LOS IMPUNES CONSTRUYENDO CIUDADANÍA
La página web del Ministerio de Defensa, da cuenta de una Resolución de la ANEP, por la cual el Consejo de Educación Inicial y Primaria autoriza la distribución del CIMARRÓN en las Inspecciones Departamentales de todo el país.
“El CIMARRÓN es un personaje de historieta que aparece
en la revista producida por el Ejército Nacional “La Fuerza de todos”, una
publicación mensual hecha íntegramente por la Institución. “La Fuerza de todos”
integra diferentes temáticas del ámbito militar y su relación con la sociedad,
cada número aborda diferentes aportes, “La Fuerza de la Música”, “La Fuerza de
Nuestra gente”, “La Fuerza del entrenamiento”, “La Fuerza de la Paz” entre
muchas otras”, es lo que explica la página del MDN.
“CIMARRÓN, el perro autóctono
de Uruguay, que acompañó a Artigas en todas sus hazañas –nos explican-, se
ha convertido en el personaje ideal para narrar el pasado y contar sobre las
distintas actividades del Ejército Nacional. Su vestimenta se adapta al
contexto histórico en que se encuentra, ya que vivió el nacimiento del Prócer,
la Batalla de las Piedras, la Declaratoria de la Independencia y la Jura de la
Constitución o acompaña a nuestro Cascos Azules a las Misiones Operativas de
Paz. CIMARRÓN estará entonces según la Resolución en apoyo en el área de
campo disciplinar de construcción de ciudadanía”.
Sucede que los militares uruguayos, las fuerzas armadas como institución, fueron responsables de crímenes monstruosos, jamás conocidos en este país. Durante diez años se dedicaron a secuestrar ciudadanos, a encarcelarlos, torturarlos, violarlos, matarlos y hacerlos desaparecer. Llegaron al colmo del sadismo brutal y asesino de secuestrar una madre embarazada con el único propósito de robarle el bebé y luego matarla y hacerla desaparecer.
Sucede que los militares uruguayos, las fuerzas armadas como institución, fueron responsables de crímenes monstruosos, jamás conocidos en este país. Durante diez años se dedicaron a secuestrar ciudadanos, a encarcelarlos, torturarlos, violarlos, matarlos y hacerlos desaparecer. Llegaron al colmo del sadismo brutal y asesino de secuestrar una madre embarazada con el único propósito de robarle el bebé y luego matarla y hacerla desaparecer.
Y uno se pregunta: ¿Les
explicará el Cimarrón a los niños como hacían los militares para torturar seres
humanos indefensos, cómo eran capaces de violar mujeres y hombres atados y
encapuchados? ¿será capaz el Cimarrón de contarles la verdad a nuestros
gurises? ¿les dirá el sabueso dónde están los desaparecidos?
Puede quizá causar asombro que un
país que pasó por una atroz dictadura, en donde los militares violaron y
pisotearon todos los derechos humanos y jamás mostraron arrepentimiento por
ello, se autorice a que ese mismo ejército (en tanto no sea depurado, en tanto
no se sepa la verdad, en tanto no se aclaren definitivamente sus crímenes
seguirá siendo el mismo ejército) imparta enseñanza a sus niños, o lo que es lo
mismo, ese ejército sea el que “apoye en la construcción de ciudadanía”. Y
puede causar aún más asombro en aquellos que crean que ese país está gobernado
por la izquierda.
Pero solo se asombrará quien no
conozca al Uruguay. Uruguay es el país de la impunidad, y es el país en donde
el ministro de defensa acusa de enfermitos y enfermitas a los defensores de los
derechos humanos y nadie se anima a tocarlo. Es el país de la cola de paja, en
donde ahora dejamos a nuestros niños en las manos de los impunes.
Quienes al día de hoy, insisten en el olvido, quieren a los “pobres
viejitos” libres, como Mujica o Topolansky; quienes quieren un “nunca más
enfrentamiento entre hermanos” como Tabaré Vázquez; quienes tratan de
“enfermitos y enfermitas” a quienes con toda razón condenan los crímenes
aberrantes de la dictadura, como el ministro Fernández Huidobro, ahora dan un nuevo paso, pretenden que a través de la enseñanza las nuevas generaciones olviden hasta el último rastro de la ignominia de los asesinos y torturadores.
A algunos seguramente les causará
asombro.
A otros nos causa un profundo
asco.
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ARLLETTE
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