ESTAMOS EN CONGRESO


Los frenteamplistas estamos en Congreso, y eso ya de por si es un hecho positivo. Siempre es bueno que una fuerza política se reúna para hacer balances, porque ello permite afirmarse en lo que se está haciendo bien y mejorarlo, a la vez que analizar los errores que se puedan estar cometiendo, sus causas y sus posibles correcciones.
LOS PUNTOS DE REFERENCIA
Una cuestión no menor, a la hora de hacer un balance, es ver cual es el punto de partida o de referencia en el cual vamos a apoyarnos para hacer el mismo. De nada serviría si nosotros hiciéramos el balance de lo que va de gobierno frenteamplista en función de si se están cumpliendo o no con los preceptos y previsiones del Manifiesto Comunista, o si estamos avanzando claramente hacia una sociedad sin explotados ni explotadores. Sería tal vez válido como ejercicio filosófico para nuestro Partido, pero no aportaría nada al proceso de discusión dentro del Frente Amplio para la actual coyuntura histórica en la que estamos inmersos. Esto también es válido para todos los sectores de nuestro Frente Amplio. El punto de referencia a la hora de hacer un balance de lo actuado por el FA nunca debería ser el grado de avance hacia los proyectos sectoriales.
Tampoco puede ser un punto de referencia para el análisis la situación anterior a nuestro gobierno, o la comparación de nuestra gestión con la de gobiernos anteriores. Esto puede indicarnos tal vez si estamos mejor o peor que antes, pero nada nos dice acerca del rumbo que estamos llevando. Y desde luego: ayudaría en gran medida que lo anterior fuera bueno, para que al compararnos pudiéramos decir que lo nuestro es doblemente bueno; y obviamente no es el caso.
Creemos que el balance de nuestra fuerza política debe ser en función de aquellos parámetros que son válidos para todos los sectores, porque esa es la única vía que nos puede llevar a conclusiones no sólo correctas sino además válidas y aceptadas por la gran mayoría. Y esos parámetros no son otros que los contenidos en el Programa. Sólo sabremos si estamos en el rumbo correcto, si hay cuestiones en las que profundizar, o si hay elementos que corregir, si analizamos la marcha de nuestro gobierno en relación con el grado de cumplimiento del Programa acordado entre todos y comprometido ante la ciudadanía. Porque además –y esto no es nada menor- es también el punto de referencia para la ciudadanía, que es en definitiva la que hará el balance en el 2009 y se basará precisamente en lo que prometimos y no en otra cosa.
LOS INDICES
Creemos necesario dejar bien claro que para nosotros lo importante son los grandes lineamientos, y que a la hora de hacer un balance de la marcha de nuestro gobierno no podemos ni debemos enredarnos en cuestiones puntuales. No negamos la importancia de los indicadores (nosotros también los utilizamos), pero tenemos que tener claro lo que son y para que sirven, y no permitir que estos se transformen en la medida del rumbo, porque no lo son. Los índices, o indicadores, se refieren a datos esencialmente cuantitativos. Nos permiten darnos cuenta de cómo se encuentran las cosas en relación con algún aspecto de la realidad que nos interesa conocer, pero no nos dicen absolutamente nada acerca de si estamos construyendo o no la sociedad que queremos. Por poner un ejemplo absurdo que exprese claramente lo que quiero decir: supongamos que mañana nuestro gobierno dispusiera por la vía que fuere la supresión de los Consejos de Salarios, la desregulación total de la actividad laboral y la eliminación del derecho de huelga, pero simultáneamente decretara una aumento general de salarios y jubilaciones del 100%. Los índices económicos registrarían un aumento espectacular de los salarios y de los ingresos familiares, pero si sólo nos concentráramos en ellos no estaríamos viendo lo fundamental.
LOS GRANDES LINEAMIENTOS
Lo dicho previamente, es válido en general para todos los análisis que hagamos en el Congreso, y especialmente para todo lo que tenga que ver con lo económico. Porque decir que la relación entre la deuda y el PBI bajó en un determinado porcentaje puede ser una forma de medir algo, pero no nos dice nada acerca de si estamos cumpliendo con el Programa en lo que tiene que ver con la deuda o con la dependencia. Tampoco nos dicen nada acerca de la dependencia externa del país y el rumbo hacia el que pueda estar apuntando nuestra política de inserción internacional las cifras de exportaciones que hoy están a niveles record. Sabremos si estamos en el rumbo cierto si llegamos a la conclusión de que estamos llevando a cabo “…un proyecto de amplios acuerdos, capaz de movilizar a la mayoría social en torno a objetivos de crecimiento, distribución, participación, acción e integración social que permita la sustentación en el tiempo del nuevo Uruguay propuesto”. Porque a eso nos comprometimos. Sabremos que estamos en el rumbo correcto si verificamos en la práctica nuestro “…compromiso con el desarrollo de una ciudadanía nueva, activa, participativa y responsable”. Habremos de concluir que estamos llevando a cabo la inserción correcta en el plano internacional si entre todos llegamos a la conclusión de que nos estamos sumando “…a la lucha por un nuevo orden internacional más justo y solidario, reafirmando nuestra clara postura antiimperialista”, o si concluimos que en su accionar nuestro gobierno a apostado “…por la región y el fortalecimiento del proyecto MERCOSUR”. O si nuestro país está sumando “…su voz y sus esfuerzos al conjunto de países con quienes comparte visiones para defender sus intereses en el contexto de los organismos multilaterales de comercio y de crédito”. Sabremos si lo que establecimos en nuestro programa y comprometimos con la ciudadanía lo estamos llevando a la práctica, si nuestro gobierno ha rechazado “…los eventuales acuerdos bilaterales de comercio con Estados Unidos concebidos en el marco del ALCA, en tanto no resultan favorables a nuestros objetivos de consolidación de país productivo”. Llegaremos a la conclusión de que estamos cumpliendo con el programa si la transformación del Estado que estamos llevando a cabo es “…parte del proceso de avance hacia una democracia auténtica con mejoras radicales en la transparencia y permeabilidad de las decisiones, la construcción de herramientas estatales destinadas a reforzar el control horizontal, y la participación ciudadana amplia y genuina en las decisiones y el control de lo que se hace”. Dicho de otra forma, lo que tendremos que analizar es si las reformas que estamos llevando a cabo son “para la gente” o si son “con la gente”, que está lejos de ser lo mismo. Tendremos que ver si la amenaza de veto presidencial para alguna ley, está en consonancia o no con “…devolver al Parlamento su carácter de foro crítico”, o con “redefinir la democracia uruguaya como realización del paradigma representativo y de la participación popular”.
El país productivo será un proyecto en marcha si estamos promoviendo “…un desarrollo autónomo”, si le agregamos “…el máximo valor posible a la producción nacional y lo hacemos valer comercialmente”, si le estamos otorgando “…un rol activo y orientador al Estado”.
Sabremos si nuestros compañeros en el gobierno están llevando a cabo lineamientos de conducta adecuados en la función pública, si por ejemplo llegamos a la conclusión que actúan con “…prevención de toda implicancia entre la gestión de gobierno y la obtención de beneficios personales, familiares o sectoriales, así como de la posibilidad de obtenerla mediante concesión de ventajas a particulares”.
DE LO CONTRARIO
Si en el balance, algunas de estas cuestiones no pueden ser respondidas positivamente, habrá que señalarlo con claridad, para que puedan ser corregidas. El momento es ahora. Estamos a tiempo de cambiar el rumbo. La ciudadanía podrá perdonarnos los errores, pero seguramente no nos perdonará la falta de transparencia, el ocultamiento o la autocomplacencia. Por cierto que confiamos en nuestro Frente Amplio y por sobre todo en la militancia a toda prueba de los Comités de Base. El futuro está en nuestras manos.


12 de Diciembre de 2007

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