LO MEJOR ESTÁ POR VENIR
Relatar los logros de nuestro gobierno, aunque parezca llover sobre mojado, es una tarea que no podemos dejar de hacer. Lo venimos haciendo desde hace tiempo, y lo hacen a diario los compañeros en el gobierno y en el Parlamento, y lo hacemos desde todos los organismos del FA (Coordinadoras, zonales, comités), en charlas con los adherentes, en barriadas, en las ferias y todo lo demás. Pero hoy queremos encarar este asunto desde otro ángulo; esto es, queremos mostrar como lo hecho en este gobierno es lo que nos permitirá desarrollar y profundizar en el próximo.
Porque desde la oposición se ha señalado que el país creció, y que hicimos lo que hicimos gracias a la situación internacional favorable, olvidando decir que en similares condiciones (con gobiernos rosados) el país creció pero menos, que ese crecimiento no impidió que los gobiernos de turno llevaran a cabo ajustes fiscales en perjuicio de la población, que no se distribuyera ese crecimiento, pero que fundamentalmente no se transformara el país en el sentido de reducir sus vulnerabilidades.
El gobierno del Frente Amplio, aprovechó el período de bonanza para modificar aquellos aspectos que significaban obstáculos para el crecimiento y que, de no resolverse, iban a hipotecar el futuro gobierno, fuera del partido que fuera. Y en ese sentido, no perdimos ni el tiempo ni las oportunidades. En lo financiero, administramos la deuda de forma que nos permitiera recuperar la liquidez y la confianza, y redujimos su peso en relación con el producto bruto interno. Ello nos permitió dar sustentabilidad a las cuentas públicas, bajando la relación deuda pública- producto bruto a menos de la mitad. En segundo lugar, el reperfilamiento de la estructura de vencimientos de la deuda, nos permitió superar el ahogo financiero que heredamos, y que significaba una necesidad de financiamiento del Gobierno central de un 23% del producto, lo que resultaba absolutamente impagable. De manera que esto es lo que permite que el gobierno que asuma a partir de marzo del 2010 lo haga en mucho mejores condiciones, ya que el año 2009 y gran parte del año 2010 están financiados (a pesar de la crisis económica internacional, y sin haber hecho el ajuste fiscal que reclamaba Luis Alberto Lacalle). Pero además, el próximo gobierno estará en mejores condiciones para poder enfrentar la actual crisis internacional porque los activos de reserva que hoy tiene el país más que se duplicaron en nuestro período de gobierno, pasando de 2.500 millones de dólares a fines de 2004 a 6.300 millones de dólares a fines de 2008.
Y por si esto no fuera suficiente, avanzamos con pasos firmes en materia fiscal recomponiendo el gasto público, priorizando los gastos y las inversiones estratégicas y generando incentivos tributarios a la inversión, todo ello en un marco de responsabilidad fiscal. Abandonando la costumbre de los últimos gobiernos, de aquellos presupuestos “gasto cero”, por primera vez, se aprobó una Ley de Presupuesto Nacional que era consistente con el programa financiero, y con prioridades bien definidas. Y eso porque primero definimos lo que queríamos hacer y luego elaboramos el Presupuesto. Y lo que queríamos hacer, en primer lugar, era atender la emergencia nacional producto de los desgobiernos anteriores, llevar a cabo el prometido Plan de Emergencia. Sin dejar de lado el manejo prudente de la macroeconomía -pero sin que ése fuese el objetivo central- nuestro gobierno fijó como prioridades la educación, la salud, las políticas sociales, las obras de infraestructura, la seguridad pública y el sistema judicial. Esto fue para nosotros lo fundamental, y lo otro solo herramientas. Pero además, garantizando de paso la recuperación de la pérdida salarial que habían sufrido los funcionarios públicos.
Falta; falta mucho más. Todos los frenteamplistas coincidimos en que tenemos que mejorar todavía la distribución de la riqueza. Queda mucho por hacer, pero es mucho lo que se ha hecho. Pero se preparó el terreno para los cambios, y las señales fueron claras de hacia donde apuntamos. El próximo gobierno del Frente Amplio profundizará sin dudas en la forma de distribuir la riqueza, haciendo que pague más quien tiene más y que pague menos quien tiene menos, y que no pague nada el que nada tiene.
Pero los resultados financieros y fiscales que señalábamos, sentaron las bases para las transformaciones profundas que comenzaron en este período en materia social y en materia productiva y de trabajo para los uruguayos, y que continuaremos en el próximo.
Como bien ha dicho Tabaré, los frenteamplistas no recorrimos el país con promesas fáciles. Dijimos que iba a costar mucho, que íbamos a recibir un país en ruinas (lo que recibimos fue peor de lo que nos imaginábamos). Pero pusimos el alma en la cancha, recuperamos el país he hicimos el mejor gobierno que se conozca hasta ahora. Y lo repetimos para que quede claro, porque no somos autocomplacientes: hay que hacer más, hay que hacer mucho más. En tres años, la indigencia se redujo a menos de la mitad, y la pobreza, disminuyó en casi un tercio. Hoy hay 350mil pobres menos y 80 mil indigentes menos que en el año 2005. Pero no nos conformamos con esto, y hoy estamos pidiendo el voto a nuestro pueblo para cumplir con otras metas, como reducir la pobreza otros 10 puntos por lo menos y tratar de superar por completo la condición de indigencia, de miseria, de pobreza profunda. Lo que significaría tener, aproximadamente, 350.000 pobres menos en los próximos cinco años y eliminar por completo la indigencia que lamentablemente todavía nos queda, unas 80.000 personas en esas condiciones. Y si lo que hicimos nos permitió llegar a todos los gurises escolares con una computadora, habrá que ver como ampliamos el Plan Ceibal. Un Plan Ceibal que tiene una relación muy estrecha con el combate a la marginación, a la exclusión, porque es absolutamente inclusivo y también colabora en la solución de otros problemas de índole social como la violencia, la droga, etc. En materia de educación nos proponemos seguir impulsando cambios muy importantes. Mujica señalaba recientemente las escuelas de tiempo completo en zonas de contexto crítico, y Astori agregaba que hay que localizarlas en las zonas de contexto crítico, cosa que hasta ahora ha mostrado deficiencias. Acercar la enseñanza secundaria al mundo del trabajo, modernizar la enseñanza superior vinculándola al impulso a las actividades de innovación, de progreso científico y tecnológico. Pero también en el próximo período queremos mejorar el Plan de Asignaciones Familiares, con nuevos programas para niños, jóvenes, para madres solas al frente de hogares monoparentales con dificultades no solo en materia laboral sino en condiciones de vida.
En resumen, demostramos que un gobierno de izquierda sabe manejar la economía y que, incluso, lo hace mejor que gobiernos de otros signos. Como decía Tabaré, “la tarea que la ciudadanía nos encomendó y que emprendimos es, metafóricamente, reconstruir la casa con la gente adentro. Este país, si lo asimilamos a un edificio, estaba partido desde el techo hasta las paredes y hasta los cimientos. Había muchas urgencias, muchas esperanzas, muchas necesidades. En ese clima, comenzamos a reconstruir el país. Claro, hubiera sido muy lindo y muy bonito, para aquietar esas inquietudes y esas necesidades, que hubiéramos tapado las rajaduras de las paredes con un poco de hormigón, un poco de mezcla, enduido, pulimos, pintamos y en poquito tiempo hubiera estado hermosísimo. Y muchos hubieran aplaudido, hubieran dicho: “vieron, qué rápido arreglamos la cosa”. Pero hubiera venido cualquier vientito, cualquier temporal, y hubiera vuelto la rajadura a peligrar la vida de quienes vivían adentro.” Sin embargo, fuimos capaces de realizar esa tarea tan difícil. Fuimos al fondo y reconstruimos los cimientos, y esa solidez es la que nos permite hoy estar seguros de que el próximo gobierno frenteamplista va a ir a más, y que lo mejor está por venir.
Porque desde la oposición se ha señalado que el país creció, y que hicimos lo que hicimos gracias a la situación internacional favorable, olvidando decir que en similares condiciones (con gobiernos rosados) el país creció pero menos, que ese crecimiento no impidió que los gobiernos de turno llevaran a cabo ajustes fiscales en perjuicio de la población, que no se distribuyera ese crecimiento, pero que fundamentalmente no se transformara el país en el sentido de reducir sus vulnerabilidades.
El gobierno del Frente Amplio, aprovechó el período de bonanza para modificar aquellos aspectos que significaban obstáculos para el crecimiento y que, de no resolverse, iban a hipotecar el futuro gobierno, fuera del partido que fuera. Y en ese sentido, no perdimos ni el tiempo ni las oportunidades. En lo financiero, administramos la deuda de forma que nos permitiera recuperar la liquidez y la confianza, y redujimos su peso en relación con el producto bruto interno. Ello nos permitió dar sustentabilidad a las cuentas públicas, bajando la relación deuda pública- producto bruto a menos de la mitad. En segundo lugar, el reperfilamiento de la estructura de vencimientos de la deuda, nos permitió superar el ahogo financiero que heredamos, y que significaba una necesidad de financiamiento del Gobierno central de un 23% del producto, lo que resultaba absolutamente impagable. De manera que esto es lo que permite que el gobierno que asuma a partir de marzo del 2010 lo haga en mucho mejores condiciones, ya que el año 2009 y gran parte del año 2010 están financiados (a pesar de la crisis económica internacional, y sin haber hecho el ajuste fiscal que reclamaba Luis Alberto Lacalle). Pero además, el próximo gobierno estará en mejores condiciones para poder enfrentar la actual crisis internacional porque los activos de reserva que hoy tiene el país más que se duplicaron en nuestro período de gobierno, pasando de 2.500 millones de dólares a fines de 2004 a 6.300 millones de dólares a fines de 2008.
Y por si esto no fuera suficiente, avanzamos con pasos firmes en materia fiscal recomponiendo el gasto público, priorizando los gastos y las inversiones estratégicas y generando incentivos tributarios a la inversión, todo ello en un marco de responsabilidad fiscal. Abandonando la costumbre de los últimos gobiernos, de aquellos presupuestos “gasto cero”, por primera vez, se aprobó una Ley de Presupuesto Nacional que era consistente con el programa financiero, y con prioridades bien definidas. Y eso porque primero definimos lo que queríamos hacer y luego elaboramos el Presupuesto. Y lo que queríamos hacer, en primer lugar, era atender la emergencia nacional producto de los desgobiernos anteriores, llevar a cabo el prometido Plan de Emergencia. Sin dejar de lado el manejo prudente de la macroeconomía -pero sin que ése fuese el objetivo central- nuestro gobierno fijó como prioridades la educación, la salud, las políticas sociales, las obras de infraestructura, la seguridad pública y el sistema judicial. Esto fue para nosotros lo fundamental, y lo otro solo herramientas. Pero además, garantizando de paso la recuperación de la pérdida salarial que habían sufrido los funcionarios públicos.
Falta; falta mucho más. Todos los frenteamplistas coincidimos en que tenemos que mejorar todavía la distribución de la riqueza. Queda mucho por hacer, pero es mucho lo que se ha hecho. Pero se preparó el terreno para los cambios, y las señales fueron claras de hacia donde apuntamos. El próximo gobierno del Frente Amplio profundizará sin dudas en la forma de distribuir la riqueza, haciendo que pague más quien tiene más y que pague menos quien tiene menos, y que no pague nada el que nada tiene.
Pero los resultados financieros y fiscales que señalábamos, sentaron las bases para las transformaciones profundas que comenzaron en este período en materia social y en materia productiva y de trabajo para los uruguayos, y que continuaremos en el próximo.
Como bien ha dicho Tabaré, los frenteamplistas no recorrimos el país con promesas fáciles. Dijimos que iba a costar mucho, que íbamos a recibir un país en ruinas (lo que recibimos fue peor de lo que nos imaginábamos). Pero pusimos el alma en la cancha, recuperamos el país he hicimos el mejor gobierno que se conozca hasta ahora. Y lo repetimos para que quede claro, porque no somos autocomplacientes: hay que hacer más, hay que hacer mucho más. En tres años, la indigencia se redujo a menos de la mitad, y la pobreza, disminuyó en casi un tercio. Hoy hay 350mil pobres menos y 80 mil indigentes menos que en el año 2005. Pero no nos conformamos con esto, y hoy estamos pidiendo el voto a nuestro pueblo para cumplir con otras metas, como reducir la pobreza otros 10 puntos por lo menos y tratar de superar por completo la condición de indigencia, de miseria, de pobreza profunda. Lo que significaría tener, aproximadamente, 350.000 pobres menos en los próximos cinco años y eliminar por completo la indigencia que lamentablemente todavía nos queda, unas 80.000 personas en esas condiciones. Y si lo que hicimos nos permitió llegar a todos los gurises escolares con una computadora, habrá que ver como ampliamos el Plan Ceibal. Un Plan Ceibal que tiene una relación muy estrecha con el combate a la marginación, a la exclusión, porque es absolutamente inclusivo y también colabora en la solución de otros problemas de índole social como la violencia, la droga, etc. En materia de educación nos proponemos seguir impulsando cambios muy importantes. Mujica señalaba recientemente las escuelas de tiempo completo en zonas de contexto crítico, y Astori agregaba que hay que localizarlas en las zonas de contexto crítico, cosa que hasta ahora ha mostrado deficiencias. Acercar la enseñanza secundaria al mundo del trabajo, modernizar la enseñanza superior vinculándola al impulso a las actividades de innovación, de progreso científico y tecnológico. Pero también en el próximo período queremos mejorar el Plan de Asignaciones Familiares, con nuevos programas para niños, jóvenes, para madres solas al frente de hogares monoparentales con dificultades no solo en materia laboral sino en condiciones de vida.
En resumen, demostramos que un gobierno de izquierda sabe manejar la economía y que, incluso, lo hace mejor que gobiernos de otros signos. Como decía Tabaré, “la tarea que la ciudadanía nos encomendó y que emprendimos es, metafóricamente, reconstruir la casa con la gente adentro. Este país, si lo asimilamos a un edificio, estaba partido desde el techo hasta las paredes y hasta los cimientos. Había muchas urgencias, muchas esperanzas, muchas necesidades. En ese clima, comenzamos a reconstruir el país. Claro, hubiera sido muy lindo y muy bonito, para aquietar esas inquietudes y esas necesidades, que hubiéramos tapado las rajaduras de las paredes con un poco de hormigón, un poco de mezcla, enduido, pulimos, pintamos y en poquito tiempo hubiera estado hermosísimo. Y muchos hubieran aplaudido, hubieran dicho: “vieron, qué rápido arreglamos la cosa”. Pero hubiera venido cualquier vientito, cualquier temporal, y hubiera vuelto la rajadura a peligrar la vida de quienes vivían adentro.” Sin embargo, fuimos capaces de realizar esa tarea tan difícil. Fuimos al fondo y reconstruimos los cimientos, y esa solidez es la que nos permite hoy estar seguros de que el próximo gobierno frenteamplista va a ir a más, y que lo mejor está por venir.
Comentarios