LOS HOMBRES DE LA BOLSA
(publicado esta semana en semanario VOCES)
El tema no es nuevo, y cada tanto vuelve al tapete, como tanta cuestión en este país. Al menos desde el año 2006 se viene hablando de la cotización en bolsa de las empresas públicas, y en ello han estado de acuerdo los grandes líderes gestores del capitalismo de todos los partidos (Lacalle, Bordaberry, Larrañaga, Mujica, Astori, etc,) además de ser obviamente una recomendación del Banco Mundial, faltaba más.
El tema no es nuevo, y cada tanto vuelve al tapete, como tanta cuestión en este país. Al menos desde el año 2006 se viene hablando de la cotización en bolsa de las empresas públicas, y en ello han estado de acuerdo los grandes líderes gestores del capitalismo de todos los partidos (Lacalle, Bordaberry, Larrañaga, Mujica, Astori, etc,) además de ser obviamente una recomendación del Banco Mundial, faltaba más.
En 2009 se
aprobó una ley para reactivar el mercado de valores de la Bolsa, y
allí había un artículo que justamente impedía que las empresas
públicas cotizaran en bolsa. El Partido Nacional pidió que ese
artículo fuera retirado pero todo el Frente Amplio se opuso. El
entonces candidato Mujica, a pesar de que había votado en contra, se
mostró sin embargo partidario de lo contrario, es decir, de que las
empresas pudieran emitir acciones (hago una cosa y te digo la otra).
Es sin duda
muy parecido a lo que propuso Luis A. Lacalle cuando fue presidente y
que los uruguayos rechazaron mediante un plebiscito de defensa de las
empresas públicas. Y es, como dije antes, una recomendación del BM.
En el documento del organismo financiero denominado “notas
de política, Uruguay: desafíos y oportunidades 2015-2020”
se dice lo siguiente: “Opción
3: creación de un mercado de capitales para las
empresas públicas. Como ya se señaló, Uruguay carece de un mercado
de capitales para las EP, lo que dificulta que amortigüen riesgos,
diversifiquen sus fuentes de financiamiento, y se hagan de
mayor liquidez y acceso a inversión y tecnología”.
Si
no tuviéramos en cuenta que
la Constitución de la República impide eso,
y que habría que reformarla, hay que saber que las acciones son
anónimas, y que nunca se puede saber a que manos van a parar. Eso es
sin duda privatizar (toda o en parte) las empresas públicas, por más
que el inefable Mujica haya dicho alguna vez que su propuesta
bursátil es “socializadora” (nada más socializador que el BM).
Se supone que todos los
uruguayos somos propietarios de las empresas públicas, y el gobierno
elegido por los propietarios
designa a quienes las van a gestionar por el período de gobierno;
de cotizar en bolsa, quien
comprara acciones (no
sabemos si uruguayo o extranjero) tendría
el derecho a definir una orientación cualquiera qu Nada
e nada tendría que ver con
lo que el pueblo (sus propietarios) quieren. Las
empresas públicas hoy son el brazo ejecutor de políticas de
gobierno. Desde
el momento en que comiencen a cotizar en bolsa, deberán rendir
cuentas ante sus ahorristas, por
lo cual tendrían que resignar la
posibilidad de no trasladar los aumentos del combustible a las
tarifas, o de congelarlas, o de postergar los aumentos, o brindar sus
servicios gratis como forma
de redistribuir la riqueza o
contemplar situaciones especiales,
y hasta
transferir recursos a Rentas Generales. Nada
de eso sería posible, ya que las empresas al cotizar
en bolsa deberán funcionar como empresas privadas, aunque tengan
como socio al Estado.
Ingresar
las empresas públicas en el mercado de valores, es ingresar nuestros
más preciados valores a la ruleta capitalista.
José Luis Perera
José Luis Perera
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