UN POCO DE MEMORIA
RECORDEMOS
El 25 de abril de 2006 (hace apenas 2 años), la FAO decía que “La presión de los precios del petróleo, cada vez más caros, y los problemas del medio ambiente están abriendo cada vez más el paso a la idea de una inversión de ruta en el panorama internacional para sustituir los combustibles fósiles con la bioenergía renovable”. Y luego anunciaba que “.. la FAO ha instituido una Plataforma Internacional de Bieonergía (IBEP), que se presentará oficialmente en las Naciones Unidas en Nueva York el 9 de mayo….. “El objetivo es conseguir cultivar tanto el combustible como los alimentos necesarios”, dijo Müller, “y asegurarse de que todos se benefician de este proceso.”
A fines de marzo de 2007, George W. Bush elogió los beneficios de los automóviles que funcionan con etanol y biodiesel, durante una reunión con fabricantes de vehículos, en la que buscó dar impulso a sus planes de combustibles alternativos. Bush dijo que “un compromiso de los líderes de la industria automotriz nacional para duplicar su producción de vehículos a combustible alternativo ayudaría a que los automovilistas abandonen los motores que funcionan con gasolina y reduzcan la dependencia del país respecto del petróleo de importación”.
Y en el discurso de 2007 sobre el Estado de la Unión anunció: “Es de interés vital para nosotros que diversifiquemos los suministros energéticos de EEUU, por lo que debemos continuar invirtiendo en nuevos métodos para producir etanol y reducir en un 20% el uso de la gasolina en EEUU en los próximos años. Para lograrlo, debemos fijarnos el objetivo de conseguir 35 mil millones de galones de fuel renovable y alternativo en 2017 para reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero”.
Mientras tanto, el 28 de marzo del 2007, el comandante Fidel Castro decía que “reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible. Vendrán después bellos ejemplos de lo que en la productividad por hombre y por hectárea alcanzan los experimentados y bien organizados agricultores de Estados Unidos: el maíz convertido en etanol; los residuos de ese maíz convertidos en alimento animal con 26% de proteína; el excremento del ganado utilizado como materia prima para la producción de gas. Desde luego, esto es después de cuantiosas inversiones al alcance sólo de las empresas más poderosas, en las que todo se tiene que mover sobre la base de consumo de electricidad y combustible. Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático. Por ello, independientemente de la excelente tecnología brasileña para producir alcohol, en Cuba el empleo de tal tecnología para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña no constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan con esa idea. En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente”.
Y yendo bastante más atrás, Kissinger hizo en 1970 un comentario que explica bastante lo que está sucediendo ahora: “Controla el petróleo y controlarás las naciones; controla los alimentos y controlarás a los pueblos”. Le faltó agregar a esa combinación un poder militar inconmensurable para controlarlo todo.
LA REALIDAD ACTUAL
La crisis alimentaria –y por tanto el hambre- sigue avanzando a pasos acelerados a nivel global. Los propios sostenedores del sistema capitalista mundial sin ningún tipo de impudicia expresan que…“habrá muchas víctimas por la crisis financiera global” (ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, el 16/3 pasado). El presidente del BM, Robert Zoellick, ha pronosticado que los precios de los alimentos seguirán altos este año y el próximo, y ha señalado que la situación es producto de varios factores, como el mayor énfasis en la producción de biocombustibles, que ha reducido el espacio de tierra que se destina al cultivo de otros alimentos. Por su parte el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, señaló los peligros que están ocasionando el alza de los precios de los alimentos en todo el mundo y advirtió de que “cientos de miles de personas pasarán hambre si continúan subiendo”. Strauss- Kahn destacó también la crisis social que están causando las últimas subidas de precios y añadió que “pueden llegar a producirse conflictos sociales que afectarán a los más diversos puntos del planeta” (13.04.08). El relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, reconoció también este lunes que la producción de biocombustibles, la especulación financiera y las políticas del FMI son las causas del actual aumento mundial de precios en alimentos. Expresó además su preocupación en comentarios al diario francés Liberación: “Nos encaminamos hacia un período muy largo de motines, conflictos y olas de incontrolable inestabilidad regional marcados por la desesperación de las poblaciones más vulnerables”. Señaló que incluso en circunstancias normales el hambre invade el mundo y cada cinco segundos se lleva la vida de un niño menor de diez años. Debido a la crisis actual, nos enfrentamos ahora a “una masacre inminente”.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante el último año aumentó el precio de los cereales en un 130 por ciento, el del arroz en un 74 por ciento, el de la soja en un 87 por ciento, y el del maíz un 53 por ciento. Ziegler exigió una "moratoria total e inmediata de al menos 5 años en la producción de agrocombustibles”, a la que calificó como un "crimen contra gran parte de la humanidad". Ziegler también catalogó de "aberrante" la política del FMI de impulsar el desarrollo de culturas de exportación para reducir la deuda externa. Además, explicó que la especulación financiera "es responsable del 30 por ciento de la explosión de los precios".
OTROS APORTES AL “CALENTAMIENTO” GLOBAL
El 16 de abril pasado, el presidente brasileño Lula, en una información de Reuters, se burló de la actual crisis y rechazó las críticas de que los biocombustibles tuvieran la culpa diciendo a los periodistas: “No me digan que la comida es cara a causa del biodiesel. Es cara porque la situación económica de los pueblos ha mejorado y quieren comer más”.
El comisario europeo de Cooperación y Acción Humanitaria, L. Mitchel, calificó la situación como “Un tsunami económico y humanitario”, frase que los periodistas europeos se apresuraron a tomar, pero que no define cabalmente lo que pasa. Esa frase parecería indicar que la crisis tiene una causa extrahumana, semejante a una catástrofe natural. Sin embargo, todos sabemos que las causas de la crisis son el resultado de las políticas dictadas por los organismos financieros. Está claro que producto de la globalización unilateral del capital neoliberal se comienza extender la hambruna por el mundo. Por otro lado la producción de biocombustibles está significando el uso de enormes cantidades de tierra en la producción de granos que sirvan para la elaboración de etanol, en perjuicio de la producción de alimentos, por ello el encarecimiento de la canasta básica va teniendo una consecuencia brutal en los países en vías de desarrollo. Tal como lo advertía Fidel.
El 25 de abril de 2006 (hace apenas 2 años), la FAO decía que “La presión de los precios del petróleo, cada vez más caros, y los problemas del medio ambiente están abriendo cada vez más el paso a la idea de una inversión de ruta en el panorama internacional para sustituir los combustibles fósiles con la bioenergía renovable”. Y luego anunciaba que “.. la FAO ha instituido una Plataforma Internacional de Bieonergía (IBEP), que se presentará oficialmente en las Naciones Unidas en Nueva York el 9 de mayo….. “El objetivo es conseguir cultivar tanto el combustible como los alimentos necesarios”, dijo Müller, “y asegurarse de que todos se benefician de este proceso.”
A fines de marzo de 2007, George W. Bush elogió los beneficios de los automóviles que funcionan con etanol y biodiesel, durante una reunión con fabricantes de vehículos, en la que buscó dar impulso a sus planes de combustibles alternativos. Bush dijo que “un compromiso de los líderes de la industria automotriz nacional para duplicar su producción de vehículos a combustible alternativo ayudaría a que los automovilistas abandonen los motores que funcionan con gasolina y reduzcan la dependencia del país respecto del petróleo de importación”.
Y en el discurso de 2007 sobre el Estado de la Unión anunció: “Es de interés vital para nosotros que diversifiquemos los suministros energéticos de EEUU, por lo que debemos continuar invirtiendo en nuevos métodos para producir etanol y reducir en un 20% el uso de la gasolina en EEUU en los próximos años. Para lograrlo, debemos fijarnos el objetivo de conseguir 35 mil millones de galones de fuel renovable y alternativo en 2017 para reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero”.
Mientras tanto, el 28 de marzo del 2007, el comandante Fidel Castro decía que “reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible. Vendrán después bellos ejemplos de lo que en la productividad por hombre y por hectárea alcanzan los experimentados y bien organizados agricultores de Estados Unidos: el maíz convertido en etanol; los residuos de ese maíz convertidos en alimento animal con 26% de proteína; el excremento del ganado utilizado como materia prima para la producción de gas. Desde luego, esto es después de cuantiosas inversiones al alcance sólo de las empresas más poderosas, en las que todo se tiene que mover sobre la base de consumo de electricidad y combustible. Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático. Por ello, independientemente de la excelente tecnología brasileña para producir alcohol, en Cuba el empleo de tal tecnología para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña no constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan con esa idea. En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente”.
Y yendo bastante más atrás, Kissinger hizo en 1970 un comentario que explica bastante lo que está sucediendo ahora: “Controla el petróleo y controlarás las naciones; controla los alimentos y controlarás a los pueblos”. Le faltó agregar a esa combinación un poder militar inconmensurable para controlarlo todo.
LA REALIDAD ACTUAL
La crisis alimentaria –y por tanto el hambre- sigue avanzando a pasos acelerados a nivel global. Los propios sostenedores del sistema capitalista mundial sin ningún tipo de impudicia expresan que…“habrá muchas víctimas por la crisis financiera global” (ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, el 16/3 pasado). El presidente del BM, Robert Zoellick, ha pronosticado que los precios de los alimentos seguirán altos este año y el próximo, y ha señalado que la situación es producto de varios factores, como el mayor énfasis en la producción de biocombustibles, que ha reducido el espacio de tierra que se destina al cultivo de otros alimentos. Por su parte el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, señaló los peligros que están ocasionando el alza de los precios de los alimentos en todo el mundo y advirtió de que “cientos de miles de personas pasarán hambre si continúan subiendo”. Strauss- Kahn destacó también la crisis social que están causando las últimas subidas de precios y añadió que “pueden llegar a producirse conflictos sociales que afectarán a los más diversos puntos del planeta” (13.04.08). El relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, reconoció también este lunes que la producción de biocombustibles, la especulación financiera y las políticas del FMI son las causas del actual aumento mundial de precios en alimentos. Expresó además su preocupación en comentarios al diario francés Liberación: “Nos encaminamos hacia un período muy largo de motines, conflictos y olas de incontrolable inestabilidad regional marcados por la desesperación de las poblaciones más vulnerables”. Señaló que incluso en circunstancias normales el hambre invade el mundo y cada cinco segundos se lleva la vida de un niño menor de diez años. Debido a la crisis actual, nos enfrentamos ahora a “una masacre inminente”.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante el último año aumentó el precio de los cereales en un 130 por ciento, el del arroz en un 74 por ciento, el de la soja en un 87 por ciento, y el del maíz un 53 por ciento. Ziegler exigió una "moratoria total e inmediata de al menos 5 años en la producción de agrocombustibles”, a la que calificó como un "crimen contra gran parte de la humanidad". Ziegler también catalogó de "aberrante" la política del FMI de impulsar el desarrollo de culturas de exportación para reducir la deuda externa. Además, explicó que la especulación financiera "es responsable del 30 por ciento de la explosión de los precios".
OTROS APORTES AL “CALENTAMIENTO” GLOBAL
El 16 de abril pasado, el presidente brasileño Lula, en una información de Reuters, se burló de la actual crisis y rechazó las críticas de que los biocombustibles tuvieran la culpa diciendo a los periodistas: “No me digan que la comida es cara a causa del biodiesel. Es cara porque la situación económica de los pueblos ha mejorado y quieren comer más”.
El comisario europeo de Cooperación y Acción Humanitaria, L. Mitchel, calificó la situación como “Un tsunami económico y humanitario”, frase que los periodistas europeos se apresuraron a tomar, pero que no define cabalmente lo que pasa. Esa frase parecería indicar que la crisis tiene una causa extrahumana, semejante a una catástrofe natural. Sin embargo, todos sabemos que las causas de la crisis son el resultado de las políticas dictadas por los organismos financieros. Está claro que producto de la globalización unilateral del capital neoliberal se comienza extender la hambruna por el mundo. Por otro lado la producción de biocombustibles está significando el uso de enormes cantidades de tierra en la producción de granos que sirvan para la elaboración de etanol, en perjuicio de la producción de alimentos, por ello el encarecimiento de la canasta básica va teniendo una consecuencia brutal en los países en vías de desarrollo. Tal como lo advertía Fidel.
07 de Mayo de 2008
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