MI DECEPCIÓN (reflexiones en voz alta - 6a, parte)


Una necesaria aclaración (por si las moscas). Esta, como las anteriores, son reflexiones personales, que solo comprometen a este humilde ciudadano. No representan más que a mí mismo, y soy consciente que tal vez solo sean compartidas por mí mismo. Pero como decía Carlos Quijano: “..en definitiva, cuando las modas pasan sólo quedan los principios. Hay que defenderlos más en las malas que en las buenas, sin temor a perder amistades o a sumar enemistades. La única política fecunda es la que se ajusta a principios. Ya lo enseñaba –palabras más, palabras menos- Lenin”.
EL CONTINUISMO
Ya he dicho que mi decepción ha sido un proceso, que no me decepcioné de un día para el otro. Así me sucedió con los gobiernos del FA primero y con varios de sus dirigentes (fundamentalmente con Tabaré Vázquez), para luego terminar decepcionándome el propio Frente Amplio.
Nunca estuve de acuerdo con el rumbo económico del gobierno, pero eso quizá no pueda considerarse decepción, puesto que era consciente de que había posiciones diferentes en esa materia. Aunque es cierto que esperaba al menos un cambio con respecto a lo anterior y no el continuismo absoluto que se vio.
La propiedad de la tierra está hoy más concentrada que nunca, pero también más extranjerizada, cuestión que se agudizó en los gobiernos del FA.  Desde 1948 -año de la creación del Instituto Nacional de Colonización- hasta ahora, se han incorporado a ese Instituto algo así como 350 mil hectáreas de tierra (en 62 años).  Pero en solo cuatro años (entre 2002 y 2006)  la venta de campos a extranjeros sobrepasó las 800 mil hectáreas, en 2009 se acercó a 620 mil hectáreas, y hay que tener en cuenta además, los arrendamientos.  En la zafra 2007/2008 solo seis empresas -la mayoría extranjera o relacionada a capital extranjero- plantaron el 25% del área agrícola.
La apropiación de los principales medios de producción por parte de una minoría privilegiada que además es extranjera, no solo se ha agudizado sino que se ha promovido desde el propio gobierno del FA, estimulando la inversión extranjera directa mediante distintos tipos de modalidades.
De hecho, dos postales pueden ejemplificar que tan lejos de los gobiernos de los partidos tradicionales estuvieron las políticas en el área económica de nuestros dos dirigentes máximos: 1) en el año 2006, Danilo Astori recibió el premio al mejor Ministro de Economía del mundo, por parte de la revista "The Banker" del grupo británico "Financial Times" (flor y nata del capitalismo mundial), un galardón similar al recibido el año anterior por el  Ec. Isaac Alfie cuando  detentaba dicho cargo en el gobierno del Dr. Jorge Batlle; 2) finalizado su mandato, Tabaré Vázquez pasó a integrar el Grupo Asesor Regional del FMI para el Hemisferio Occidental.
TABARÉ
Pero mi primera decepción con Tabaré, como ya lo dije, fue su acercamiento paulatino al gobierno de los Estados Unidos en la misma medida en que se distanciaba e ignoraba a los gobiernos latinoamericanos. Ya lo mencioné en notas anteriores: Tratado de Protección de Inversiones, maniobras UNITAS, envío de tropas a Haití durante el primer año de gobierno; todas cuestiones a las que siempre nos habíamos opuesto.
Estas cosas revelaban un alejamiento de principios fundadores del FA, pero también mostraban a un Tabaré Vázquez autoritario y personalista. Cosa que no era de sorprender, claro, ya lo habíamos visto cuando fue intendente de Montevideo, cuando se constituyó en el primer dirigente del Frente Amplio que públicamente anuncio su negativa a concurrir a los organismos de dirección para dar explicaciones. Claro, en ese entonces, al igual que ahora, muy pocas voces se levantaban para criticar a Tabaré Vázquez, especie de “vaca sagrada” a proteger para ganar las elecciones. José Germán Araújo fue de los poquísimos que lo advirtió: “Lo comprendo a Tabaré Vázquez; es un vocacional de la medicina, tiene un futuro extraordinario en ese orden, el no fue llamado por su vocación política sino por ser militante y ahora le duele ver que su determinación pueda ser cuestionada por alguien. Pero tiene que aceptar que la organización política es otra cosa, que no estamos en un partido político personalista y que el Frente Amplio no podrá ser eso nunca. Pero aquí, además, Tabaré está jugando su posición: si queremos que él sea el próximo presidente de la República deberíamos admitir que se debata algunas cosas y otras no. Es un extraordinario candidato, no hay otro candidato con más carisma, pero yo eso no lo querría para el Frente Amplio”.
LA CONSTITUCIÓN Y EL PROGRAMA (¿o la biblia y el calefón?)
Cuando Tabaré asumió la presidencia, prometió gobernar con la Constitución en una mano y el programa del FA en la otra. Sin duda que su primer acto contrario radicalmente al programa fue el inicio de negociaciones para concretar un TLC con los EEUU.
Una actitud de todo punto de vista reprobable: 1) porque iba en contra del programa de la fuerza política que lo había llevado al gobierno; 2) porque había prometido gobernar de acuerdo a ese programa; y 3) porque ni siquiera tuvo la valentía de reconocer que lo hacía y explicar sus razones.
Alguna vez escribí que la conducta de un hombre es considerada ética, siempre que encamine su vida conforme a las costumbres sociales y normas jurídicas vigentes, y cuyos principios morales no queden solamente en el campo de la abstracción, sino que los concrete mediante su observancia en la práctica. Y hay algunas virtudes que hacen ética a una conducta, y que son además indispensables en un estado democrático. Yo creo que la actividad política necesariamente debe ir de la mano con una actitud ética, y cuando política y ética no se corresponden, la política se desnaturaliza. Es ahí cuando la ciudadanía se fastidia con la política y surgen frases del tipo “son todos iguales”. El abandono del camino ético en la política, es tanto más peligroso cuando proviene de la dirigencia, pues es la que debería dar el ejemplo a la comunidad y por lo tanto, tiene una mayor responsabilidad.
En ese sentido, la actuación de Tabaré Vázquez estuvo francamente reñida con la ética, y envolvió a sus propios ministros, que ya no sabían que decir, manteniendo a su fuerza política y al país en ascuas. Ya hemos dicho que a mediados de 2005 le había encargado a Lepra que hiciera gestiones para iniciar las negociaciones hacia un TLC, y que en enero de 2006 Astori había dicho públicamente que se iba a eso, confirmándolo días después el propio Lepra y diciendo que era una decisión del gobierno de Vázquez. Mientras tanto, Gargano afirmaba a los argentinos, en Buenos Aires que no era cierto que Uruguay se encaminara a un tratado de libre comercio con la administración de George W. Bush. A la vuelta de su viaje a EEUU, en una escala en Cartagena de Indias, en Colombia, Vázquez fue consultado sobre la posibilidad de un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos y respondió que le parecía "muy bien" poder alcanzarlo.
El 16 de enero de 2006 tuvo lugar la primera reunión del año del Consejo de Ministros, y allí Vázquez planteó que si bien el programa del Frente Amplio era muy claro en cuanto a la inserción internacional del país, la realidad había cambiado, y sostuvo que había que rediscutir esas definiciones y encargó a Jorge Brovetto que iniciara la discusión interna en el FA. Extrañamente, pocos días después, el 23 de enero, al finalizar una reunión de la Mesa Política del FA, Brovetto sostuvo que la discusión sobre un TLC con Estados Unidos no estaba en la agenda del gobierno (¿?).
El 6 de febrero, el tema volvía a la agenda, la Mesa Política del FA convocaba al Plenario Nacional para discutir la inserción internacional del país. Y cuatro días después, ante la Comisión Permanente del Poder Legislativo, el canciller Gargano volvió a reiterar que la firma de un TLC con Estados Unidos no estaba en la agenda del gobierno.
El 11 de marzo, en Chile, Tabaré Vázquez se reunió con la Secretaria de Estado Condoleezza Rice y luego declaró que se estaba viendo la forma de ampliar el intercambio comercial con Estados Unidos, pero tres días después, en Caracas, junto a Chávez, volvió a reiterar –esta vez en un tono muy firme y golpeando la mesa- que el tema no estaba en la agenda del gobierno: “Los países grandes siguen fijando cuotas, aranceles altos y subsidios a su producción. ¿Cómo vamos a firmar así un TLC? ¿Dónde está el libre comercio?”.
Pero eso fue en público, porque al parecer en privado habría sido diferente. Según lo contó el propio Tabaré Vázquez a los alumnos de un colegio privado del Opus Dei, la conversación en privado con Chávez habría sido así: Vázquez recordó que Chávez le dijo: “Tabaré, vas a firmar un tratado de libre comercio con el imperio...” “Sí, si es favorable para Uruguay, sí. ¿Tu no le vendés petróleo a Estados Unidos? ¿Cuánto le vendés? Un millón de barriles por día”, recordó que le dijo. Eso significa 38.500 millones de dólares. “Si vos no le vendés más petróleo, yo le declaro la guerra a Estados Unidos”, afirmó ante las risas de la juvenil platea.  Dudo que esta conversación sea cierta, lo digo con todo respeto por quienes creen en Tabaré. No creo posible que en privado le haya dicho eso a Chávez y que en público (y sentado al lado del propio Chávez) haya dicho lo contrario. Y si fue así, entonces debería visitar a un colega para tratarse de un grave problema de esquizofrenia.
Luego diría nuevamente que sí, y nos invitaría a todos a subirnos al tren, para después decir que no porque el TLC era como el de Perú y…él no lo sabía….

(CONTINUARÁ)

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