UN RECLAMO JUSTO Y CON AUTORIDAD MORAL
El reclamo de los docentes es de
más presupuesto y aumento de salarios. ¿El reclamo es justo? Si uno piensa en
la infraestructura necesaria para
ejercer la docencia en forma decorosa y para que el resultado educativo
sea óptimo, sin duda que sí. Es público y notorio que cada año al empezar las
clases saltan a la vista esos problemas (grupos de más de 40 alumnos, que afecta el rendimiento de los
estudiantes; condiciones deplorables en que se encuentran edificios de
instituciones educativas, etc). Y si nos remitimos a los salarios que perciben
los docentes, el reclamo también es justo. Para llegar a cubrir el presupuesto
de una canasta básica, los educadores deben trabajar alrededor de 60 horas
semanales (promedio de 10 a 12 hs. por día). Claro que no todos los docentes
pueden lograr ese número de horas, depende del lugar del escalafón que se
hallan, si son efectivos, interinos, suplentes. Pero además tendrán a su vez que
destinar varias horas de su vida diaria, a evaluar trabajos, preparar clases,
planificar, etc, tiempo que NO es pagado y que se resta al tiempo personal
(para hacer lo que les gusta, como predica el Presidente). Los docentes aspiran a tener un
cargo mejor remunerado, que equivalga a las 25 horas de trabajo en aula, con un
mejor salario que no le implique buscar veinte horas más por aquí y otras
veinte por allá, corriendo de institución en institución, asegurando el
puchero, y que al final son en detrimento de los propios estudiantes. Si un
docente pudiera trabajar y vivir con 25 horas, le daría además la posibilidad a
muchos otros docentes de lograr horas de trabajo, en un reparto más equitativo.
Que la educación necesita más porcentaje del presupuesto
es un hecho. Los mejores resultados educativos se dan, generalmente, en los
países dónde se destina un 6% del PBI a la educación. También es un hecho que
el presupuesto para la educación ha aumentado a partir del 2005 en porcentaje
del PBI (4,6%), pero estamos lejos de lo necesario. Estamos en el 10° lugar en
América Latina (en compensación, tenemos el presupuesto parlamentario más caro
de todo el continente), por debajo de Cuba (que invierte un 18,4%), de
Argentina, de Brasil, etc. Pero hay que tener en cuenta, además, que del total
asignado como “a la educación”, solo un 3% va a la ANEP; y esto significa un problema porque se
asocia el 4,5% con la ANEP y se exigen resultados que siempre resultarán
inadecuados.
Se puede decir que en alguna medida el paro o la huelga
perjudica a los estudiantes, pero también se puede entender como una medida pro
educación, en tanto se está enseñando con el propio ejemplo a las generaciones
más jóvenes, a luchar por sus derechos, ganancia para el futuro.
¿La huelga a ayudará a mejorar la educación uruguaya? Soñar que alguien o algo va a
mejorar a una educación que ya está en CTI en estado grave, es más que utopía.
Por último, le asigno más autoridad moral a quienes luchan
por la educación ganando algo más de 16 mil pesos, que al que les exige
resultados ganando 380 mil.
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