DISCIPLINA PARTIDARIA Y CODIGOS DE ETICA
El portal Montevideo.com publica una entrevista a la
presidenta del FA, Mónica Xavier, en la cual, en resumidas cuentas, afirma que
la postulación de Tabaré Vázquez se concretará en el segundo semestre del año y
reclama a los sectores que no lo dejen solo en la campaña. Defiende al “futuro
candidato” de los ataques de la oposición y anuncia que habrá un nuevo código
de ética para la fuerza política.
POLÍTICAMENTE INCORRECTO
Como sabemos, el Frente Amplio es una fuerza plural, que
alberga en su seno diferentes partidos, movimientos, agrupaciones y gente
independiente, sin partido. Por lo tanto hay allí diferentes visiones sobre
los distintos temas que afectan, tanto al gobierno como a la fuerza política
que los reúne.
Es por eso que la labor de la presidencia del FA es
delicada, porque debe tratar de tejer y zurcir posiciones muchas veces
disímiles y hasta encontradas. Se necesita para ello un carácter muy especial,
negociador y buscador de consensos, pero claro, un Liber Seregni no se
encuentra todos los días.
Por eso no llama demasiado la atención que la presidenta del
FA presente cómo un hecho ya decidido, una candidatura que no ha sido discutida en ningún
organismo del Frente Amplio. Es propio de quienes, como el mismo Vázquez, creen
que porque lo piensan ellos, es indiscutible. Esa actitud tiene diferentes
nombres, pero si tuviera que elegir, diría “arrogancia”: “f. Altanería,
soberbia o sentimiento de superioridad ante los demás”.
Y no sorprende demasiado, porque no es la primera vez que sus
declaraciones hacen aflorar esa arrogancia. Como la de por ejemplo ignorar la
resolución de un Plenario Nacional, que ya antes de las internas obligaba a quien accediera al cargo de presidente, a abandonar la banca, en el caso de que fuera un legislador. O la patética declaración una vez
conocidos los resultados de las internas, cuando dijo: “Gané porque se visualizó en mí un perfil más frenteamplista que en los
otros tres candidatos”.
Allí, la nobel presidenta del FA establece la teoría de que
hay dirigentes en el FA que son unos más frenteamplistas que otros, y esa tesis
estaba siendo promovida nada menos que por su flamante presidenta. Pero además,
sugiere que también los frenteamplistas hacen esa distinción, y a la hora de
votar eligen en función de quien es más frenteamplista.
Eso no estaría mal, y no sería problema. El problema, es que
la mayoría de quienes votaron en esas internas, no votaron por Mónica Xavier,
sino que votaron mayoritariamente por los demás candidatos (ella obtuvo la minoría mayor). Siguiendo su
teoría, resulta que la mayor parte votaron por los menos frenteamplistas. Y si
a esto le agregamos los votos en blanco, tendríamos que de acuerdo a la particular visión de Mónica Xavier la mayoría de los frenteamplistas votan por los
dirigentes menos frenteamplistas; o por ninguno (en el caso de los votos en
blanco). Capaz que tiene razón y por eso está como está.
Lo cierto es que la presidenta del Frente Amplio, en lugar de promover ella misma una candidatura, debería estar tratando de conciliar las diferentes opiniones que existen sobre ese tema dentro de su fuerza política. De otra manera, está ignorando olímpicamente a quienes no comulgamos con la candidatura de Vázquez (no importa si somos una minoría).
LA ETICA Y EL RESPETO
DE LAS DECISIONES ORGÁNICAS
Pero dejando de lado esas cuestiones que tienen que ver con
la capacidad de la presidenta del FA para conducir una fuerza política tan
compleja, llama la atención el final de la nota. Allí el periodista le pregunta:
“Ha llamado la atención el tipo de sanciones que se aplican en el FA a sus
dirigentes. ¿Hay algún cambio encaminado?”, refiriéndose sin dudas a la levedad
de esas sanciones. Y al final de la respuesta a esa pregunta, Mónica Xavier
dice:
“En la mayoría de los
casos son compañeros dirigentes y si no entendemos que en los lugares donde
estamos debemos dar el ejemplo de las mejores conductas con relación a la
fuerza política, nos estamos olvidando que esta fuerza tiene la finalidad que
tiene. Por tanto, quien no quiera verse sometido a una disciplina partidaria, a
códigos de ética, puede elegir otra fuerza que no se los exige”.
Y acá sí debo decir que me sorprende esa posición algo
esquizofrénica. Porque sin duda, de aplicarse este último párrafo
estrictamente, el resto de la nota perdería validez. Porque la entrevistada da
por hecho la candidatura de Vázquez a la presidencia de la república por el FA
(salteándose olímpicamente que esa candidatura es discutible y discutida por
vastos sectores de la fuerza política que ella dirige), y no debe haber
dirigente del FA que se haya sometido menos a la disciplina partidaria y a
códigos de ética que el candidato que ella está imponiendo.
¿Cuál es el código de ética que respeta un presidente que,
en secreto, le pide al genocida más grande de la historia, presidente del país más
imperialista de la historia, que asuste a un país hermano? ¿Y cuál es el código
de ética que aplica cuando esa decisión no la consulta con nadie en su
gobierno, con nadie en su fuerza política, y lo da a conocer en forma risueña
en un colegio del Opus Dei?
Y ni hablemos del respeto a los principios ni a los
Estatutos del Frente Amplio. Porque el artículo 1º del Estatuto, define al FA
como una “fuerza política…de concepción
nacional, progresista, democrática, popular, antioligárquica y
antiimperialista”, pero también a lo que hace referencia en el mismo
artículo al “…acatamiento de las
resoluciones tomadas por los organismos pertinentes según lo estipulado por el
presente Estatuto”.
Y no parece muy
respetuoso de esas definiciones de su fuerza política, un gobernante que en sus
cinco años de gobierno jamás tomó una medida antioligárquica ni
antiimperialista, sino todo lo contrario. Desde el envío de tropas a Haití,
hasta el Tratado de Protección de Inversiones (protección de las inversiones
del imperialismo), pasando por las maniobras Unitas, la masiva extranjerización de la tierra y otros medios de producción, o el intento de llegar a un TLC con el imperialismo
Y esto último, sin duda que es una violación grosera de la
disciplina partidaria, tanto de Tabaré Vázquez como de algunos de sus
ministros. Porque el Congreso es un organismo, es más, es el máximo organismo,
y por tanto sus resoluciones deben ser acatadas por “TODOS LOS
FRENTEAMPLISTAS”, y fundamentalmente por quienes asumen cargos de gobierno,
puesto que serán justamente los que llevarán a cabo las resoluciones de los
Congresos. Para ser más precisos: si el Congreso dice NO A LOS TLC, no debería
haber (como los hubo) gobernante alguno del FA que diga SI A LOS TLC.
Pero el cumplimiento cabal del art.21 del Estatuto del FA,
sobre la libertad de acción, y que dice que la misma “será autorizada previa solicitud fundamentada por un miembro del
Plenario Nacional por acuerdo de 4/5 de sus componentes, y que la misma podrá
ser concedida siempre que no violente los principios del Frente Amplio y
provoque consecuencias contradictorias en la puesta en práctica de las
decisiones de la mayoría”, fue violado groseramente por quien Xavier quiere
imponer como candidato.
Porque ningún gobernante del FA debería tomarse autocrática
y atrevidamente la libertad de acción que significaría vetar una ley promovida
y votada por su propia fuerza política, sin haber seguido el procedimiento que
prevé el art.21, cosa que obviamente no hizo Vázquez, ni con la ley del aborto
ni con la ley que daba beneficios a los trabajadores en accidentes laborales.
El respeto al artículo ARTICULO 23º, sobre la OBLIGATORIEDAD
DE LAS DECISIONES, que dice que “Las
decisiones de los órganos del Frente Amplio adoptadas dentro de sus
competencias y con sujeción a los requisitos formales establecidos en el
presente Estatuto y los reglamentos respectivos, serán obligatorias dentro de
la respectiva jurisdicción, para todos los sectores y adherentes del Frente”,
ha sido groseramente violado por quien Xavier promueve como candidato.
Y no solo por Vázquez, digámoslo claro. Porque si los
organismos del FA, dentro de sus competencias, deciden que sus legisladores
voten determinada ley, ningún frenteamplista podrá concurrir al Parlamento a
decirles a esos legisladores que no la voten (pongamos por caso una ley
anulatoria de la ley de impunidad), ni aún en el caso de que ostenten los más
altos cargos. Diría más, menos aún si ostentan altos cargos. Quienes así lo
hacen obviamente que incurren en una traición descarada al FA. ¿Será que Xavier
está proponiendo sanciones para Mujica y Astori? Si es así, tiene todo mi
apoyo.
O tal vez esté pensando en sanciones para la Mesa Política
Nacional en su conjunto (la que ella preside), por haber resuelto recientemente
en contra de una resolución de un Congreso, que es un organismo superior.
Porque si un Congreso mandata el retiro progresivo de las tropas uruguayas de
Haití, de ninguna forma una Mesa Política (organismo inferior) pueda mandatar a
los legisladores a votar en contra del Congreso.
O tal vez esté cuestionando su propia elección como
presidenta. Porque el art.73 habla de la elección del Presidente y Vice del FA:
“El presidente y el vice presidente del
FA serán designados por el Congreso. En caso de vacante definitiva de
cualquiera de los dos, se nombrará un nuevo titular en la próxima sesión del
Congreso, aunque sea especial o extraordinaria. Mientras que no se reúna el
Congreso, el Plenario Nacional podrá proveer el cargo por 4/5 de votos de
integrantes del mismo”.
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