VOTAR TAMBIEN ES NECESARIO - Para seguir cambiando

POR QUE A LA 1001
Pero así como tenemos la obligación de pedir una gran votación para el Frente Amplio, también tenemos el derecho de pedir una gran votación de la 1001. Porque hemos dado todo de nuestra parte para que estos logros que señalamos (y otros que no nos da el espacio para hacerlo) fueran una realidad, y porque queremos seguir trabajando para que nuestro gobierno lleve a cabo en plenitud el programa que propusimos a la ciudadanía. Pero también porque gracias a nuestro constante batallar por la aplicación del programa hemos logrado (junto a otros compañeros) mejorar algunas cuestiones como el presupuesto o la rendición de cuentas, mejorando sustancialmente la asignación para la educación, o el proyecto de reforma tributaria. También porque hemos dado batallas que no pudimos ganar, pero que seguramente el pueblo frenteamplista sabrá valorar debidamente, como en el caso de las operaciones Unitas, el envío de tropas a Haití, o el Tratado de Protección de Inversiones. Y porque hemos contribuido decisivamente a torcer el rumbo que nuestro gobierno estaba tomando en lo que tiene que ver con la inserción internacional, rechazando desde un principio el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Haciéndolo incluso antes de que se hiciera la propuesta por parte del ministro Astori, ya que nuestro senador, el compañero Lorier, lo señaló claramente durante el debate por el Tratado de Protección de Inversiones, denunciando que era el preámbulo de un TLC. Pero queremos una gran votación de la 1001 porque necesitamos una fuerza política fuerte y comprometida con el programa. Porque para torcer el rumbo de nuestro gobierno cuando este se desvía del programa -como entendemos que se está haciendo en lo que tiene que ver con determinados aspectos de la política económica-, necesitamos la presencia fuerte y comprometida de la 1001 en la vida orgánica del Frente Amplio. Porque nuestro compromiso es con la gente, es con los trabajadores, y por lo tanto no podemos dejar de señalar las cosas con las que no estamos de acuerdo. Luego de más de un año y medio de gestión, las pautas fundamentales de la política económica están explicitadas nítidamente, y podemos constatar que el programa aprobado por la ciudadanía no se está cumpliendo cabalmente, y no somos optimistas en cuanto al futuro. Creemos que no hay mejor forma de defender a nuestro gobierno que aprovechar la legitimación popular lograda en el largo proceso de acumulación de fuerzas histórica, para impulsar los cambios. Y para eso siempre se podrá contar con los comunistas. Bajo ningún concepto los comunistas vamos a aceptar el “pensamiento único”, el “no hay alternativas”. Las alternativas, como la vida, son ricas y diversas, y los ejemplos de caminos diferentes están a la vista. Hemos dicho muchas veces, que se debe renegociar la deuda externa para disponer de recursos para cumplir con la otra deuda, la social, esa sí impostergable, y se nos ha dicho que es imposible. Pero las renegociaciones de deuda son mucho más frecuentes de lo que nos quieren hacer creer. Argentina tiene convenios con el FMI desde 1950, y de 19 incumplió 15, incluso cuando el entorno regional no era lo favorable que es ahora, y no se vino el mundo abajo. Brasil y México han incurrido en moratorias de hecho, y no ha pasado nada. Sin embargo, la primera opción del equipo económico estuvo entre privilegiar a la deuda social o a la deuda externa, y la opción fue por esta última. En el acuerdo con el FMI nuestro gobierno se compromete a “mantener la estabilidad macroeconómica y a implementar una agenda global de reformas estructurales para promover un crecimiento sustentable elevado y para reducir drásticamente la pobreza”. Es decir, nada diferente de lo que fuera el modelo articulador de las políticas en el pasado reciente. Muchas de las reformas que están planteadas en adelante, no son originales de nuestro gobierno sino exigencias del FMI, como el caso de la reforma financiera (en especial del BROU y BHU, así como la independencia del BCU). De lo que se trata es justamente de cambiar, y no de seguir por el camino que nos trazan los organismos multilaterales de crédito, y para eso no existen muchos caminos. Uno de ellos, el que tenemos más próximo y por el que tenemos que trabajar con todas nuestras energías, es el de fortalecer nuestro gobierno con una muy buena votación el 12 de noviembre, y fortalecer nuestra fuerza política con una muy buena votación de la 1001. A esa tarea nos debemos los comunistas los próximos días.
Martes, 24 de Octubre de 2006
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