DISCUSIÓN IDEOLÓGICA Y RENOVACIÓN


La pasada semana, El Popular publicó una excelente entrevista a la compañera Constanza Moreira, cuyo contenido compartimos, y queremos partir de una de sus afirmaciones para retomar el tema de la tan mentadarenovaciónen la izquierda uruguaya.

Constanza dice (hablando del debate o discusión en el FA): Y creo que es un debate porque además se discute sobre ideas y propuestas concretas. Debatimos sobre la autonomía de la enseñanza técnica, sobre la minería, sobre la salud pública y la salud privada, sobre la política exterior, etc. No es un debate en el aire ni en abstracto. Siempre sostengo que el debate ideológico siempre es el que se da sobre ideas concretas, porque sobre abstracciones es muy fácil ponerse de acuerdo.

La afirmación es, por lo menos, discutible. No estamos tan seguros que sea fácil ponerse de acuerdo sobre abstracciones, y es probable que no ponerse de acuerdo en algunas ideas concretas tenga su origen en las diferencias existentes sobre cuestiones de fondo (aunque no se trate de abstracciones propiamente).

Por poner un ejemplo: nuestro Partido, en su XVII Congreso (año 1958), estudió las bases económicas de la revolución uruguaya, y en la Declaración Programática y Plataforma Política Inmediata se analiza la realidad del país y decimos cosas como estas: Este estado de cosas tiene por causa la apropiación de los medios principales de producción por los monopolios extranjeros y una minoría privilegiada de grandes explotadores: latifundistas y grandes capitalistas; ello le permite apoderarse de los frutos del trabajo nacional, trabar el progreso, condenar a los obreros a una dura explotación y hacer vegetar a las masas populares en una vida sin horizontes. Esta situación se ha mantenido, en lo esencial, bajo los distintos gobiernos que ha tenido el país en lo que va del siglo, y sólo se modificará radicalmente si se cambia el actual régimen económico-social del Uruguay.

En lo sustancial, seguimos sosteniendo lo mismo. Tal vez la única actualización que deberíamos introducirle a ese texto, es donde dice esta situación se ha mantenido, en lo esencial, bajo los distintos gobiernos que ha tenido el país en lo que va del siglo, en donde habría que agregar que continuó igual con los demás gobiernos hasta terminar el siglo XX, y que el XXI sigue por el mismo camino. La propiedad de la tierra está hoy más concentrada que nunca, pero también más extranjerizada, cuestión que se agudizó en los gobiernos del FA. Desde 1948 -año de la creación del Instituto Nacional de Colonización- hasta ahora, se han incorporado a este Instituto algo así como 350 mil hectáreas de tierra (en 62 años). Solo entre el 2002 y 2006 la venta de campos a extranjeros sobrepasó las 800 mil hectáreas, en 2009 se acercó a 620 mil hectáreas, y hay que tener en cuenta además, los arrendamientos. En la zafra 2007/2008 seis empresas -la mayoría extranjeras o relacionadas a capital extranjero- plantaron el 25% del área agrícola.

La apropiación de los principales medios de producción por parte de una minoría privilegiada que además es extranjera, no solo se ha agudizado sino que se ha promovido desde el propio gobierno del FA, estimulando la inversión extranjera directa mediante distintos tipos de modalidades.

Y evidentemente, si no estamos de acuerdo en esas visiones básicas, de partida, diferiremos luego en las cuestiones particulares. Dicho de otra manera: dos médicos que tengan diagnósticos diferentes sobre la enfermedad del paciente, recetarán medicamentos distintos. Claro...puede suceder que en uno de los casos el paciente se agrave.

Quienes entendemos que una minoría privilegiada de grandes explotadores: latifundistas y grandes capitalistas mantienen al obrero en su estado de explotación (800 mil trabajadores ganando menos de 10 mil pesos, o mas de la mitad de los 650 mil jubilados y pensionistas que a fines de 2011 ganaban menos de 6.600 pesos es la muestra más clara de ello), promoveremos sin duda medidas diferentes (mayor intervención del Estado en la economía, una mayor participación de los trabajadores organizados y de las organizaciones sociales en las decisiones que involucran a las grandes mayorías del país, etc...) que aquellos que entienden que el problema es el bajo nivel de crecimiento.

Estos últimos, en general consideran que el peor enemigo que enfrenta nuestro país es la feroz competencia mundial por la atracción de inversiones, y creen que una mayor inversión extranjera directa (IED) es el factor fundamental para que el país se desarrolle y el nivel de vida de todos los uruguayos mejore. De esta manera, se estimulará la IED mediante zonas francas o exoneraciones impositivas de todo tipo que, como en el año 2010 rondaron los 2.500 millones de dólares, dinero que luego nos hará falta para construir las viviendas que necesitamos o para invertir más y mejor en educación, por ejemplo. Pero que además, como ha sido comprobado por las propias oficinas del gobierno, son exoneraciones absolutamente innecesarias ya que la mayoría de los inversores hubieran invertido de todas maneras aunque las prebendas no existieran. También promoverán la firma de un TLC con los Estados Unidos (como lo están haciendo hoy en día), aunque eso haya sido rechazado en tres Congresos consecutivos del Frente Amplio. Nosotros resumimos estas diferencias diciendo: país productivo con justicia social, o más dependencia.

LA MENTADA RENOVACION

En el marco de diferencias ideológicas de fondo como esas (que obviamente no son las únicas), se dan también debates sobre cuestiones puntuales, medidas concretas de gobierno, y también sobre el funcionamiento de la fuerza política que nuclea a los grupos y partidos de izquierda, nuestro Frente Amplio.

El tema vedette parece ser la renovación, y en general se la muestra como algo absolutamente necesario, ante visiones perimidas y antiguas como las de los comunistas. Y algunos hablan de renovación de género, queriendo decir con ello (casi con seguridad) que habría que aumentar y promover a cargos de dirección a mujeres. Pero justamente en sus sectores las mujeres brillan por su ausencia, mientras que nuestro Partido tiene el orgullo de mostrar que la primera mujer legisladora en el Uruguay fue una comunista, la Sra. Julia Arévalo, quien fuera edila y luego en 1942 diputada, y en 1946 llegó a ser la primera mujer senadora en América. Sin olvidar que en el primer período de gobierno nuestro Partido ocupó un solo ministerio y lo hizo una mujer, y que en el segundo volvió a ocupar el mismo ministerio también por otra mujer, y que la única intendente de nuestro Partido es justamente una mujer.

Se proclama públicamente y a viva voz una imprescindible renovación generacional, pero cuando uno pregunta por el candidato para las próximas elecciones, con el mismo entusiasmo defienden la candidatura de algún octogenario.

Otros creen –e intentan que los demás crean- que la gran renovación del Frente Amplio pasa por la elección del presidente en elecciones abiertas, como si lo realmente importante fuera eso, y no la elaboración programática y la aplicación concreta de medidas auténticamente transformadoras aprovechando una coyuntura histórica regional y mundial que difícilmente se repitan.

Hay quienes dicen que El Frente Amplio que tuvimos, de acumular fuerzas para las elecciones, el Frente Amplio del éxito político, debe dar lugar a un Frente Amplio conductor de cambios, pero sus compañeros de sector dicenel mismo día- que quieren un TLC con los Estados Unidos (¿ese es el cambio que quieren que el FA conduzca?). Y también dicen que el Frente Amplio de los conciliábulos entre poco dirigentes se terminó, el Frente Amplio solo con los dirigentes conocidos se terminó, se tiene que encontrar la manera de darle participación al pueblo frenteamplista, desconociendo que esepueblo frenteamplistaha dicho en reiteradas oportunidades que no quiere un TLC con los Estados Unidos, pero el conciliábulo de unos pocos dirigentes quiere pasarle por arriba a esa decisión.

Las ideas brillan por su ausencia, y se propone como grandes novedades que cambiarían de raíz la forma de pensar el país y su futuro cosas tales como laeconomía mixta, presente en el país desde tiempos inmemoriales,grandes acuerdos y políticas de Estado”, la búsqueda de la “competitividad y de la eficiencia”, y cosas por el estilo que suscribiría de ojos cerrados cualquier uruguayo medio (tal vez buscando justamente eso, el centro político).

DISCUTIR LO QUE HAY QUE DISCUTIR

Discutamos el papel del Estado. Discutamos su función política en un gobierno de izquierda, para que deje de ser un simple operador en la dinámica de la economía y el mercado (el laboral, el de las inversiones, el financiero, etc.). Tal como se viene desarrollando la discusión en las filas del Frente Amplio, se corre el riesgo de desaprovechar la oportunidad histórica de llevar adelante los cambios de fondo que el país necesita. Corremos el serio riesgo de rebajar el papel de la fuerza política que construyeron héroes populares y transformar al FA en un partido más del sistema tradicional de los partidos burgueses, cuyo único objetivo sea ganar elecciones, juntar votos, dejando de lado el aspecto que le permitió a la izquierda acumular política y socialmente en una alianza de trabajadores con estudiantes, capas medias e intelectuales, aumentando a su vez el grado de conciencia de quienes participaban en todo ese proceso.

En aras de una pragmática posibilista de adecuación al mundo y sus circunstancias, corremos el riesgo de dejar por el camino a capas y fracciones sociales históricamente constitutivas y forjadoras del bloque alternativo para los cambios, corremos el riesgo –a esta altura inminente- de ser una izquierda que ya no es un sujeto que decide, sino una mera alternativa electoral para la administración del capitalismo.

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