DOS POSICIONES ENFRENTADAS
En pocos días, el Estado uruguayo deberá informar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CDIH), los avances en el cumplimiento de la sentencia en el caso Gelman. Seguramente es muy poco lo que el país podrá decir acerca de dicho asunto, ya que es público y notorio que en lugar de avances lo que ha habido son retrocesos, en virtud de la retrógrada posición de la Suprema Corte (permítaseme obviar el apellido que no le calza muy bien). Para clarificar la situación en la que estamos, intentaré comentar la ponencia del Dr. Pablo Chargoñia en la Mesa Redonda organizada por la Mesa Permanente contra la Impunidad que se llevó a cabo el 17 de mayo pasado en el Paraninfo de la Universidad. EL PISO MINIMO Lo primero que señala Chargoñia, es que en marzo hubo una “resolución de supervisión” de la CIDH que ha explicado el alcance de la sentencia en el caso Gelman, que es muy clara y enfática, y que establece que tiene efecto no solo para los casos de María Claudia García y Macarena