¡¡ VAYA CON LA DIFERENCIA !!



Hay algo que a todo el mundo le llama la atención. El Frente Amplio venía creciendo históricamente desde su conformación en 1971. Si tomamos como referencia no al FA, sino a la izquierda, esta tuvo una tasa de crecimiento de una elección a otra del 30 por ciento si medimos desde el año 66. Sobre los votos que tenía crecía un 30 por ciento en la elección siguiente, más allá del crecimiento vegetativo, es decir del crecimiento de población, que es mínimo en nuestro país. Solo una vez tuvo una tasa menor, del 20 por ciento, que fue a la salida del gobierno de Lacalle. En esa oportunidad, en lugar del 30 crece el 20 y en 2004 el crecimiento estuvo un poco por debajo del 20 por ciento, fue el menor crecimiento habido en todo este ciclo. La tendencia histórica de los partidos tradicionales ha sido –por lógica- exactamente la contraria: en 1966 los partidos tradicionales tenían un 90 por ciento, y en 2004 obtienen apenas un poco por encima del 45 por ciento. Es decir, de 1966 hasta el 2004 una reducción sistemática elección tras elección hasta descender a la mitad.
La primera duda que surge, es por qué el menor crecimiento de la izquierda, en términos relativos, se da justamente luego del desastre espectacular que fue el gobierno de Jorge Batlle, y de la crisis del 2002. Pero la segunda pregunta es, como es posible que luego de un crecimiento sostenido de la izquierda durante 40 años, y luego de que esta obtiene el gobierno por primera vez en la historia, le resulte tan difícil seguir creciendo. Y más teniendo en cuenta los logros indiscutibles en todos los ámbitos (económico, social, etc…) del primer gobierno del FA, por todos conocidos y que tan bien explicitara Tabaré en sus últimas intervenciones públicas.
Y la pregunta es: ¿realmente el Frente Amplio tiene dificultades para seguir creciendo? ¿o las encuestas siguen sin reflejar la realidad política, como sucedió en las internas?
MAS DUDAS
Una reciente encuesta de Equipos Moris dice que en los estratos bajos el 40% vota al FA, el 47% a los partidos tradicionales y el 1% al PI. El FA no andaría bien en este segmento, y de hecho los partidos tradicionales lo superarían en 7%. En los estratos medio-bajos la situación se empareja: El FA tiene 43% de los votos, y los PT sumados otro 43%. En los estratos medios el FA comienza a obtener ventaja: recibe 48% de adhesión frente a 39% de los PT sumados, al igual que en los segmentos medio altos, donde el FA es 48% y la suma de los PT es 40%. Finalmente, en el segmento alto propiamente dicho la situación es nuevamente favorable a los PT: 56% vota a blancos o colorados y 33% al FA.
Sin embargo, una encuesta de la empresa Fáctum, divulgada el 14 de mayo de 2009, muestra unos resultados bastante diferentes. Cuando Fáctum analiza la intención de voto de acuerdo al nivel económico de los votantes, el FA es mayoritario en todos los sectores pero la supremacía es muy acentuada en el nivel medio y el nivel bajo. El FA obtiene 52% en el nivel medio y 51% en el nivel bajo, contra 31% del Partido Nacional en ambos sectores; una diferencia de más de 20 puntos. En el sector alto el Partido Nacional reduce esa diferencia a 10 puntos; el FA obtiene 45% y los blancos 35%; es el único sector donde el FA no obtiene más del 50%. Los colorados tienen mayor impacto en el sector alto con un 8%.
Como vemos, la diferencia entre ambas encuestadoras es importante. Una dice que en el nivel socioeconómico bajo el FA tiene el 40% (Equipos) y la otra dice que el 51% (Fáctum). No es lo mismo decir que en los estratos bajos los partidos tradicionales tienen la mayoría, que decir que el Frente Amplio supera a toda la oposición junta en esos estratos; son dos cosas diametralmente opuestas. No es lo mismo decir que en el estrato más alto el FA tiene el 33% de las adhesiones (Equipos), que decir que en ese estrato el FA tiene el 45% (Fáctum); 12 puntos de diferencia es demasiado. Más allá de las posibles diferencias en cuanto a la forma de trabajar de una encuestadora con respecto a otra, es indudable que esas diferencias de porcentajes hablan de algún tipo de disparate que se está transmitiendo a la opinión pública. . Las encuestas son investigaciones estadísticas en las que la información se obtiene de una parte representativa del universo a investigar. Lo otro es un “sondeo de opinión”, y se caracteriza porque la muestra de la población elegida no es suficiente para que los resultados puedan aportar un informe confiable. Se utiliza solo para recolectar algunos datos sobre lo que piensa un número de individuos de un determinado grupo sobre un determinado tema, y punto. Lo que no sabemos, es si cuando se divulgan los datos como los que vimos más arriba se está hablando de encuestas o de sondeos de opinión, pero sería bueno que se dijera, para no confundir a la opinión pública.
LOS JOVENES
El tema de los jóvenes en la política es, indudablemente, polémico. Hay una especie de mito, y es que los jóvenes en su mayoría son de izquierda. Cuando surge el Frente Amplio, en el año 71, su mayor fuerza radicaba justamente en la juventud. Ella era la que abarrotaba los actos callejeros del FA, pero también la que llenaba los Comités de Base, y se enfrascaba en largas discusiones que podían terminar a cualquier hora de la madrugada. Fueron también los jóvenes (estudiantes, obreros) los que llenaron las cárceles durante la dictadura y los que tuvieron que irse al exilio o pasar a la clandestinidad. Pero además, fueron jóvenes los que retomaron las banderas de la resistencia y ocuparon el lugar de los que no podían estar, para derrotar a la dictadura. Y era una hermosura ver a los jóvenes una vez recuperada la democracia, llenando los sindicatos estudiantiles y obreros y los partidos políticos. E indudablemente, el Frente Amplio crecía año tras año por la incorporación de jóvenes a sus filas. Era común escuchar: “el problema es que los viejos son todos blancos o colorados, por eso no ganamos”. Los hijos de la gente de izquierda se incorporaban naturalmente a las filas de la izquierda, y también lo hacían los jóvenes nacidos en familias pertenecientes a los partidos tradicionales, y lo hacían simplemente porque eran jóvenes, porque ser joven y de izquierda era lo más natural del mundo. Los “viejos” de hoy son aquellos jóvenes de izquierda de fines de los 60. ¿Qué pasa hoy con los jóvenes?
El miércoles 7 de agosto se dio a conocer un estudio realizado por el Observatorio de Medios y Audiencias del Claeh titulado "Las perspectivas ciudadanas y electorales de los nuevos votantes" del Montevideo Urbano. El estudio revela cosas preocupantes, como que el 46,2% de los jóvenes está interesado en la política, mientras que un 8,3% rechaza la política y al 38,5% no le interesa. Es decir, (de acuerdo a este estudio) serían más los jóvenes que no tienen interés o rechazan la política (un 47%) que aquellos que si se interesan (un 46%). Esa misma encuesta revela que de esos jóvenes, el 40,6% votaría al FA, un 8,2% al PN, un 2% al PC, un 0,7% al PI, 23,9% no sabe, un 18,4% en blanco o anulado, un 5,6% no quiso responder, y un 0,8% a otros.
Sin embargo, la encuesta de Factum a la que nos referíamos al inicio, también separa la simpatía política por edad de los votantes. Y los resultados son que el FA tiene un claro predominio entre los jóvenes con un 57% (contra el 40,6 que le da al CLAEH) y el Partido Nacional 32% (contra el 8,2 que le da al CLAEH). Sin duda debe haber explicaciones para estas diferencias enormes. Pero si no se las brinda a la opinión pública, nadie entiende nada.

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