DOS HOMBRES Y UN GUSANO
"El pueblo cubano y Fidel Castro nos están ofreciendo su corazón, su vida, todo, y yo creo que esto es un ejemplo maravilloso de vida y de, entereza”.(Adolfo Pérez Esquivel, argentino, Premio Nobel de la Paz)
Es algo muy sabido que el tema de Cuba en general, y de Fidel en particular, es un punto sobre el cual en la izquierda no existen unanimidades. Y esto ha sido así desde el momento mismo del triunfo de la revolución. También se sabe que el tema enciende los ánimos al momento de las discusiones entre los compañeros. Algo en cierto modo similar, ha sucedido con el fenómeno de Hugo Chávez en Venezuela, y en este caso las controversias se refuerzan debido a su antecedente golpista. Por lo tanto, no deberían extrañar posiciones disímiles dentro de la izquierda sobre estos temas. Pero lo publicado por La Diaria el viernes pasado, con la firma de Marcelo Jelen, ha superado todo lo que yo había leído y escuchado al respecto hasta ahora. El artículo de este señor Jelen (tal vez mi error sea suponer que es de izquierda), cuyo título es “TRES HOMBRES”, comienza así: “La historia los distingue, la noticia los une”. Y luego habla de esos tres hombres, pretendiendo (sin decirlo directamente porque quizás no le de la nafta para hacerlo) igualarlos. Y aunque usted no lo crea, esos tres hombres que Marcelo Jelen pone en una misma bolsa, son nada menos que Fidel Castro, Hugo Chávez y…. Pinochet.
Lo primero que a un lector mas o menos sensible le choca, es que Jelen incluya al gusano (felizmente reventado el pasado fin de semana) de Pinochet dentro de la categoría hombre, cuando en realidad debería ser catalogado como humanoide o directamente como bestia. Claro que si uno supiera de antemano cual es el planteo de la nota, seguramente elegiría pasar al artículo siguiente y ni siquiera se molestaría en leerlo, pero desgraciadamente la forma en que está planteado, en donde empieza criticando al asesino del pueblo chileno, para seguir luego con Fidel y dejando de postre a Chávez, hace que uno caiga como un angelito y tenga que digerir tamaño engendro sin anestesia.
La crítica a Fidel, comienza porque al parecer cientos de miles se concentraron para saludarlo por su cumpleaños y este no apareció (lo de estar enfermo en un hospital parece ser una simple excusa), apareciendo en cambio Raúl, quien habría cometido el pecado de ensalzar la “unidad monolítica de pueblo, ejército y partido”. Esta unidad, según Jelen, estaría encolada con paredón, cárcel para disidentes, partido único, comités de defensa de la revolución, fronteras cerradas, control de la información hacia adentro y hacia fuera, por lo cual concluye este señor que Cuba es una dictadura. Más adelante dice que resulta desproporcionado comparar con el régimen cubano la dictadura de Pinochet (lo que me hace sospechar que el articulista tiene algo de conciencia moral), aunque luego de esa frase sigue un “pero”.
La serie de diatribas anti Fidel que descarga Jelen, no son para nada originales, por supuesto. El cuestionamiento al sistema político y electoral cubano, constituye uno de los pilares fundamentales de la campaña anticubana que lidera Estados Unidos en materia de democracia y derechos humanos. Y en esta campaña, Estados Unidos ha contado siempre –y seguirá contando- con escribas que, tanto desde la derecha como desde corrientes que se pretenden de izquierda, le harán los mandados aún sin proponérselo. A estos supuestos promotores de la democracia y de los derechos humanos, jamás les importará lo que establecen los pactos internacionales en la materia, en el sentido que reconocen que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación, en virtud del cual establecen libremente su condición política y proveen asimismo su desarrollo económico, social y cultural”. Para los muchos Jelen que andan por ahí, la libre determinación vale para todos menos para Cuba. Cuba podrá ser libre de elegir su forma política siempre y cuando su elección coincida con la mía, de otra manera, no será una democracia. Esa parece ser la postura que adoptan.
En la Declaración y Programa de Acción adoptados en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que tuvo lugar en Viena, en 1993, se estableció asimismo que: “la democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada, para determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida”.
El sistema político cubano es genuinamente auténtico y autóctono, está fundado en las experiencias heredadas de su historia de lucha por la igualdad y solidaridad entre los hombres y mujeres, la independencia, la soberanía, la no discriminación, la unidad, la participación, el poder popular y la justicia social. No es un modelo importado, nunca fue una copia del modelo soviético ni del existente en los entonces países socialistas de Europa Oriental, ni le interesa parecerse al modelo burgués imperante en occidente. Y Cuba ha sabido abrirse paso en el mundo y en la historia a pesar de todos los pesares. Porque la política de hostilidad, bloqueo y agresividad de sucesivos Gobiernos de los Estados Unidos contra la libre determinación y la soberanía de Cuba no se iniciaron con el triunfo de la Revolución en 1959, ni con la proclamación de su carácter socialista en 1961. Estas han sido líneas permanentes de conducta por más de 200 años, en virtud de las apetencias imperialistas que han determinado la política hacia la Isla de los círculos de poder en la superpotencia. El bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, es una de las más importantes violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos del pueblo cubano que genera la política de hostilidad contra la nación cubana, pero no la única. El pueblo cubano ha sido víctima de invasiones mercenarias, agresiones biológicas, radiales y televisivas, del aliento externo a la migración ilegal, de planes de asesinato a sus principales dirigentes, así como sabotajes y actos terroristas que han causado daños directos a objetivos económicos y sociales del país por más de 54 mil millones de dólares, la muerte probada de 3.478 personas y la incapacidad permanente de otros 2.099 cubanos.
A pesar de las condiciones de subdesarrollado heredadas y del bloqueo que le impone el Gobierno de los Estados Unidos, el pueblo cubano ha podido avanzar significativamente en sus transformaciones revolucionarias con el objetivo de construir una sociedad cada vez más justa, equitativa y que garantice amplias posibilidades al ejercicio de la participación democrática de todos los ciudadanos. Las instituciones y componentes de un Estado que consagra el poder de las grandes masas de trabajadores, intelectuales, profesionales y artistas, trabajan junto a una numerosa y activa sociedad civil, permitiendo a todo cubano y cubana una efectiva y sistemática participación en las decisiones que afectan su presente y determinarán su futuro. Y el pueblo cubano ha avanzado siempre de la mano de Fidel, el que va a pasar a la historia junto a Bolívar y a Martí y a tantos otros héroes americanos, lugar en el que nunca estará la bestia asesina de Pinochet, mal que le pese a Marcelo Jelen . Entendámonos bien: se puede no estar de acuerdo con el sistema cubano; se puede no simpatizar con la figura de Fidel. No pretende unanimidades en torno a esto. Pero lo que no se puede, es comparar la figura de un dictador asesino y sanguinario como Pinochet, con un hombre de la estatura política y moral de Fidel Castro. Los logros sociales de la Revolución cubana no están en discusión para ningún observador honesto, pero lo importante, es que nadie podrá señalar ni un torturado, ni un fusilamiento sumario, ningún asesinato, ni un desaparecido, que pueda empañar la historia de esos logros revolucionarios. Muy por el contrario de la dictadura chilena, que se impuso a costa de torturas desapariciones y muertes, y de todas las violaciones imaginables de los derechos humanos, con el único propósito de frenar el avance del pueblo y de instaurar una de las sociedades más injustas de América Latina.
Jelen no ha escrito sobre Pinochet luego de su muerte. Tal vez esperando a que muera Fidel, para así unirlos nuevamente en otra nota. No estaría solo en esa hipótesis. Lo acompañaría el “soldado del Foro”, el diputado Abdala, que está esperando lo mismo. Amén de otras personalidades ilustres de la derecha más rancia de nuestro país.
Es algo muy sabido que el tema de Cuba en general, y de Fidel en particular, es un punto sobre el cual en la izquierda no existen unanimidades. Y esto ha sido así desde el momento mismo del triunfo de la revolución. También se sabe que el tema enciende los ánimos al momento de las discusiones entre los compañeros. Algo en cierto modo similar, ha sucedido con el fenómeno de Hugo Chávez en Venezuela, y en este caso las controversias se refuerzan debido a su antecedente golpista. Por lo tanto, no deberían extrañar posiciones disímiles dentro de la izquierda sobre estos temas. Pero lo publicado por La Diaria el viernes pasado, con la firma de Marcelo Jelen, ha superado todo lo que yo había leído y escuchado al respecto hasta ahora. El artículo de este señor Jelen (tal vez mi error sea suponer que es de izquierda), cuyo título es “TRES HOMBRES”, comienza así: “La historia los distingue, la noticia los une”. Y luego habla de esos tres hombres, pretendiendo (sin decirlo directamente porque quizás no le de la nafta para hacerlo) igualarlos. Y aunque usted no lo crea, esos tres hombres que Marcelo Jelen pone en una misma bolsa, son nada menos que Fidel Castro, Hugo Chávez y…. Pinochet.
Lo primero que a un lector mas o menos sensible le choca, es que Jelen incluya al gusano (felizmente reventado el pasado fin de semana) de Pinochet dentro de la categoría hombre, cuando en realidad debería ser catalogado como humanoide o directamente como bestia. Claro que si uno supiera de antemano cual es el planteo de la nota, seguramente elegiría pasar al artículo siguiente y ni siquiera se molestaría en leerlo, pero desgraciadamente la forma en que está planteado, en donde empieza criticando al asesino del pueblo chileno, para seguir luego con Fidel y dejando de postre a Chávez, hace que uno caiga como un angelito y tenga que digerir tamaño engendro sin anestesia.
La crítica a Fidel, comienza porque al parecer cientos de miles se concentraron para saludarlo por su cumpleaños y este no apareció (lo de estar enfermo en un hospital parece ser una simple excusa), apareciendo en cambio Raúl, quien habría cometido el pecado de ensalzar la “unidad monolítica de pueblo, ejército y partido”. Esta unidad, según Jelen, estaría encolada con paredón, cárcel para disidentes, partido único, comités de defensa de la revolución, fronteras cerradas, control de la información hacia adentro y hacia fuera, por lo cual concluye este señor que Cuba es una dictadura. Más adelante dice que resulta desproporcionado comparar con el régimen cubano la dictadura de Pinochet (lo que me hace sospechar que el articulista tiene algo de conciencia moral), aunque luego de esa frase sigue un “pero”.
La serie de diatribas anti Fidel que descarga Jelen, no son para nada originales, por supuesto. El cuestionamiento al sistema político y electoral cubano, constituye uno de los pilares fundamentales de la campaña anticubana que lidera Estados Unidos en materia de democracia y derechos humanos. Y en esta campaña, Estados Unidos ha contado siempre –y seguirá contando- con escribas que, tanto desde la derecha como desde corrientes que se pretenden de izquierda, le harán los mandados aún sin proponérselo. A estos supuestos promotores de la democracia y de los derechos humanos, jamás les importará lo que establecen los pactos internacionales en la materia, en el sentido que reconocen que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación, en virtud del cual establecen libremente su condición política y proveen asimismo su desarrollo económico, social y cultural”. Para los muchos Jelen que andan por ahí, la libre determinación vale para todos menos para Cuba. Cuba podrá ser libre de elegir su forma política siempre y cuando su elección coincida con la mía, de otra manera, no será una democracia. Esa parece ser la postura que adoptan.
En la Declaración y Programa de Acción adoptados en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que tuvo lugar en Viena, en 1993, se estableció asimismo que: “la democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada, para determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida”.
El sistema político cubano es genuinamente auténtico y autóctono, está fundado en las experiencias heredadas de su historia de lucha por la igualdad y solidaridad entre los hombres y mujeres, la independencia, la soberanía, la no discriminación, la unidad, la participación, el poder popular y la justicia social. No es un modelo importado, nunca fue una copia del modelo soviético ni del existente en los entonces países socialistas de Europa Oriental, ni le interesa parecerse al modelo burgués imperante en occidente. Y Cuba ha sabido abrirse paso en el mundo y en la historia a pesar de todos los pesares. Porque la política de hostilidad, bloqueo y agresividad de sucesivos Gobiernos de los Estados Unidos contra la libre determinación y la soberanía de Cuba no se iniciaron con el triunfo de la Revolución en 1959, ni con la proclamación de su carácter socialista en 1961. Estas han sido líneas permanentes de conducta por más de 200 años, en virtud de las apetencias imperialistas que han determinado la política hacia la Isla de los círculos de poder en la superpotencia. El bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, es una de las más importantes violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos del pueblo cubano que genera la política de hostilidad contra la nación cubana, pero no la única. El pueblo cubano ha sido víctima de invasiones mercenarias, agresiones biológicas, radiales y televisivas, del aliento externo a la migración ilegal, de planes de asesinato a sus principales dirigentes, así como sabotajes y actos terroristas que han causado daños directos a objetivos económicos y sociales del país por más de 54 mil millones de dólares, la muerte probada de 3.478 personas y la incapacidad permanente de otros 2.099 cubanos.
A pesar de las condiciones de subdesarrollado heredadas y del bloqueo que le impone el Gobierno de los Estados Unidos, el pueblo cubano ha podido avanzar significativamente en sus transformaciones revolucionarias con el objetivo de construir una sociedad cada vez más justa, equitativa y que garantice amplias posibilidades al ejercicio de la participación democrática de todos los ciudadanos. Las instituciones y componentes de un Estado que consagra el poder de las grandes masas de trabajadores, intelectuales, profesionales y artistas, trabajan junto a una numerosa y activa sociedad civil, permitiendo a todo cubano y cubana una efectiva y sistemática participación en las decisiones que afectan su presente y determinarán su futuro. Y el pueblo cubano ha avanzado siempre de la mano de Fidel, el que va a pasar a la historia junto a Bolívar y a Martí y a tantos otros héroes americanos, lugar en el que nunca estará la bestia asesina de Pinochet, mal que le pese a Marcelo Jelen . Entendámonos bien: se puede no estar de acuerdo con el sistema cubano; se puede no simpatizar con la figura de Fidel. No pretende unanimidades en torno a esto. Pero lo que no se puede, es comparar la figura de un dictador asesino y sanguinario como Pinochet, con un hombre de la estatura política y moral de Fidel Castro. Los logros sociales de la Revolución cubana no están en discusión para ningún observador honesto, pero lo importante, es que nadie podrá señalar ni un torturado, ni un fusilamiento sumario, ningún asesinato, ni un desaparecido, que pueda empañar la historia de esos logros revolucionarios. Muy por el contrario de la dictadura chilena, que se impuso a costa de torturas desapariciones y muertes, y de todas las violaciones imaginables de los derechos humanos, con el único propósito de frenar el avance del pueblo y de instaurar una de las sociedades más injustas de América Latina.
Jelen no ha escrito sobre Pinochet luego de su muerte. Tal vez esperando a que muera Fidel, para así unirlos nuevamente en otra nota. No estaría solo en esa hipótesis. Lo acompañaría el “soldado del Foro”, el diputado Abdala, que está esperando lo mismo. Amén de otras personalidades ilustres de la derecha más rancia de nuestro país.
Martes, 12 de Diciembre de 2006
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