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Mostrando entradas de febrero, 2010

PARTICIPAR ES ALGO COLECTIVO

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Desde nuestro punto de vista, una concepción de izquierda acerca de la sociedad es diametralmente opuesta a la del capitalismo, y en particular a la del neoliberalismo como ideología dominante en las últimas décadas. Una concepción de izquierda no debe ver al hombre como un ser individual, aislado, separado de los demás, sino que lo debe considerar como ser social, el hombre que no puede desarrollarse a sí mismo si no se desarrolla con otros. No existen el ciudadano abstracto (alguien que está por encima de todo, que no es ni rico ni pobre, ni viejo ni joven, o lo es todo a la vez), sino personas concretas que viven, se asocian e interactúan de diferentes maneras con otras personas en comunidades y organizaciones en las cuales realizan sus intereses, ejercen sus derechos y sus deberes. Y la sociedad que queremos construir tiene como meta el pleno desarrollo de ese ser humano. Que no se decreta ni cae del cielo, sino que se logra cuando, al transformar la realidad en la que viven las pe

BIENVENIDA POLÉMICA (*)

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Rodolfo Ungerfeld contesta mi nota “Discutir por lo alto” en la misma edición de Voces de la semana pasada, y comienza diciendo que tomé un par de puntos de las notas de Alfredo García, Héctor Díaz y él mismo, pero no discutí su esencia. Y es verdad. Era extremadamente difícil entrar en la esencia de tres notas de una página cada una, por lo que simplemente quise allí llamar a la reflexión sobre lo que desde mi punto de vista debía ser el tono de la polémica. Hoy si discutiré la esencia. Ungerfeld comienza con una afirmación que uno difícilmente pueda negar. Dice que “las decisiones políticas que alejan a los partidos de la gente, y especialmente de sus votantes, hipotecan el futuro de los partidos”. Lo que no es tan fácil de aceptar, es que la decisión de la candidatura a la intendencia de Montevideo sea de ese tipo de decisiones. Puede decirse que no todos quedaron conformes (como inevitablemente sucede con cualquier tipo de decisión en una fuerza política integrada por varios grupos

DISCUTIR POR LO ALTO (*)

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Hay algunas cuestiones básicas en las discusiones políticas, y sobre todo, si se quiere llegar a algún resultado positivo. Entre otras cosas, es bueno reconocer el punto de vista del otro -lo que no equivale a estar de acuerdo con él-; significa simplemente que se lo acepta como un punto de vista tan válido como los otros. Esto, claro, siempre que lo que se quiera es discutir para lograr las mejores soluciones para todos, y no simplemente para sacarse las ganas de decir lo que uno tiene adentro. Desde mi punto de vista, el marco en el que pueden realizarse las polémicas dentro del Frente, entre los distintos sectores que lo integran pero también entre los distintos compañeros, es el del respeto mutuo, el de la fraternidad que se supone que debe haber entre quienes vamos en el mismo barco, con el mismo destino. En ese sentido, el artículo “NO TE VA A GUSTAR”, de Enrique Pintado, en La Republica del viernes 12 es muy elogiable, y va en el sentido de lo que vengo diciendo. En cambio me ll

EL PUNTO DE PARTIDA

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Para nuestro Partido –lo hemos dicho muchas veces- el Frente Amplio, lejos de ser un hecho circunstancial o un simple acuerdo momentáneo de partidos, es el hecho político más importante del desarrollo del movimiento revolucionario en el país en los últimos 40 años. Porque es la síntesis de todo el proceso de unidad popular desarrollado en las décadas del 50 y del 60 y que dio sus frutos en el 70. Es el resultado de nuestro esfuerzo por la unidad de los trabajadores y el pueblo, de las luchas de obreros y estudiantes, de los intelectuales, de los trabajadores del campo, del Congreso del Pueblo, de la conjunción de fuerzas políticas que, más allá y por encima de diferencias filosóficas e ideológicas, comprendieron el imperativo histórico de transformar el país. Por eso el Frente Amplio es para nosotros la cuestión fundamental. Y por eso defendemos hasta las últimas consecuencias su funcionamiento orgánico, su carácter de coalición y movimiento, y las resoluciones que este toma en sus org

RESTRUCTURA DEL FRENTE AMPLIO: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?

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Los reclamos de modificar la estructura orgánica del Frente Amplio no son nuevos. Hace ya mucho tiempo que se viene hablando de ello, aunque hay que decir que el tema sufre flujos y reflujos, y surgen como nuevos impulsos cada vez que alguien se ve defraudado en sus expectativas. Ahora, luego del proceso de selección del candidato a la Intendencia de Montevideo, el tema está nuevamente sobre la mesa. Nosotros no rehuimos la discusión, siempre estaremos dispuestos a analizar las formas en que podemos mejorar el funcionamiento orgánico del FA, las formas en que podamos dar cada vez más y mejor participación al frenteamplismo militante, a ese pueblo que quiere avanzar hacia mejores condiciones de vida para los uruguayos. La cuestión es que nos gusta discutir sobre la base de propuestas y no sobre discursos. En nuestro artículo de la pasada semana decíamos: “¿Por qué de un tiempo a esta parte se escucha permanentemente críticas a las decisiones tomadas por los organismos del FA (Congreso,

EVITAR LAS FRUSTRACIONES

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La frase más recurrente es: “El problema no es Ana, ella no tiene la culpa, el problema es la forma en que se decidió”. Otra de las frases repetidas hasta el hartazgo es: “¿por qué no se eligió al candidato que quería la mayoría de los frenteamplistas?” El periodista Raúl Legnani, refiriéndose a la presentación de la candidatura de Ana Olivera por parte de las bases en el Plenario Departamental, escribió en La República: “Ante la propuesta, nadie, ni el propio PCU, se negó a la iniciativa, señalando, por ejemplo, que ya había sido designada para un ministerio.” Se ha escuchado por ahí también (lo dijo por ejemplo Sonia Brescia en AM Libre) que “la decisión se tomó entre cuatro o cinco”. VEAMOS La decisión sobre la candidatura frenteamplista para la Intendencia de Montevideo no se tomó entre cuatro o cinco. La decisión se tomó por la casi unanimidad (sólo hubo alguna abstención) del Plenario Departamental de Montevideo, integrado por 108 frenteamplistas. Frenteamplistas que no fueron de