LA SOCIEDAD Y LOS LIDERES
Leíamos la
semana pasada en La Diaria una entrevista al compañero Oscar De Los Santos,
intendente de Maldonado e integrante del FLS, en la que manifestaba un montón
de opiniones, algunas compartibles, otras no tanto. No las vamos a transcribir
todas (quien quiera puede leer la nota en http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/4/la-linea-delgada/), ya que nos
quedaríamos sin espacio para opinar nosotros, pero inevitablemente tendremos
que citarlo.
VAMOS POR PARTES
En su opinión,
la sociedad uruguaya es “mayoritariamente de centro izquierda”, aunque a algunas
corrientes del Frente Amplio les cueste entenderlo: “No nos podemos seguir comiendo la comida de pensar que esta sociedad
va a girar hacia la izquierda porque nos paremos arriba de un escenario a
gritar cuatro consignas”.
Es probable que la
orientación política mayoritaria de la sociedad uruguaya sea de centro izquierda (habría que estudiarlo más detenidamente). Lo que no entendemos
muy bien, es a quienes se refiere con lo de hacer girar a la sociedad hacia la
izquierda gritando cuatro consignas. No creemos que exista ningún sector de
izquierda (no en el FA) que esté proponiendo disparates como ese. En todo caso,
en el gobierno hay sectores que priorizan los aspectos más de centro, del
Programa del FA, y otros hacemos énfasis en los aspectos más de izquierda, que
son los que benefician a los sectores populares y no a los inversores
extranjeros. Por eso insistimos en la distribución de la riqueza (que está en
el Programa), en una mayor participación del Estado en la vida económica (que
está en el Programa), o en un instrumento movilizador y programático como la
Convención Constituyente (que está en el Programa). Y si bien es cierto que la
sociedad no girará hacia la izquierda porque gritemos cuatro consignas, es
seguro que se quedará donde está si no proponemos más izquierda, o que puede
girar a la derecha si otros líderes encuentran las consignas adecuadas (como la
inseguridad, por ejemplo).
Para De Los
Santos, “la mejor consigna es la que más
acumula, la que más moviliza”. Sí, estamos de acuerdo, pero no sabemos cual
es su consigna para acumular. En todo caso, la afirmación que hace el
intendente en la nota: “Lo que está
pactado con la sociedad es eso y se está cumpliendo”, no parece ser una
consigna que movilice demasiado, más bien invita a quedarse en casa ya que todo
marcha de maravillas.
Se queja luego de
que el oficialismo “dilató demasiado”
la discusión sobre las PPP “por
problemas político ideológicos”. Y sí, por supuesto, abrir las puertas a la
participación de las multinacionales extranjeras en terrenos en los que
tradicionalmente invertía el Estado, es un asunto político e ideológico de
primer orden. ¿Y qué pretendía De los Santos…qué todo el mundo votara de ojos
cerrados sin dar discusión un tema de esa magnitud? Pretender que esas cosas no
se discutan, es también un posicionamiento ideológico.
El intendente de
Maldonado piensa que el FA todavía tiene pendiente una discusión respecto de “cómo prioriza los intereses colectivos por
sobre las aspiraciones sectoriales o personales”, ya que actualmente sucede
que “los colectivos más chicos suelen
tener una visión más estrecha”. Es probable que si, que haya que dar esa
discusión, muchas veces existen aspiraciones personales o sectoriales que
parecen primar sobre las colectivas. Pero no entendemos la referencia a los
colectivos chicos con visiones estrechas. Como suponemos que no se está
refiriendo a su propio grupo, la Alianza Progresista, que logró con la
lista 738 el 5,2% en las internas de 2009, sería bueno saber a qué grupo se
refiere.
EL PROYECTO EN TELA DE JUICIO
El periodista le
pregunta al intendente: “¿Qué opina de la
idea de que el gobierno necesita un giro hacia la izquierda?”. Y esta es la
respuesta: “El programa del FA es de
centro izquierda. Lo que está pactado con la sociedad es eso y se está
cumpliendo. Si alguien quiere que gire más a la izquierda tiene derecho a
protestar, de eso se trata la democracia, pero no tiene ningún derecho a poner
en tela de juicio un proyecto político que es de todos. La gente no votó
cualquier cosa, votó un candidato y un programa… No hay derecho a que
posiciones minoritarias, mediante estructuras que no son representativas,
impugnen cuestiones programáticas que la inmensa mayoría de la sociedad no les
lleva”.
No vamos a hacer
un listado de las cosas del Programa que no se están cumpliendo, pero
reiteremos algunas que citamos más arriba. Por ejemplo, el Programa dice: “En esta etapa la profundización de las
reformas estructurales hacen necesario habilitar los marcos normativos
adecuados para procesarlas. Para ello, entre otras medidas, será necesario
incluso convocar una Convención Nacional Constituyente dentro del primer año de
gobierno”. Ya entramos en el tercer año de gobierno y nadie –salvo el
movimiento sindical- ha movido un dedo para cumplir con lo prometido. Exigir
que esto que está en el Programa se cumpla, ¿es “querer que el gobierno gire
más a la izquierda”? ¿Es “poner en tela de juicio un proyecto político que es
de todos”? ¿No es exactamente al revés? ¿No será que quienes ponen en tela de
juicio el proyecto de todos son quienes no cumplen con el programa que entre
todos hicimos?
El Programa
dice: “El sistema tributario debe
promover una mayor equidad en la estructura impositiva y de aportes a la
seguridad social, relacionando la carga tributaria con la capacidad de
contribución de los distintos sectores sociales y económicos. El objetivo es
que contribuya más quien tenga más”. Sin embargo, el impuesto al patrimonio
-el que asegura que los que tienen más paguen más y el que puede poner freno a
la concentración de la riqueza- se ha
ido rebajando, y en unos años pasará a 0,1%. Quienes reclamamos que se cumpla
con esta parte del Programa, ¿forzamos un viraje imprudente a la izquierda?
¿Somos esas posiciones minoritarias que mediante estructuras que no son
representativas, impugnamos cuestiones programáticas? Si los somos, nos
gustaría que se nos dijera.
El Programa
habla de Políticas de empleo, de distribución del ingreso y de la riqueza, y
dice que “La redistribución del ingreso y
de la riqueza es un elemento de identidad de la izquierda”. Habla también
del salario, y dice que “la política
salarial del período 2010 – 2014 debe tener claramente un efecto redistributivo y para ello es necesario mejorar la
relación entre masa salarial e ingreso nacional (indicador de la redistribución
funcional de los ingresos)”. No obstante, varios estudios –entre ellos uno del
Instituto Cuesta Duarte – demuestran que la masa salarial perdió entre 1998 y
2010 un 4% (de 34% a 30%). Ni más ni menos entre U$S 1600 y 2000 millones -según el año que se tome para el estudio-, embolsados
por los más ricos, por los que tienen más, en perjuicio de los que menos tienen.
¿Quién está poniendo en tela de juicio el proyecto de todos?
LOS GOBIERNOS TAMBIÉN INCIDEN
Como dijimos, no
vamos a cuestionar si la sociedad uruguaya es mayoritariamente de centro
izquierda o no. Pero sí queremos decir que la acción de los gobernantes (en
tanto líderes) tienen mucho que ver con como piensa la sociedad. El mismo día
que leíamos la entrevista a De Los Santos, leímos un artículo del diario
argentino Página 12 que comenzaba diciendo así: “Los altos niveles de acuerdo que concitó la nacionalización de YPF
ponen de manifiesto que uno de los principales éxitos del proceso iniciado en
el 2003 por Néstor Kirchner y continuado por Cristina ha sido cultural: la
recuperación por parte del pueblo argentino de la concepción de que el Estado
debe jugar un papel preponderante en la conducción tanto del modelo de
desarrollo económico-social, como en la gestión de los recursos que son
imprescindibles para asegurar su continuidad y profundización (*).
Para celebrar la
recuperación de YPF, se realizó un acto multitudinario (se calculan entre 100 y
150 mil personas) encabezado por la propia presidenta argentina y con una
mayoritaria presencia de jóvenes. “Si
algo recuperamos es la capacidad de soñar, pero soñar con libertad, pensando
que después va a ser posible”, decía una joven militante que concurrió a
ese acto. No es tan difícil explicarse como aquellas miradas de reojo hacia “la
política”, en la Argentina previa al kirchnerismo, se transformaron en fervor
militante, en “orgullo por apropiarse de
esa herramienta para empezar a ser, cada quien, protagonista de la historia
colectiva”, al decir de la periodista Marta Dillon.
Sin embargo, de
este lado del río, nos lamentamos de la pérdida de militancia. Nada es casual.
(*) Página 12 -
Un Estado recuperado - Daniel Filmus
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