CAMBIO DE FRENTE (1ª parte)









Muchos compañeros en el Frente Amplio plantean la necesidad de una profunda discusión ideológica. Algunos ya se adelantan a los resultados de esa discusión, y dicen que la misma “debe concluir con una reestructura orgánica del FA”. Los más iluminados hasta tienen la solución antes de dar la discusión, y dicen que esa reestructura debe ser “para modificar la correlación de fuerzas dentro del Plenario y el Congreso del FA”. Y argumentan: "la estructura actual no es adecuada para un mundo que no es igual a hace cuarenta años", por lo que "hay que caminar hacia una reestructura". De manera que el planteo de los compañeros tiene tres aspectos: 1) Hay que dar una discusión profunda sobre los aspectos ideológicos; 2) esa discusión tiene que terminar, necesariamente en una reestructura orgánica de la fuerza política, y 3) esa reestructura debe quitar poder a las bases en los organismos de decisión. En esta primera nota abordaremos el primer aspecto, sin pretender desde luego agotarlo.
LO IDEOLÓGICO
Sobre todo, tengamos claro que no existe como tal una “ideología frenteamplista”, que el FA basó su unidad en la diversidad, y que en su interior conviven distintas ideologías, a pesar de lo cual ha sido posible construir una unidad programática. Lo hemos dicho otras veces y lo reiteramos: la coexistencia de diversas ideologías es una característica que define al Frente Amplio desde su fundación. Tanto es así que está dicho en forma explícita en la Declaración Constitutiva del 71, en donde se establece la “unidad política” de “hombres y mujeres de ideologías, concepciones religiosas y filosofías diferentes”. Y también en el Compromiso Político del 72, el cual no implica “mengua alguna a la independencia y autonomía de las fuerzas que componen el Frente en materia de ideología, objetivos finales, estrategia, línea política, organización y disciplina”, siempre “que no contradigan los documentos y resoluciones básicas” comunes. De manera que cuando se reclama una discusión ideológica, habría que establecer claramente a que se está refiriendo. Si lo que se pretende es que los marxistas leninistas dejemos de serlo, o que los cristianos abandonen su cristianismo, o cosas por el estilo, seguramente será un debate inútil. La ideología (en una de sus definiciones posibles) es un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una colectividad o una época. Y ese conjunto de ideas cuenta con dos características principales: se trata de una representación de la sociedad y presenta un programa político. Es decir, reflexiona sobre como actúa la sociedad en su conjunto y, en base a eso, elabora un plan de acción para acercarse a lo que considera como la sociedad ideal. Pero la ideología tiende bien a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente. Y ahí sí hay elementos a discutir entre los frenteamplistas.
DE QUE LADO ESTAMOS
Hoy, mientras escribo estas líneas, estuve leyendo una noticia que señala: “780 mil niños podrían morir por hambre en Somalia”. También estuve leyendo acerca del dinero invertido en salvar al sistema financiero ante la crisis mundial, y aunque son cifras que ya han sido dramáticamente superadas (y lo serán aún más), asustan. En septiembre del 2009 se estimaba el paquete de rescate en 17 millones de millones de dólares. Y Manfred Max-Neff, economista y ambientalista chileno, ganador del Premio Nobel Alternativo de Economía se preguntaba lo siguiente: “Qué pasa si dividimos los 17 trillones de dólares por los 30 mil millones de dólares anuales que estima la FAO para superar el hambre en el mundo. Si hacemos esa simple división los resultados que se obtendrían será de 600 años de un mundo sin hambre. ¿Dónde estaba esa plata? ¿Quién la tenía? Se nos había dicho que no había el dinero para resolver la pobreza. Si siempre nos dijeron que no alcanzaba para resolver la pobreza y de repente, de la noche a la mañana hay más de medio milenio de un mundo sin hambre y sin pobreza”. Creo que difícilmente se puede concebir una realidad más obscena y más repugnante.
Y es bueno entonces discutir si el FA quiere conservar el sistema social, económico, político y cultural existente, o si lo que pretende es transformarlo radicalmente en otra cosa diferente, en una sociedad en donde esas cosas no sean posibles. Decimos esto porque el mismo día que leímos esas noticias, leímos opiniones de compañeros frenteamplistas de este tenor: “El capitalismo, pese a nuestros pronósticos, ha triunfado”. En ese sentido, nos parece correcto el planteamiento de un artículo reciente del semanario Brecha: “…a más de 40 años de vida la interrogante es cuál es el proyecto estratégico del Frente. Cuál es el modelo de país que pretende. Si su horizonte es administrar el capitalismo o tiene un proyecto distinto, que sin ser socialista busque alternativas a una realidad donde el mercado es, básicamente, el asignador de recursos y la inversión extranjera directa casi exclusivamente el motor de la economía, relegando el rol del Estado. Contradicción que el propio Mujica esbozó cuando aseguró que en el Frente conviven fuerzas "socializantes y apenas progresistas".
DISCUTAMOS LO ESENCIAL
De manera que si esa es la discusión ideológica que se quiere dar, estamos totalmente de acuerdo. Queremos discutir acerca de las definiciones que están presentes en la conformación del Frente Amplio y de lo que significan esas definiciones para los frenteamplistas. ¿Qué significa ser antiimperialista? ¿Es compatible el antiimperialismo con la firma de un TLC con el propio imperio, o con protegerle las inversiones? ¿Somos solidarios con la Revolución Cubana, sometida al peor de los cercos durante décadas por parte del imperialismo? ¿Qué significa ser antioligárquicos? ¿Cómo se compagina esa definición con el hecho de que la riqueza en nuestro país está cada vez más concentrada? ¿Somos artiguistas? ¿Qué significa ser artiguistas, y aquello de “que los más infelices sean los más privilegiados”, con la realidad de que más de la cuarta parte de las tierras del Uruguay están en manos de extranjeros? La apertura de los últimos años a la inversión extranjera en el campo ha provocado un desarrollo del denominado agronegocio, grandes empresas trasnacionales sojeras y forestales -entre otras- que posibilitó la concentración de la tierra en manos de estas trasnacionales. Las forestales tienen bajo su propiedad más de un millón de hectáreas, en tanto que la soja transgénica ocupa otro millón. Buena parte de ese proceso concentrador y extranjerizante se ha dado durante nuestro gobierno, y sería bueno dar una discusión ideológica acerca de ello.
Hablamos de un país productivo con justicia social, pero no sabemos bien que es lo que significa para la mayoría del FA. Quisiéramos discutir el desarrollo a largo plazo, nos gustaría discutir el perfil del país productivo más allá de lo coyuntural, más allá de los buenos precios de las materias primas producto de la especulación de los grandes capitales, y más allá incluso de si esa materia prima es un pedazo de carne o mineral de hierro o lo que sea. Y de cómo la riqueza producida por ese país llega de mejor manera a quienes la producen, que no son otros que los trabajadores
Cosas que uno tenía asumidas como fuera de discusión, tal vez tengan que volver a ser discutidas: ¿es posible que una fuerza política de izquierda canjee derechos humanos por votos? Como dijera Jorge Mazzarovich hace unos días, en el aniversario del Moncada: ¿cambiaremos la solidaridad con Cuba por unos miles de votos? Y tal vez debamos en ese proceso de discusión analizar como es posible que ahora nuestros proyectos de ley cuenten inmediatamente con los votos de la derecha y con la misma inmediatez sean cuestionados desde adentro del FA. O que los economistas Javier de Haedo y Jorge Caumont, el abogado y ex ministro de Economía Ignacio de Posadas, y empresarios consultados aplaudan el retiro del subsecretario de Economía que tenía diferencias con la política económica, y reciban con alegría la continuidad de la misma.
Coincidimos con los compañeros en cuanto a la necesidad de algunos debates esenciales, sobre aspectos ideológicos y sobre aspectos de funcionamiento, y también sobre otros aspectos que no señalan pero que nos parecen de una importancia mayor aún, como lo son el relacionamiento fuerza política – gobierno. El problema es que si no se discute lo esencial, seguiremos dando vueltas como en una noria, sin llegar a ningún lado.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
estamos totalmente alineados camarada.
giaonhanquocte ha dicho que…

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