PARADIGMÁTICO
(publicado esta semana en Semanario VOCES)
Si paradigmático es “algo que puede presentarse como ejemplo o modelo, el “caso Sendic” lo es, sin duda. Claro que como ejemplo de lo que no debe ser. Tanto desde el punto de vista individual como desde el colectivo. Importa porque es un actor destacado; ha sido diputado, director y luego presidente de ANCAP, Ministro de Industria, senador y vicepresidente de la República. Y desde luego, importa porque pertenece al partido de gobierno.
Si paradigmático es “algo que puede presentarse como ejemplo o modelo, el “caso Sendic” lo es, sin duda. Claro que como ejemplo de lo que no debe ser. Tanto desde el punto de vista individual como desde el colectivo. Importa porque es un actor destacado; ha sido diputado, director y luego presidente de ANCAP, Ministro de Industria, senador y vicepresidente de la República. Y desde luego, importa porque pertenece al partido de gobierno.
Se
lo cuestiona básicamente por tres cosas: 1) Haber dejado un agujero
del orden de los mil millones de dólares en ANCAP, 2) haberse auto
adjudicado un título
de Licenciado en
Genética Humana, y 3) haber utilizado los dineros públicos para
compras personales.
Lo
primero es sin duda una proeza difícil de igualar. Logró hacer
desaparecer mil millones de dólares de la petrolera,
una empresa que factura tres mil doscientos millones al año, y
además lo hizo en el momento en el que el principal insumo (el
petróleo) bajaba a precios históricos. Por si fuera poco, logró
perder también millones de dólares en la cementera en medio de un
boom de la construcción, mientras su competidora ganaba millones. Es
decir, puede ser puesto sin temor en el lugar de los ineptos. Algo
que la ciudadanía no quiere en un gobernante.
Lo
segundo, es una verdadera estupidez, inventarse un título
inexistente, y además decorar la mentira con sendas medallas de oro
también inexistentes es algo que escapa a la ciencia política y es
más bien para la psicología. Lo peor es que primero
reconoció no tener el título, pero luego se embarcó en sostener la
mentira contra viento y marea. Algo que debiéramos rechazar también
en un político, la mentira descarada.
Y
lo tercero es algo muy grave, porque tiene además implicancias
delictivas.
Algo que desde luego la ciudadanía debiera rechazar de plano, un
político que utiliza nuestros dineros en su propio beneficio.
Desde
el punto de vista del partido político al que pertenece, el “caso
sendic” es paradigmático por lo vergonzoso. La fuerza política de
gobierno ha hecho todo lo que no debía hacer.
Cuando
sale a la luz pública lo
del título, el
Plenario Nacional respalda a Sendic y descarga su ira sobre la
oposición y la prensa, hablando de maniobras de enchastre para sacar
del ruedo a un futuro candidato. Patético. Absolutamente nadie podía
creer que Sendic tuviera algún título de algo, pero se lo respaldó
como lo hace la mafia con sus integrantes.
En
el caso de
ANCAP se llegó a hablar de una “gestión exitosa”.
Y
cuando la JUTEP y el propio Tribunal de Etica del FA condenan a
Sendic, y la justicia
lo procesa, por el uso
de la tarjeta corporativa,
el FA ni
siquiera lo sanciona. Es el propio Sendic quien le saca las castañas
del fuego renunciando. Y por si fuera poco, se intentó premiarlo con
el subsidio, cosa que también evitó el propio Sendic renunciando a
ello.
Ahora
hay quienes desde el FA sostienen que no hay razones “legales”
para que Sendic -procesado
en primera instancia por peculado y abuso de funciones-
no sea candidato. Señores, las razones son éticas.
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