NO HAY OTRA: EL CONGRESO DEBE DECIDIR



En pocas horas más dará comienzo el Congreso Extraordinario “Cro.Zelmar Michelini”. Dos son los temas que se definen en este Congreso: 1) el Programa que llevaremos adelante en nuestro próximo gobierno, y 2) los candidatos comunes que ocuparán la presidencia y vicepresidencia en ese próximo proceso.
Si bien el artículo 18 establece que “Como norma general se agotarán los esfuerzos políticos para lograr acuerdo en todos los temas que no sean de simple procedimiento.”, en el caso de que ese consenso no se logre, el artículo siguiente establece las diferentes mayorías por las que pueden tomarse las resoluciones (relativa, calificada, especial, de reconsideración).
Sobre el segundo punto, el Estatuto del Frente Amplio es muy claro, y sus disposiciones están contenidas en el artículo 84: luego de una serie de votaciones (que en esta oportunidad se obviaron), el Plenario Nacional elevará al Congreso la nómina de candidatos propuestos y los fundamentos de su propuesta. El Congreso tomará resolución por 2/3 de sus miembros.
Quiere decir entonces que desde el punto de vista estatutario la cuestión es muy clara: el Plenario Nacional propone los nombres al Congreso, y es este quien decide las candidaturas, por 2/3.
Ahora bien, desde que por vía de la reforma constitucional se estableció de forma obligatoria las elecciones internas en los partidos políticos, al menos una vez sucedió que a esas internas el Frente Amplio concurrió con dos candidatos (Tabaré y Danilo), con la salvedad de que uno de ellos (Tabaré) era el candidato “oficial”, y al otro se lo “habilitaba” a presentarse. De manera que esta es una situación que podría volver a plantearse en esta ocasión. Es decir, el Congreso podría llegar a aprobar una fórmula por 2/3 de votos (no descartamos el consenso, hay que seguir buscándolo hasta el último instante), y luego podría habilitar a otros candidatos que quieran presentarse en las internas. Hasta aquí, nada es extraño, estas cosas han sucedido y no tienen que preocuparnos, están dentro de las reglas de juego que nuestra fuerza política ha definido y que la ciudadanía toda se ha dado. Pero otras propuestas que andan en la vuelta sí nos preocupan.
EL PAPEL DE LOS COMITÉS DE BASE
El propio compañero Tabaré Vázquez ha planteado reiteradas veces lo que para las fuerzas de izquierda es algo esencial: un nuevo concepto de ciudadanía. “Para nosotros la ciudadanía es también participación –ha dicho–, es protagonismo de la gente en las cosas que hacen a la vida cotidiana. La democracia misma exige una dimensión consensuada y más participativa.” Y por otra parte, estos puntos de vista (que tienen que ver con ir más allá de la democracia representativa) el Frente Amplio los ha asumido desde su propia Declaración Constitutiva del año 71, en la que destacábamos “la necesidad de actuar coordinadamente en todos los campos de la acción política sobre la base de que atribuimos al pueblo, organizado democráticamente, el papel protagónico en el proceso histórico”. No hace mucho, el compañero Chiflet recordaba al general Arturo Baliñas –para citar una opinión entre otras de gran prestigio– que dijo: “El Frente será una fuerza popular organizada. Todos tenemos presente la necesidad de que el centro de gravedad se debe desplazar de las dirigencias a las bases, sin romper la relación que debe haber entre ambos sectores”. Y a quien le da nombre a este Congreso, a Zelmar Michelini, que habló del FA como un arma de lucha “con amplia participación popular: con bases organizadas y cuerpos opinando”.
¿Por qué decimos esto? Porque algunos compañeros vienen planteando con insistencia la idea de que el Congreso defina pasar a todos los candidatos en igualdad de condiciones a las elecciones internas. Es decir, que no haya un candidato oficial elegido por el Congreso. Y esto nos parece de todo punto de vista -y con el mayor de los respetos- un verdadero disparate. En primer lugar, porque no es estatutario. El artículo 94 define las competencias del Congreso, y el mismo establece en su literal b) Designar los candidatos únicos del FA a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, a propuesta del PN. Si el congreso estableciera que los candidatos no se designan allí, sino en las internas, estaría yendo contra el Estatuto. Pero fundamentalmente, las razones de mayor peso son políticas, y –desde nuestro punto de vista- tienen que ver con el papel de los Comités de Base en la estructura del Frente Amplio. Si las negociaciones en torno a las candidaturas han sido llevadas a cabo por los sectores políticos (y está bien que así sea), y luego la elección definitiva se hace en una elección interna abierta -en la que pueden votar incluso los no frenteamplistas- ¿qué papel estarían jugando en este tema los Comités de Base? Absolutamente ninguno. Y recordemos que el Congreso es la autoridad máxima de la fuerza política, y que fundamentalmente se trata de un Congreso de Comités de Base. Lo que significa que la autoridad máxima de la fuerza política estaría resignando nada menos que su facultad de elegir a quien llevará como candidato a la presidencia y vicepresidencia de la República.
Pero imaginemos por un instante que la propuesta tiene andamiento, y que todos los candidatos pasan a las internas en igualdad de condiciones. ¿Qué hacen los Comités de Base de aquí a junio del 2009? ¿Apoyan a todos los candidatos? ¿Hoy le dicen a la vecina que vote por fulano y mañana le dicen que no, que mejor por sutano, y pasado le dice que no, que vote por perengano? ¿o por el contrario, cada comité se pronuncia por uno de los candidatos? Estaría en su derecho, ¿no? De esa manera, podríamos llegar a tener a cien comités haciendo campaña por un candidato, cien por otro, cien por otro, y así sucesivamente. Lo que seguramente llevaría al descalabro total del Frente Amplio; grupos políticos haciendo campañas por separado, cada uno por un candidato diferente, y comités de base en lo mismo, todos contra todos. Un verdadero disparate. ¿O tal vez se pretenda una tercera opción? Tal vez lo que se pretenda es que los comités de base ni apoyen a todos ni tomen partido por ninguno, es decir, que pasen a una inacción total de aquí a junio de 2009, que la miren por TV. Un absurdo total, el adiós definitivo a lo que algunos consideran el pilar fundamental de la fuerza política, como el Gral. Licandro, que refiriéndose a los comités de base decía: “hay que crecer desde la base, la base es el fundamento, por algo se dice que es la base, el basamento, el fundamento de toda edificación, bueno la edificación política aparece afirmada en los comités de base que son los diferentes y conjuntamente los pilares del edificio que estamos edificando”. O como lo decía el compañero Wladimir Turiansky: “Si el movimiento desaparece, si se debilita, si deja de ser una parte activa y fermental del FA, éste sólo será un acuerdo de partidos, unidos en torno a un lema, todo lo fuerte que se quiera, con sustento en un “sentimiento” frenteamplista construido en un pasado “que ya fue”, pero correrá los peligros de los otros partidos, los tradicionales, también apoyados en un sentimiento “que ya fue” pero despojados de la argamasa democrática que sólo se genera en la base. Entonces seremos una fuerza de izquierda por su programa, es probable, pero no por la práctica de participación democrática sustancial a ese pensamiento.” De manera que, desde nuestro punto de vista, del Congreso debemos salir con una fórmula oficial, como mandan los Estatutos, si es por consenso mejor, si no, por mayoría. Y si otros compañeros quieren ir a las internas, habilitarlos, pero sabiendo que hay una fórmula oficial del FA, por la que trabajarán de aquí en mas todos los comités de base haciendo carne en la práctica aquello de “el pueblo unido jamás será vencido”, y no como consigna pintada en el frente de un comité.

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