RESUCITÓ OTRA VEZ SIN SER NOTADO (*)
Este es el artículo más difícil que nos ha tocado escribir desde que lo hacemos en este Semanario. Por el tema casi excluyente de la agenda, y porque cuando estamos escribiendo estas líneas aún no sabemos lo que va a pasar en el Parlamento; debemos entregar la nota antes del jueves (día en que se pondrá a votación el proyecto interpretativo) y por tanto, nos vamos a basar en meras especulaciones.
LOS ESCENARIOS POSIBLES
Dos cosas pueden haber pasado el día de ayer. Puede que haya primado la cordura, y que los legisladores del Frente Amplio –en su totalidad y sin fisuras- votaran el proyecto de ley interpretativa por el cual se eliminan los efectos de la ley de impunidad. Eso sería lo natural y deseable. Nuestro Frente Amplio ha venido batallando desde el primer día de recuperada la democracia por la verdad y la justicia, y a partir del año 86, también contra la impunidad. Batallas que se han dado en todos los planos, en una lucha que ha tenido avances y retrocesos, derrotas y victorias, pero que no han mellado la voluntad inquebrantable de vivir en un país digno, en el que todos seamos iguales ante la ley y en donde los crímenes más aberrantes que se hayan cometido en la historia no puedan quedar en la más completa impunidad. De manera que una vez encontrado un camino unitario, un camino que no fue fácil de hallar, que significó idas y venidas, diálogo continuo en la búsqueda de acuerdos, lo razonable y lógico sería que ayer se hubiese votado finalmente el proyecto interpretativo.
Si eso fue lo que pasó ayer jueves en el Parlamento, entonces hoy estamos en condiciones inmejorables para continuar la lucha por verdad y justicia, por recuperar la memoria colectiva, por seguir construyendo día a día una sociedad más justa, equitativa, solidaria, profundamente democrática y sin impunidad. Y decimos “continuar”, porque todos sabemos que la lucha por verdad y justicia no termina con la anulación de la ley de impunidad, que este es apenas un paso, muy importante, desde luego, pero no definitivo. Que los derechos humanos no es únicamente una cuestión de militares (y civiles) presos, o de desaparecidos, aunque estas cuestiones son sumamente relevantes. Que este es también un problema ético, que contiene el pasado pero que se manifiesta en los temas del presente y que tiene una enorme importancia hacia la sociedad que queremos construir para el futuro, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Pero no se nos oculta, hoy miércoles, cuando escribimos este artículo, que ayer puede haber pasado otra cosa. Puede haber sucedido que la ley interpretativa no se haya votado, por la defección imperdonable de algún parlamentario frenteamplista. Es posible. Y más aún, de acuerdo a la información disponible al momento de escribir estas líneas, no solo es posible sino que es lo más probable.
EL PEOR ESCENARIO
Si lo que pasó es lo último, el escenario es diferente, pero no es el fin del mundo. Y la primer y primordial tarea y responsabilidad de nosotros, los comunistas, es cuidar la herramienta Frente Amplio, esa herramienta que es obra preciosa de tantos y tantos compañeros, herramienta política fundamental para seguir luchando, tanto por los derechos humanos como por un país productivo con justicia social, por un programa de cambios en beneficio de los trabajadores y los más desposeídos.
Todo el mundo reconoce el papel del Partido en la lucha contra la impunidad, estamos orgullosos de eso. Y eso es lo que nos alienta para continuar por ese camino, que es el camino de nuestro pueblo trabajador. Porque para nosotros no se termina la historia en ninguno de los dos escenarios, porque para nosotros no se termina ni siquiera cuando lleguemos al socialismo, mientras seamos comunistas estaremos luchando día a día por un mundo mejor. Los comunistas sabemos que es necesario que estemos, para aportar nuestro granito de arena, para apoyar y apoyarnos en los compañeros frenteamplistas para continuar la lucha. Porque en definitiva, el enfrentamiento es contra la derecha, y con los reflejos de la ideología dominante dentro del propio Frente Amplio, pero siempre sabiendo que el que tenemos al lado es un compañero.
A REDOBLAR
No somos indiferentes ante los posibles escenarios que hoy desconocemos, pero somos comunistas, y eso nos planta en cualquiera de los escenarios con la responsabilidad de siempre, con el ánimo constructivo de siempre, con la voluntad de seguir avanzando como siempre en el camino que colectivamente nos hemos trazado. Estamos profundizando la lucha de clases, y la derecha va a sacar todos sus recursos para enfrentar al campo popular. Los ataques desde la derecha no son gratuitos, hemos puesto sobre la mesa el tema de la distribución de la riqueza, y eso no se admite tan fácilmente por quienes se han apropiado a lo largo de la historia de la riqueza generada por nuestro pueblo. La impunidad no está desligada de todo esto, y lo que la derecha necesita es dividir al Frente Amplio, dividir al PIT-CNT, dividir al campo popular. Si revisamos los titulares de la prensa de la derecha de las últimas semanas, veremos repetidas constante e insistentemente algunas palabras: FRACTURA, DIVISIÒN, QUIEBRE. Y no es porque sí, es una necesidad para no perder sus privilegios. Estamos ante la presencia de toda una operación de la burguesía, que utiliza el mismo idioma de la izquierda, que aprovecha las propias contradicciones de la izquierda, y tenemos que ser capaces de enfrentarla con inteligencia.
No ha sido ni será una lucha fácil (ninguna lucha es fácil para los trabajadores y el pueblo). Ganar esta batalla es ganarle a la dictadura, es ganarle a la burguesía y al imperialismo, y para eso se necesita una acumulación que todavía no alcanza. Pero hemos avanzado enormemente, desde aquel referéndum que perdimos en el 89, a este plebiscito en que nos faltó un poquito para lograr el triunfo, y a esta situación actual, en la que hemos llegado a un Frente Amplio que en su máximo órgano de dirección (el Congreso) incluye en su Programa la anulación de la ley de impunidad, cuestión que por tanto es hoy patrimonio, obligación y responsabilidad de todo el FA. Pero además, los acontecimientos de las últimas semanas nos dejan el saldo de un Frente Amplio que con una gran madurez, en tres Plenarios Nacionales consecutivos aprueba por unanimidad la votación de la ley interpretativa que deja por el camino la impunidad. Y haya pasado lo que haya pasado el día de ayer, eso deja una fuerza política que discute con pasión, pero que discute buscando los acuerdos, y que finalmente adopta resoluciones que comprometen a todos.
De manera que la lucha continúa compañeros. Sentimos el orgullo de formar parte de un Partido que, ante la perspectiva de un escenario de derrota, se para a discutir la forma de seguir peleando.
Eduardo Galeano dice, en una pieza magistral en donde se ensambla junto a Alfredo Zitarrosa, Pablo Neruda (con el poema citado en el título de este artículo), Angel Oliva, Juan Capagorry y Milton Schinca: “Aplicaron un plan de exterminio: arrasar la hierba, arrancar de raíz hasta la última plantita todavía viva, regar la tierra con sal. Después, matar la memoria de la hierba. Estaba prohibido recordar. Se formaban cuadrillas de presos. Por las noches los obligaban a tapar con pintura blanca las frases de protesta que en otros tiempos cubrían los muros de la ciudad. Pero la lluvia, de tanto golpear los muros, iba disolviendo la pintura blanca y reaparecían, poquito a poco, las porfiadas palabras”.
Hoy, viernes 20 de mayo, la marcha del silencio, el silencio más estruendoso e imponente que se escucha año a año por estas tierras, será de los primeros aguaceros que, de tanto golpear, irán disolviendo la pintura de la impunidad, y poquito a poco, reaparecerán las porfiadas palabras. Reaparecerán, sea lo que sea que haya pasado ayer. Verdad y justicia, nunca más, no a la impunidad, volverán y reaparecerán una y otra vez, porque este pueblo es bagual y va a encontrar su destino, este pueblo “resucitará otra vez sin ser notado”, al decir del gran Pablo Neruda. A redoblar compañeros.
(*) Del poema “El Pueblo”, de Pablo Neruda
LOS ESCENARIOS POSIBLES
Dos cosas pueden haber pasado el día de ayer. Puede que haya primado la cordura, y que los legisladores del Frente Amplio –en su totalidad y sin fisuras- votaran el proyecto de ley interpretativa por el cual se eliminan los efectos de la ley de impunidad. Eso sería lo natural y deseable. Nuestro Frente Amplio ha venido batallando desde el primer día de recuperada la democracia por la verdad y la justicia, y a partir del año 86, también contra la impunidad. Batallas que se han dado en todos los planos, en una lucha que ha tenido avances y retrocesos, derrotas y victorias, pero que no han mellado la voluntad inquebrantable de vivir en un país digno, en el que todos seamos iguales ante la ley y en donde los crímenes más aberrantes que se hayan cometido en la historia no puedan quedar en la más completa impunidad. De manera que una vez encontrado un camino unitario, un camino que no fue fácil de hallar, que significó idas y venidas, diálogo continuo en la búsqueda de acuerdos, lo razonable y lógico sería que ayer se hubiese votado finalmente el proyecto interpretativo.
Si eso fue lo que pasó ayer jueves en el Parlamento, entonces hoy estamos en condiciones inmejorables para continuar la lucha por verdad y justicia, por recuperar la memoria colectiva, por seguir construyendo día a día una sociedad más justa, equitativa, solidaria, profundamente democrática y sin impunidad. Y decimos “continuar”, porque todos sabemos que la lucha por verdad y justicia no termina con la anulación de la ley de impunidad, que este es apenas un paso, muy importante, desde luego, pero no definitivo. Que los derechos humanos no es únicamente una cuestión de militares (y civiles) presos, o de desaparecidos, aunque estas cuestiones son sumamente relevantes. Que este es también un problema ético, que contiene el pasado pero que se manifiesta en los temas del presente y que tiene una enorme importancia hacia la sociedad que queremos construir para el futuro, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Pero no se nos oculta, hoy miércoles, cuando escribimos este artículo, que ayer puede haber pasado otra cosa. Puede haber sucedido que la ley interpretativa no se haya votado, por la defección imperdonable de algún parlamentario frenteamplista. Es posible. Y más aún, de acuerdo a la información disponible al momento de escribir estas líneas, no solo es posible sino que es lo más probable.
EL PEOR ESCENARIO
Si lo que pasó es lo último, el escenario es diferente, pero no es el fin del mundo. Y la primer y primordial tarea y responsabilidad de nosotros, los comunistas, es cuidar la herramienta Frente Amplio, esa herramienta que es obra preciosa de tantos y tantos compañeros, herramienta política fundamental para seguir luchando, tanto por los derechos humanos como por un país productivo con justicia social, por un programa de cambios en beneficio de los trabajadores y los más desposeídos.
Todo el mundo reconoce el papel del Partido en la lucha contra la impunidad, estamos orgullosos de eso. Y eso es lo que nos alienta para continuar por ese camino, que es el camino de nuestro pueblo trabajador. Porque para nosotros no se termina la historia en ninguno de los dos escenarios, porque para nosotros no se termina ni siquiera cuando lleguemos al socialismo, mientras seamos comunistas estaremos luchando día a día por un mundo mejor. Los comunistas sabemos que es necesario que estemos, para aportar nuestro granito de arena, para apoyar y apoyarnos en los compañeros frenteamplistas para continuar la lucha. Porque en definitiva, el enfrentamiento es contra la derecha, y con los reflejos de la ideología dominante dentro del propio Frente Amplio, pero siempre sabiendo que el que tenemos al lado es un compañero.
A REDOBLAR
No somos indiferentes ante los posibles escenarios que hoy desconocemos, pero somos comunistas, y eso nos planta en cualquiera de los escenarios con la responsabilidad de siempre, con el ánimo constructivo de siempre, con la voluntad de seguir avanzando como siempre en el camino que colectivamente nos hemos trazado. Estamos profundizando la lucha de clases, y la derecha va a sacar todos sus recursos para enfrentar al campo popular. Los ataques desde la derecha no son gratuitos, hemos puesto sobre la mesa el tema de la distribución de la riqueza, y eso no se admite tan fácilmente por quienes se han apropiado a lo largo de la historia de la riqueza generada por nuestro pueblo. La impunidad no está desligada de todo esto, y lo que la derecha necesita es dividir al Frente Amplio, dividir al PIT-CNT, dividir al campo popular. Si revisamos los titulares de la prensa de la derecha de las últimas semanas, veremos repetidas constante e insistentemente algunas palabras: FRACTURA, DIVISIÒN, QUIEBRE. Y no es porque sí, es una necesidad para no perder sus privilegios. Estamos ante la presencia de toda una operación de la burguesía, que utiliza el mismo idioma de la izquierda, que aprovecha las propias contradicciones de la izquierda, y tenemos que ser capaces de enfrentarla con inteligencia.
No ha sido ni será una lucha fácil (ninguna lucha es fácil para los trabajadores y el pueblo). Ganar esta batalla es ganarle a la dictadura, es ganarle a la burguesía y al imperialismo, y para eso se necesita una acumulación que todavía no alcanza. Pero hemos avanzado enormemente, desde aquel referéndum que perdimos en el 89, a este plebiscito en que nos faltó un poquito para lograr el triunfo, y a esta situación actual, en la que hemos llegado a un Frente Amplio que en su máximo órgano de dirección (el Congreso) incluye en su Programa la anulación de la ley de impunidad, cuestión que por tanto es hoy patrimonio, obligación y responsabilidad de todo el FA. Pero además, los acontecimientos de las últimas semanas nos dejan el saldo de un Frente Amplio que con una gran madurez, en tres Plenarios Nacionales consecutivos aprueba por unanimidad la votación de la ley interpretativa que deja por el camino la impunidad. Y haya pasado lo que haya pasado el día de ayer, eso deja una fuerza política que discute con pasión, pero que discute buscando los acuerdos, y que finalmente adopta resoluciones que comprometen a todos.
De manera que la lucha continúa compañeros. Sentimos el orgullo de formar parte de un Partido que, ante la perspectiva de un escenario de derrota, se para a discutir la forma de seguir peleando.
Eduardo Galeano dice, en una pieza magistral en donde se ensambla junto a Alfredo Zitarrosa, Pablo Neruda (con el poema citado en el título de este artículo), Angel Oliva, Juan Capagorry y Milton Schinca: “Aplicaron un plan de exterminio: arrasar la hierba, arrancar de raíz hasta la última plantita todavía viva, regar la tierra con sal. Después, matar la memoria de la hierba. Estaba prohibido recordar. Se formaban cuadrillas de presos. Por las noches los obligaban a tapar con pintura blanca las frases de protesta que en otros tiempos cubrían los muros de la ciudad. Pero la lluvia, de tanto golpear los muros, iba disolviendo la pintura blanca y reaparecían, poquito a poco, las porfiadas palabras”.
Hoy, viernes 20 de mayo, la marcha del silencio, el silencio más estruendoso e imponente que se escucha año a año por estas tierras, será de los primeros aguaceros que, de tanto golpear, irán disolviendo la pintura de la impunidad, y poquito a poco, reaparecerán las porfiadas palabras. Reaparecerán, sea lo que sea que haya pasado ayer. Verdad y justicia, nunca más, no a la impunidad, volverán y reaparecerán una y otra vez, porque este pueblo es bagual y va a encontrar su destino, este pueblo “resucitará otra vez sin ser notado”, al decir del gran Pablo Neruda. A redoblar compañeros.
(*) Del poema “El Pueblo”, de Pablo Neruda
Comentarios
Es más de media noche y quedan muchos oradores aún. Al parecer, deberemos seguir esforzándonos por no perder la herramienta y redoblando esfuerzos por lo más sagrado, verdad y justicia! Un abrazo
El Huguis