EL REINO DEL ABSURDO
Un navegante de las redes (conocido por su profesión de escritor), cuenta que ha “finalizado con el período de 14 días de aislamiento después de haber dado positivo de Coronavirus”.
Cuenta además que no tuvo “ningún tipo de síntomas, ni fiebre, ni resfrío, ni mocos, ni nada”, y lo achaca a que ha tenido “mucha suerte”, o “gracias a Dios”, o “porque me di la vacuna hace tiempo” (se había dado la segunda dosis de Sinovac el 15 de abril).
Luego da las gracias a los que “hicieron fácil todo este período” (a su familia y al personal administrativo, enfermeras y médicos del sanatorio en el que se atendió).
Al final nos da un consejo: “Cuídense, vacúnense y traten de no contagiar”.
Hasta aquí su primer posteo (luego vendría uno ampliatorio).
Pero digamos algunas cosas sobre este.
1) Una persona cree que está enferma porque así se lo dijeron, aunque no tiene absolutamente ningún síntoma de nada. Esto es: no sentía absolutamente nada, estaba perfectamente sano, pero se fue a hacer un hisopado porque había estado en contacto con un positivo (no sabemos si ese contacto sufrió mucho o tuvo la misma suerte que él). Esta persona al parecer cree ciegamente en los test PCR y se siente agradecido hacia quienes le dijeron que estaba enfermo a pesar de estar completamente sano, de no sentir absolutamente nada, hace una cuarentena de 14 días porque así se lo indicaron. Todo un misterio que comienza a suceder a partir del año 2020.
2) Cree que tiene “mucha suerte”, o que tal vez lo ayudó Dios, por no haber tenido nada. No piensa en ningún momento que no es ningún privilegiado al no tener absolutamente nada, puesto que a la enorme mayoría de sus coterráneos y del mundo entero no le ha pasado nada en todo este tiempo. Y si creyéramos ciegamente en las cifras con que nos machacan desde el comienzo de la supuesta pandemia, la enorme mayoría de los supuestos contagiados nunca tampoco la pasó mal, más allá de un poco de fiebre y un pequeño resfrío. El cree que está vivo gracias a que Dios está de su lado, a una vacuna que le permitió enfermarse igual, o a su mucha suerte. Misterios y maravillas que suceden a partir del 2020.
3) El hombre se vacuna y se contagia, y hace una cuarentena porque puede contagiar a otros. Pero nos aconseja que nos vacunemos…a pesar de que con la vacuna igual nos podemos contagiar (como acaba de sucederle) e igual puede contagiar a otros y por eso hace cuarentena. Misterios del mundo que surgió en 2020.
Pero días después hace un nuevo posteo, y allí da algunas “explicaciones” de por qué para él no sintió absolutamente nada a pesar de estar enfermo.
Una de ellas es la VACUNA. Y lo que dice a continuación es para encuadrarlo:
“¿Si tenía dudas respecto a las vacunas?
¿Si hay un grupo de laboratorios que se están enriqueciendo?
¿Si cambia el equilibrio mundial con naciones que emergen todopoderosas y otras que empiezan a desaparecer?
¿Si son un gran negocio de las multinacionales?
¿Si hay que dudar de vacunas que han tenido tan poco tiempo de experimentación? ¿Si todo esto puede ser un intento de realizar limpiezas generacionales o étnicas?
Sí.
Yo creo que a todas esas preguntas les puede caber un sí como respuesta; pero quiero estar vivo para dar la lucha en contra de todo eso”.
Es decir, el hombre cree en todo eso sobre las vacunas, pero igual se vacuna para luchar contra las vacunas. Y por si eso fuera poco, está “…feliz de haberme vacunado y estoy dispuesto a enfrentar las posibles consecuencias…”.
Maravillas de la nueva anormalidad.
Luego cuenta que en el año 98 dejó de fumar, y que cada mes desde hace más de 20 años ha corrido no menos de 100 o 150 kmts. Y cree que eso debe haber sumado a su favor.
Bueno querido, ahí está la razón por la que no tuviste absolutamente nada. No se lo adjudiques ni a Dios ni a tu mucha suerte ni a la vacuna. Es por ahí, es lo que todos deberíamos hacer para no contagiarnos ningún virus o para dificultarle la labor al que logre agarrarnos: comida saludable, ejercicio y todo lo demás que ya sabemos.
Luego nos dice que “Quienes nos vacunamos con las dos dosis, de alguna manera nos podemos convertir en “Dispersadores inocentes del Virus”. Porque a muchos de nosotros la vacuna nos han vuelto “asintomáticos” y eso aparece como un nuevo riesgo”. Y luego: “El vacunado y especialmente el vacunado que se vuelve asintomático tiene la doble responsabilidad de cuidar a los demás y más que nunca debe usar tapabocas y no exponer a los otros”.
Es decir, si te vacunas igual te puedes contagiar, pero aún peor: puedes contagiar a otros sin darte cuenta, porque puedes estar enfermo y no sentir nada. Pero aún así, sabiendo que estar vacunado es más peligroso para los demás, nos aconseja vacunarnos. Maravillas de la nueva anormalidad.
Ellos serán los que obtendrán el "pase verde"; imaginate los que tendremos el rojo.
José Luis Perera
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