es más alto sobre el total. En ambas variables, América Latina depende más de EEUU que de Europa o Asia. Además, se trata de una región exportadora de alimentos, minerales y energía y los precios de exportación de estos productos se mueven en línea con la volatilidad de Wall Street que se contagia a todo el mundo, dando por tierra con la teoría del desacople, de acuerdo a la cual una crisis en la primera economía del mundo iba a tener menor efecto que en el pasado, por la emergencia de China e India. La OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos) ya indicó en su informe publicado en Portugal durante la XIX Cumbre Iberoamericana que a consecuencia de la crisis económica global, "39 millones de personas más caerán bajo el nivel de pobreza en América Latina a fines de 2010". Expresó también que "Quedarán virtualmente anulados todos los progresos obtenidos en los cinco años que precedieron a la crisis", que estalló en septiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. Se augura asimismo que la pobreza aumentará casi 7 puntos antes de finales de 2010, debido a que el PIB per cápita caerá un 3,6% en 2009 y crecerá un 1,3% el próximo año. Un total de 189 millones de latinoamericanos vive en la pobreza, un 34% de la población total de unos 550 millones, según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), divulgado hace pocos días. Otro factor que afecta duramente a los países latinoamericanos, es el de las remesas de los emigrantes. Muchos fueron severamente golpeados por la destrucción de empleo en los países europeos y en los EEUU, debido a su concentración en los sectores más afectados por la recesión, como la construcción y el turismo. Claro que los efectos sobre los distintos países no son los mismos. México y América Central sufrirán la recesión al exportar menos al mercado de los EEEU. Venezuela sufrirá por la caída en los precios del petróleo. Brasil por la volatilidad financiera y la competividad. Chile por la caída del precio de los minerales y Argentina y Uruguay por el de los alimentos y otras materias primas.
Qué puede pasar
El sistema capitalista en su conjunto se encuentra en una suerte de dilema: Si los bancos estatales dejan de acudir al rescate de los bancos y grandes empresas privadas (empresas automotrices estadounidenses, por ejemplo), existe el riesgo de una recaída de la crisis financiera con un impacto negativo en el proceso (lento y apenas incipiente) de recuperación de la economía real. Pero si se continúa con la utilización de los dineros públicos para salvar al capital privado, se corre un riesgo no menor que el anterior, y es el estallido de una crisis de endeudamiento de los gobiernos (tanto centrales como emergentes y subdesarrollados) que puede convertir a los bonos públicos en algo similar a lo que fueron las hipotecas subprime y los bonos "tóxicos" que encendieron la mecha de la crisis). Dicho de otra manera: La crisis financiera producto de la “burbuja inmobiliaria” hundió a las empresas y bancos capitalistas privados, pero el posible colapso que produciría una endeudamiento público sideral -y la consecuente insolvencia de pago- puede hundir a los Estados capitalistas en una quiebra generalizada a nivel planetario. Una propuesta intermedia, que permitiría al menos distender la crisis social y prolongar el desenlace, ha sido la de cobrar impuesto a la "renta financiera", de manera que el Estado haga pagar la crisis de la burbuja y la reactivación de la economía al capitalismo privado, ya fue prácticamente desestimada en la última cumbre del G-20. Puede decirse entonces que aparte de la discusión de mantener o levantar los estímulos estatales -pagados por el conjunto de la sociedad- en los grandes centros del capitalismo mundial no se manejan demasiadas alternativas para sobrellevar y controlar la crisis que avanza en forma acelerada hacia lo social. Es en este panorama mundial –muy someramente esbozado- que el segundo gobierno del Frente Amplio intentará llevar a cabo el programa comprometido ante toda la ciudadanía. En próximos artículos desarrollaremos algunas de las líneas contenidas en ese programa nacional, popular y democrático.
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