DESVISTIENDO SANTOS

 

(Mi artículo de esa semana en VOCES)

La regularización o relocalización de los asentamientos existentes es un objetivo sin duda importante, nadie lo duda. La cuestión es, como siempre, de donde salen los recursos para llevarlo a cabo, que por cierto deberían ser muchos más que los que pretende obtener la rendición de cuentas, si es que se quiere hacer algo de fondo y no un parche.

Y no se puede tener un enfoque que simplemente atienda a las consecuencias (la falta de vivienda). Las causas del problema son la pobreza y la exclusión. Exclusión entendida en un amplio sentido, económico, social y humano. Su principal característica puede ser la económica, pero incluye oportunidades y capacidades para labrarse un camino en una sociedad productiva, con empleo, educación y salud. Cuando hablamos de esto, hablamos de derechos humanos, ni más ni menos

Esto significa que para resolverlo se necesitan recursos (financieros, materiales, humanos), pero lo primordial es la voluntad política. Si no hay esto último, lo demás no sirve de nada.

“Desnudar a un santo para vestir a otro” se usa para indicar la poca utilidad que tiene quitar algo de un sitio para ponerlo allí donde también, eventualmente,  hace falta. Uno de los santos siempre quedará desnudo. Y la cuestión es que nadie se anima a desnudar a los que les sobra la ropa.

El Instituto de Colonización fue creado para “promover una racional subdivisión de la tierra y su adecuada explotación, procurando el aumento y mejora de la producción agropecuaria y la radicación y bienestar del trabajador rural”. Para ello, necesita recursos económicos, entre otras cosas para comprar tierras, cosa que este gobierno le niega.

Pero entiéndase bien: lo que ocurrió durante los quince años anteriores no fue otra cosa que una brutal concentración de la propiedad de la tierra, fundamentalmente en manos extranjeras. El latifundio más grande que existe hoy en nuestro país es extranjero, y se creó durante los gobiernos progresistas. Es decir, lo contrario de lo que promueve la ley de creación del INC. Y por otra parte, en quince años de gobiernos progresistas no hubo avances significativos en la erradicación de asentamientos. En 2006 habían 672, y al final del período 607. Por poner un solo ejemplo: el ex presidente Mujica prometió construir 4 mil viviendas en cinco años (cuando el déficit es de más de 50 mil), pero apenas construye mil, y se destina al Antel Arena tres veces más dinero que a la vivienda. Si tenemos en cuenta las cifras que se manejan de lo que el estado uruguayo invertirá en obras al servicio de UPM2, alcanzaría para construir unas 80 mil viviendas.

Todo esto demuestra que jamás hay una verdadera intención de encarar el problema de fondo ni de desvestir a los diablos.

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