FINALIZÓ EL 5º CONGRESO

Aprendamos para diciembre

Finalizó el 5º Congreso “Compañero Liber Seregni”. Se resolvieron en líneas generales la mayor parte de los temas, y los que no lo fueron, pasaron para distintas instancias orgánicas, como el Plenario Nacional, o la propia Mesa Política Nacional o la Comisión de Programa. Se aprobaron en general y por unanimidad los documentos sobre el Uruguay Social y el Uruguay Productivo. En Uruguay Social la discusión se centró en el tema educación, dejando planteada para dirimir el debate sobre el nivel de autonomía a consagrar, una Comisión integrada por parlamentarios, miembros del Secretariado y representación de base y de la Unidad Temática de Educación. En Uruguay Productivo se destacó la necesidad de apostar a la especialización productiva con altos niveles de calidad, el rol protagónico del sector público como palanca del desarrollo, la importancia de la estabilidad de las variables macroeconómicas y el impulso a la innovación, la ciencia y la tecnología. Al quedar sin quórum el Congreso, no se completó el tratamiento del balance, que pasó a la Mesa Política Nacional, la que seguramente lo trasladará a un Plenario Nacional y terminará resolviéndose en el próximo Congreso. Se resolvió además el tema de la presidencia. Resultó electo por una amplia mayoría el compañero Jorge Brovetto, y quedó para resolver la vicepresidencia dentro de 60 días, la que surgirá a propuesta de las bases de todo el país. Al momento de votarse esta moción, había 1196 delegados en sala y votaron afirmativamente 1001 de ellos.
ALGUNAS CUESTIONES
Nos alegra el hecho mismo del Congreso, como instancia participativa y de discusión de los temas importantes que nos incumben a los frenteamplistas. Estamos conformes con el nivel de resoluciones generales adoptadas, aunque no estemos un cien por ciento de acuerdo con lo resuelto. Y sabemos que eso siempre es así. Nadie sale de un Congreso cien por ciento conforme. De eso se trata, de llegar a acuerdos en cuestiones en las que todos pensamos diferente, y por tanto de ceder en aquello que no es de principios, y que de alguna forma se acerca a lo que quisiéramos. Pero debemos decirlo claramente: no estamos conformes con algunas cuestiones. Por ejemplo, nos parece inadecuado modificar el orden del día al antojo de las mayorías. Ya sucedió lo mismo en la primera parte del Congreso, cuando se modificó el orden del día para tratar el tema de la presidencia primero, y luego se lo dejó sin quórum teniendo que pasar a un cuarto intermedio hasta abril. Ahora había un acuerdo en tratar primero los temas programáticos y por último el tema de la presidencia, acuerdo al que se había llegado en el Plenario Nacional antes del sábado, pero que se modificó en el Congreso. Entendemos además que hubo gruesas desprolijidades con el manejo del quórum, y que las últimas resoluciones, o bien fueron tomadas sin quórum o bien los dos tercios se hubieran alcanzado si se hubiera contabilizado el quórum correcto. Esto no debe suceder, y habrá que corregirlo para el próximo Congreso, porque de otra manera se estaría desvirtuando la voluntad de las bases, esa misma voluntad que algunos pretenden defender apelando a métodos cuestionablemente más democráticos.
NOS PREOCUPA DICIEMBRE
Pero lo que más nos preocupa, es la forma en la que los frenteamplistas negociamos y los resultados a los que llegamos. A ver si me explico. Ubiquémonos en diciembre del año pasado, y aún antes. Los diferentes nombres y alternativas a la dirección comenzaron cuando el entonces ministro de Ganadería y líder del MPP, José Mujica, propuso públicamente que la presidencia del FA debía ser ejercida por intelectuales de izquierda, representantes de la academia, pero no vinculados orgánicamente con la fuerza política. En tal sentido, propuso específicamente a la politóloga Constanza Moreira y al docente e historiador, Gerardo Caetano. En julio del año pasado, cuando nuestro Partido realiza su V Congreso Extraordinario, hace propuestas en cuanto a la elección de la dirección del FA, y que en el fondo planteaban una dirección colectiva de transición, mecanismo que se había implementado para sustituir a Seregni, tras su renuncia. Los nombres que proponíamos para integrar este colegiado eran, el propio Brovetto, Constanza Moreira, Roberto Conde y un representante de la bases. Por otro lado, el propio compañero Brovetto había manifestado su intención de alejarse del cargo, básicamente por encontrarse agotado por desempeñar simultáneamente la presidencia del FA y la titularidad del Ministerio de Educación y Cultura, además de expresar que no se sentía con el respaldo suficiente de algunos sectores. Otros sectores se inclinaban también por la conformación de un “triunvirato” que podría estar compuesto por Constanza Moreira, Roberto Conde, Jorge Brovetto o, incluso, el compañero José Bayardi. También quienes entendían que el candidato que surgiera debía ser de “consenso”, pero no descartaban una dirección colectiva de transición, con equilibrios partidarios, hasta que surgiera un líder natural. Otros respaldaban la “continuidad” de Brovetto, pero a la vez proponían “fortalecer la presidencia FA con un equipo de asesores que cuenten con el aval de la fuerza política”. Y finalmente estaban los que decididamente apoyaban a Brovetto en el cargo. Es sabido además, que por ese entonces la mayoría de las bases se inclinaban por la sustitución de Brovetto.
NEGOCIACION Y DESPUES
Es conocido lo que sucedió en la primera parte del Congreso, en diciembre. Allí no se pudieron lograr los consensos, y se pasó a un cuarto intermedio que acaba de finalizar. Quiere decir entonces que desde antes de diciembre, de una manera u otra los sectores han venido conversando y negociando para llegar a lo que llegamos. Y lo que queda claro es que, luego de casi seis meses de negociaciones tanto las bases como la mayoría de los sectores dejaron todo lo que pretendían por el camino. Y eso es lo que nos preocupa. Porque una negociación es justa cuando genera un nuevo resultado que conviene a todas las partes; en ningún caso, la ganancia puede ser unilateral. De lo que se trata es de convertir una situación de suma cero en otra de suma positiva. En el juego de suma cero, una parte gana lo que la otra pierde, el secreto consiste en lograr que se beneficien todas las partes. Y la peor negociación es aquella en que uno gana y otro pierde, ya que genera resentimiento. En la negociación destructiva ambos pierden, como ocurre en las guerras. En la negociación virtuosa ambos ganan y se construyen relaciones de largo plazo. En ella no hay un botín a repartir sino una riqueza que se crea continuamente mediante la apelación a la cooperación, la inteligencia y la unidad.
El Congreso terminó, y sólo falta saldar el tema de la vicepresidencia. Pero lo que nos preocupa es diciembre, porque allí lo que estará en juego son las candidaturas a las elecciones nacionales. Con el tipo de negociación que los frenteamplistas desarrollamos en el Congreso que acaba de finalizar la pregunta es: ¿Con qué candidatos iremos a las elecciones nacionales en 2009?
24 de Abril de 2008

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