AHORA SI TLC (Todo Lo Contrario)
El amplio abanico de fuerzas que nos oponíamos al TLC, hemos logrado ponerle un freno, y eso no es poco. Y muchos se preguntan, ¿y ahora que? Bueno, en la nota de la semana pasada, proponíamos un reclamo impostergable: democratizar la información. Creemos que esa es una de las puntas que hay que empezar a trabajar. Y la otra, es empezar a impulsar todo lo contrario al TLC. Y al respecto no hay que inventar nada. Todo está en el programa que nuestra fuerza política presentó a la ciudadanía para obtener el voto en noviembre de 2004. Veamos algunos puntos del programa y confrontémoslos con la campaña pro-TLC. En nuestro programa establecemos una serie de principios en materia de inserción internacional (política exterior independiente, de defensa de la soberanía e intereses nacionales, favorable a la paz, a la autodeterminación de los pueblos, a la vigencia de los derechos humanos, a la distensión internacional, a la preservación del medio ambiente y sus normativas, y a las relaciones entre Estados y pueblos regidas por el derecho internacional), para cuya aplicación “se buscará el restablecimiento de una política de estado, que se respalde en grandes acuerdos políticos y sociales…”. Esto es: exactamente al revés de lo que se estaba haciendo por parte de los que impulsaban el TLC. Porque no se puede promover la defensa del medio ambiente a nivel mundial, acordando con el país que no adhiere al Protocolo de Quioto en esa materia. Porque difícilmente se pueda defender una política favorable a la paz haciendo acuerdos con la potencia imperialista más agresiva de la historia. Porque no se puede de ninguna manera tener una política exterior favorable a la autodeterminación de los pueblos, haciendo tratados con la potencia que mantiene un bloqueo infame contra el pueblo cubano desde hace más de 40 años, y que intenta desestabilizar al gobierno hermano de Venezuela, por poner solo dos ejemplos. Porque no se puede defender la vigencia de los derechos humanos a nivel internacional haciendo acuerdos con la potencia que viola los derechos humanos más elementales con sus cárceles clandestinas y su legalización de la tortura, y ha dejado un saldo de más de 500.000 civiles muertos en su guerra preventiva con Irak. Pero fundamentalmente, porque quienes promueven el TLC con los Estados Unidos, no solo no han buscado los “grandes acuerdos políticos y sociales” para llevarlo a cabo como lo establece nuestro programa, sino que lo hacen a pesar de no tener acuerdos políticos y sociales, y en contra del propio programa.
La inserción regional
También decimos en nuestro programa que “es hora de reivindicar la iniciativa y el protagonismo de los países del Sur, los cuales, en la medida que expresen los intereses de sus pueblos, tendrán más posibilidades de transitar por los caminos de solidaridad y cooperación internacionales y lograr que las inversiones productivas, el intercambio comercial o el científico-tecnológico avancen de acuerdo con los intereses nacionales y regionales de esos pueblos”. Es decir, exactamente lo contrario de lo que significa un TLC con los Estados Unidos, que no expresa para nada los intereses de los pueblos del Sur, sino los de la potencia del norte. Porque también decimos en nuestro programa que “la integración de los pueblos de América Latina es un objetivo histórico cardinal, que hoy se hace imprescindible para el desarrollo de nuestro país y los pueblos latinoamericanos”. Y con el TLC estábamos avanzando en el sentido opuesto, en el sentido de abrir una herida enorme en el proceso de integración latinoamericana. Porque nuestro programa establece claramente algo sumamente importante: “la estrategia de construcción del MERCOSUR no puede acotarse al ámbito de la economía, debe abarcar el desarrollo de otros tales como el ámbito social, cultural, tecnológico, etc. El carácter político-estratégico del Mercosur debe ponerse de relieve y debe convertirse en el eje central de nuestra estrategia de inserción internacional”. Es decir, la estrategia de inserción internacional no está concebida en nuestro programa en función de a quien le vendemos un poco más de carne, o si me dejaron pasar unos camiones de arroz o unas bicicletas. Nuestra estrategia es mucho más profunda y más amplia, aunque también incluya los aspectos comerciales. Y a esa estrategia es a la que ahora debemos enfocar todos nuestros esfuerzos, negociando como bloque ante la OMC, con la Unión Europea, negociando en bloque la deuda externa, promoviendo el ingreso de nuevos socios plenos, etc. Y llevando a cabo aquello que prometimos también en el programa, en donde nos comprometíamos a “…buscar los necesarios acuerdos dentro del Acuerdo Regional del MERCOSUR, para exigir como bloque regional el levantamiento inmediato y total del inhumano bloqueo al que se encuentra sometido el pueblo y el gobierno cubano”. Todo lo contrario también de lo que firmamos en el Tratado de Protección de Inversiones, en donde Estados Unidos puede vetar nuestras relaciones con sus enemigos. Es decir, lo del título: Todo Lo Contrario.
La inserción regional
También decimos en nuestro programa que “es hora de reivindicar la iniciativa y el protagonismo de los países del Sur, los cuales, en la medida que expresen los intereses de sus pueblos, tendrán más posibilidades de transitar por los caminos de solidaridad y cooperación internacionales y lograr que las inversiones productivas, el intercambio comercial o el científico-tecnológico avancen de acuerdo con los intereses nacionales y regionales de esos pueblos”. Es decir, exactamente lo contrario de lo que significa un TLC con los Estados Unidos, que no expresa para nada los intereses de los pueblos del Sur, sino los de la potencia del norte. Porque también decimos en nuestro programa que “la integración de los pueblos de América Latina es un objetivo histórico cardinal, que hoy se hace imprescindible para el desarrollo de nuestro país y los pueblos latinoamericanos”. Y con el TLC estábamos avanzando en el sentido opuesto, en el sentido de abrir una herida enorme en el proceso de integración latinoamericana. Porque nuestro programa establece claramente algo sumamente importante: “la estrategia de construcción del MERCOSUR no puede acotarse al ámbito de la economía, debe abarcar el desarrollo de otros tales como el ámbito social, cultural, tecnológico, etc. El carácter político-estratégico del Mercosur debe ponerse de relieve y debe convertirse en el eje central de nuestra estrategia de inserción internacional”. Es decir, la estrategia de inserción internacional no está concebida en nuestro programa en función de a quien le vendemos un poco más de carne, o si me dejaron pasar unos camiones de arroz o unas bicicletas. Nuestra estrategia es mucho más profunda y más amplia, aunque también incluya los aspectos comerciales. Y a esa estrategia es a la que ahora debemos enfocar todos nuestros esfuerzos, negociando como bloque ante la OMC, con la Unión Europea, negociando en bloque la deuda externa, promoviendo el ingreso de nuevos socios plenos, etc. Y llevando a cabo aquello que prometimos también en el programa, en donde nos comprometíamos a “…buscar los necesarios acuerdos dentro del Acuerdo Regional del MERCOSUR, para exigir como bloque regional el levantamiento inmediato y total del inhumano bloqueo al que se encuentra sometido el pueblo y el gobierno cubano”. Todo lo contrario también de lo que firmamos en el Tratado de Protección de Inversiones, en donde Estados Unidos puede vetar nuestras relaciones con sus enemigos. Es decir, lo del título: Todo Lo Contrario.
Jueves, 12 de Octubre de 2006
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